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31 octubre, 2024

Tarifas: fuertes aumentos hasta mediados de año, en busca del «valor de equilibrio»

Las tarifas de la energía y el transporte público, el agua y los precios de los combustibles tienden a alcanzar un «valor de equilibrio» a mediados de este año, luego de una rápida corrección de los precios relativos que se inició tras la elección que confirmó a Javier Milei como Presidente de la Nación.

Precisamente, esas perspectivas de contar con mayores ingresos se tradujeron en un fuerte salto de las acciones de las empresas que cotizan en Bolsa.

Energía

Tras la quita de subsidios a los hogares de altos ingresos (nivel 1 de la segmentación), nuevamente este segmento está pagando el costo pleno de la energía eléctrica, como era hasta 2001 y como sucedió entre mayo y agosto 2023 y en noviembre del año pasado. Un usuario residencial de AMBA catalogado como «N1» tuvo en febrero un incremento promedio de 183% y pagará una factura media $ 29.637 por mes, según los números de la consultora Economía & Energía, con ajustes mensuales a partir de mayo en base a la evolución de los salarios y la inflación.

Mientras tanto, los hogares de ingresos medios y bajos (N3 y N2) mantienen todavía más del 90% del costo de la electricidad con la ayuda del Estado, pero sí vieron la suba del margen de las transportistas y distribuidoras, al igual que los N1. Para estos segmentos, que representan más del 70% de los usuarios residenciales a nivel nacional, la eliminación de los subsidios llegaría en mayo, con la implementación de la Canasta Básica Energética.

El Estado nacional solamente subsidiará a quienes destinen más del 10% de sus ingresos en la energía, siempre que sea un consumo «razonable» y que cumplan los criterios patrimoniales como que no tengan un auto o moto con menos de 5 años de antigüedad, que no hayan comprado dólares u otra moneda extranjera en los últimos 3 meses y que no tengan prepagas no vinculadas a un empleo en relación de dependencia, entre muchas otras razones.

A fines de 2024 habrá una Revisión Tarifaria Integral (RTI) para todas las empresas que prestan los servicios públicos de transporte y distribución de energía eléctrica y también de gas natural por redes, en la que se estudiarán niveles de ingresos y mecanismos de actualización para las concesionarias, así como un plan de inversiones que deberán ejecutar a cambio para mejorar la calidad del servicio y ampliar sus redes.

En materia de gas, el Gobierno todavía no definió cómo trasladará los costos reales del abastecimiento (en torno a 4 dólares por millón de BTU) a los usuarios, que en diciembre pagaban u$s 0,70, un 17%. Se espera que en el invierno se noten los aumentos, justo en el momento de mayor consumo. Si se eliminarán todos los subsidios y se reconoce el atraso en los márgenes de las empresas, el salto podría ser superior al 500% en el próximo trimestre.

Combustibles

Los precios de los combustibles, un mercado legalmente desregulado pero que cuenta con YPF como líder a seguir por su market share (60%), también están cerca de su «equilibrio». Luego del desabastecimiento de noviembre, en plena campaña electoral de cara a la segunda vuelta, hubo una acelerada recomposición.

Una postal que se repite, colas en las estaciones de servicio antes de cada aumento de los combustibles, acá en San Juan al 2800 Foto Guillermo Rodriguez Adami - FTP CLARIN DSC02828.jpg ZUna postal que se repite, colas en las estaciones de servicio antes de cada aumento de los combustibles, acá en San Juan al 2800 Foto Guillermo Rodriguez Adami – FTP CLARIN DSC02828.jpg ZEn valores constantes de enero 2024, los precios promedio de la nafta y el gasoil estaban a $ 596 por litro en noviembre, y treparon a $ 867 en enero, para caer hasta $ 803 en febrero. El promedio histórico desde enero 2010 es de $ 827, según los cálculos de la consultora que dirige Nicolás Arceo.

De acuerdo a lo que dijeron directivos de YPF a sus inversores esta semana, la brecha con la paridad de importación se achicó desde el 28% que había tocado a principios de octubre del año pasado, pero todavía sigue en un 10%. No obstante, fuentes del sector también planteaban que en el mediano plazo la nafta súper debería tender hacia el 1,20 o 1,23 dólar por litro, cuando hoy en la Ciudad de Buenos Aires ronda los u$s 0,90 a u$s 0,95.

Agua, trenes y colectivos

De vuelta a los servicios regulados tarifados, el agua y las cloacas que están a cargo de Agua y Saneamientos Argentina (Aysa) tendrían un incremento de 209%, si el Gobierno autoriza la propuesta que se presentará en audiencia pública este miércoles 27 de marzo. La empresa proyectó que en octubre ya no necesitaría más los subsidios del Estado, para lo cual será fundamental también indexar sus tarifas a los salarios y la inflación a partir de mayo. En tiempos de alta inflación, la indexación llegó para quedarse.

Por el lado del transporte público, los trenes pasaron a un mínimo de $ 130 en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA) y los colectivos, de $ 270. Los aumentos, en este caso, serán bimestrales. El precio reconocido por el Gobierno sin compensaciones tarifarias ronda los $ 850 para los colectivos urbanos, mientras que las empresas sostienen que el costo real fue de $ 1000 en febrero. El cierre de esa brecha será más traumático, pues los valores de los viáticos tienen un alto impacto social.

Las empresas transportistas aseguran que el precio de un boleto urbano sin subsidio es de $1.000. Foto: SUBE.Las empresas transportistas aseguran que el precio de un boleto urbano sin subsidio es de $1.000. Foto: SUBE.

El FMI y los salarios

La meta que tiene el Gobierno para este año con el Fondo Monetario Internacional (FMI) es reducir los subsidios del equivalente al 2,1% del Producto Interno Bruto (PIB) al 1,3%, de los cuales los de energía tendrían que pasar de 1,6 puntos porcentuales a 1,1 p.p., un ajuste de entre 2500 y 3000 millones de dólares.

Este programa tiene como la otra cara de la moneda el creciente peso que van a tener los servicios como proporción de los ingresos de las familias.

Según el Instituto Interdisciplinario de Economía Política (IIEP) de la UBA y el Conicet, el peso de la luz y el gas sobre un salario medio indica que para los hogares de ingresos altos representan el 5,6% del total; mientras que para el resto, entre 1,6% y 1,7%.

«El gasto energético de los hogares en Argentina es uno de los más bajos de América Latina y el Caribe. Los argentinos destinan un 3% de su presupuesto, mientras que el promedio de la región es de un 9,5%. En comparación, el consumo per cápita de electricidad en hogares argentinos es de los más altos, y es el país donde más barata es esa energía», argumentó recientemente en una audiencia pública la Secretaría de Energía para implementar una nueva manera de canalizar los subsidios a los usuarios.

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