El mercado accionario alcanzó en enero del año 2025 su punto máximo, coincidiendo con el pago de amortización y renta de los bonos soberanos en dólares, a partir de allí el mercado inicio un proceso de toma de ganancias, en el marco de un escenario económico desafiante, con escasas reservas y un dólar que pretendía alcanzar nuevos máximos.
El acuerdo con el FMI, la recomposición de reservas y la salida del cepo le puso un piso al mercado, el dólar se ubicó en el medio de las bandas cambiarias, y la inflación comenzó a ceder muy fuerte.
La mayor demanda de pesos encareció a la tasa de interés activa, que se ubica en torno del 50% anual en pesos, y del 10% anual en dólares. Las tasas pasivas comenzaron a trepar, la tasa de plazo fijo en pesos se ubica en torno del 34% anual para grandes sumas, y en dólares en el 5,0% anual.
El mercado seguirá con tasas de interés elevadas
Para que aumente la oferta de pesos, el dólar debería bajar al piso de la banda, algo que hoy no parece estar disponible, por lo tanto, todo hace pensar que el mercado seguirá con tasas de interés elevadas, y que el ajuste de la microeconomía avanza a toda marcha. Los comercios son los más afectados, la suba de los gastos de estructura, con ventas flojas, hacen que las rentabilidades sean negativas, sobran negocios y faltan clientes.
La macroeconomía también sufre, la recaudación tributaria descendió, y esto implica un ajuste en el gasto público, el resultado fiscal será positivo en mayo, pero esto implica más sacrificios, no se puede mantener la baja temporal de retenciones a soja y maíz.
La colocación de un bono en pesos a 5 años fue muy auspiciosa, el bono ya vale $110,5 y su tasa de retorno en pesos es del 27,5% anual, con una inflación esperada a 12 meses en torno del 20% anual, y muy inferior a futuro. Este bono dejaría grandes ganancias a los inversores.
Estamos a 90 días de las elecciones en Provincia de Buenos Aires, y 140 días para las elecciones legislativas del 26 de octubre. Daría la impresión que todavía estamos lejos para tener encuestas confiables que hagan mover al mercado. Todo indicaría que desde agosto en adelante comenzara el movimiento fuerte en el mercado.
Las dos inversiones que pican en punta
Lo mejor pasa por los instrumentos en pesos, ya que el consenso dicta que la inflación irá a la baja, mientras que las Letras del Tesoro Nacional Capitalizables en Pesos (LECAP) y Boncap muestran en la mayoría de los casos rendimientos superiores al 30% anual.
Los bonos soberanos en dólares no muestran un gran atractivo en este contexto, recordar que pagan amortización y renta el 9 de julio próximo. El bono en pesos con vencimiento en el año 2030 rinde el 27,5% anual, mientras que el bono en dólares AL30 rinde el 13,2% anual, para igualar ambos rendimientos la tasa de devaluación debería ser del 12,6% anual; si esto ocurre, los bonos en dólares rendirían mucho menos que un Boncap dual con vencimiento en marzo del año 2026, que tiene una TIR del 40,0% anual.
La bolsa americana sigue con un comportamiento anodino. El gobierno estadounidense, a través de una nueva ley aprobada en la Cámara de Representantes (y que está a la espera de tratamiento en el Senado), podría gravar los intereses, dividendos y rentas que fluyen a países extranjeros, con tasas que podrían ir del 5% al 20%. A esto hará que sumarle un impuesto del 3,5% al dinero enviado afuera de Estados Unidos de parte de un inversor extranjero. Cualquier parecido con el plan económico kirchnerista es mera coincidencia.
La devaluación del dólar en el mundo, hace repensar las inversiones en esta moneda a escala internacional. Localmente, las altas tasas de interés en pesos atentan contra la devaluación del peso, más bien vemos un dólar con más ganas de acomodarse al piso de la banda cambiaria.
La inversión en pesos luce como la mejor opción en tiempos de incertidumbre para el mercado de capitales, con un dólar que no logra definir una tendencia, y una actividad económica que no parece despertar.
La macro sigue muy ordenada, y la micro sufre. En el último año, hubo un gran aumento del financiamiento al sector privado, y la morosidad se comienza a sentir. Lo mejor es abroquelarse en los pesos, hasta tanto el mercado accionario muestre los dientes para la gran suba de fin de año, que si supera el máximo de enero 2025 dejará utilidades superiores al 50% en dólares.