Luis Lacalle Pou que llegó a Bariloche en un avión privado escoltado por los dueños de los unicornios que viven en Uruguay como Marcos Galperin, Martín Migoya y Guibert Englebienne, entre otros.
En una cena informal con bocaditos de cordero y empanadas de trucha, los hombres de sport y las mujeres de gala, el presidente uruguayo pidió a una asistencia de 120 empresarios que lo trataran de vos en vez del más formal, Presidente. Fue muy aplaudido.
Su exposición se extendió anoche en el salón Llao Llao el más grande del emblemático hotel durante dos horas y se repasaron casi todos los temas de una charla de la que trascendió muy poco.
Se supo que habló que los partidos políticos son «atacados» en lo que pareció un dardo a los críticos de la política. También se refirió a la construcción de consensos en un país como Uruguay con una larga tradición y donde el propio Lacalle Pou se ocupa siempre de subrayar al hacerse acompañar en los actos y en las giras al exterior con sus adversarios como el ex presidente Mujica.
Al promediar la cena, uno de los asistentes quiso saber sobre el puente que uniría Colonia con Buenos Aires. Lacalle Pou, siempre diplomático, cortó en seco: «No es una prioridad».