El éxito del blanqueo de capitales se consolida al ritmo del aumento de los depósitos en dólares en el sistema financiero que al 24 de septiembre totalizaban US$ 27.053 millones.
Hasta el viernes y desde el 14 de agosto entraron al sistema US$ 8.400 millones «un monto superior a lo que entró de efectivo en el blanqueo de Macri» dijo la consultora 1816.
Agrega que el impacto en las reservas brutas del Banco Central aún fue acotado porque que esperan que «en los próximos días «vuelen» los encajes y buena parte de esos dólares queden en el Banco Central.
Un dato a tener en cuenta es que esos dólares podrán engrosar las reservas «brutas» del Central, pero que solo podrán aumentar las «netas» si esas divisas se transforman en créditos para el sector privado.
En ese momento, si sucede, los tomadores de crédito recibirán pesos por dólares que recién ahí podrían computarse como reservas netas, las que continúan en el campo negativo en torno a los US$ 5.500 millones.
Esa entrada de dólares junto a la generada por otra destinada al pago de Bienes Personales por adelantado y la vigencia plena del dólar «blend» determinaron un septiembre particular en materia de calma cambiaria.
El dólar blue terminaba el 27 de septiembre en $ 1.240 con una baja de 7,5% respecto a los $ 1.340 de comienzos del mes.
La fuerte caída del blue se moderó en el contado con liquidación que termina el mes subiendo 0,8% y ambos casos perdiendo, una vez más, terreno frente al aumento de la inflación y al 2% de suba del dólar oficial.
Respecto de la inflación, las estimaciones preliminares de Eco Go ( Marina Dal Poggetto) sostienen que el aumento de los precios minoristas este mes rondan en 3,4% en un contexto de fuerte reacomodamiento de precios para poder sostener las ventas,
Un análisis de Dal Poggetto concluye en que «dentro del total de los alimentos relevados en supermercado, en promedio, el 35,9% de los productos exhibió algún tipo de descuento«.
El dato resulta relevante; hay rebajas de precios, pero el dólar bajaría más con lo que la inflación en dólares comienza a hacerse fuerte en algunos rubros.
En la semana, en una reunión de economistas para analizar la coyuntura, un consultor reconocido puso sobre la mesa el dato comparativo del ranking Big Mac que se considera un termómetro del nivel del tipo de cambio en distintos países.
«En la Argentina la hamburguesa cuesta 6 dólares y en Japón 3,5» señaló confirmando la visión de un grupo importante de analistas, entre otros del ex ministro Domingo Cavallo, sobre la apreciación cambiaria que vive la Argentina.
Respecto del dólar «blend» (80% de las exportaciones van por el dólar oficial y el 20% por el contado con liquidación) es claro que contribuyó a contener a los dólares libres y a bajar la brecha al costo de restarle posibilidades al Banco Central de ganar reservas.
Una polémica que crece es la necesidad de su eliminación ante la firmeza del ministro Luis Caputo de sostenerlo para reafirmar el camino descendente de la inflación.
Eliminar el dólar blend sería equivalente a tener un «saltito» cambiario, una decisión que el ministro desecha para mantener el objetivo del Presidente de llegar a la inflación cero.
En ese sentido, fue relevante la definición del presidente Javier Milei en Nueva York al decir que «el cepo lo vamos a liberar cuando la tasa de inflación que tiene el programa macroeconómico sea cero».
Agregó que la inflación de 4% descontada por el aumento de 2% del dólar oficial y medio punto por la inflación internacional, en realidad es de 1,5%. Cuando esa inflación llegue a cero, levantarán el cepo.
Para muchos así, el Presidente corrió el arco respecto de la posibilidad de levantar el cepo agudizando una discusión que se podría englobar en un dilema clave de ahora en más:
¿Seguir con cepo para anclar al dólar y contener la inflación, o levantar el cepo para que entren más dólares, hacer más creíble el tipo de cambio y favorecer un aumento de la actividad económica?
El dilema está planteado y el Presidente insiste en que el camino a seguir es el de la unificación cambiaria en base a la baja de los dólares libres que, en estos días viven un veranito al calor del blanqueo.