En el frente externo, el mandatario tiene algunos éxitos para anotar, como la acumulación de reservas y la reducción de la brecha cambiaria. La inflación, en tanto, persiste como el principal obstáculo a superar. Uno por uno, los números en lo que va del mandato.
19 de marzo 2024, 05:44hs
Este martes se cumplen los primeros 100 días del mandato de Javier Milei, un período que a menudo se suele ver como una luna de miel para los presidentes. Durante ese tiempo, en general, la sociedad se mantiene expectante y acompaña las medidas del nuevo titular del Ejecutivo. Luego, si no se consiguen los resultados esperados, el humor social se empieza a resquebrajar.
El índice de confianza en el Gobierno que elabora la Universidad Di Tella va reflejando esa lenta pérdida de popularidad. En diciembre, con la llegada de Milei, el indicador llegó a 2,86 puntos y mostró un aumento mensual de 102,1%. En enero, cayó 8,7% a 2,61 puntos; y en febrero se retrajo otro 1,4% para alcanzar 2,57 puntos. De todos modos, se mantiene en niveles muy superiores a los que tenía Alberto Fernández al final de su mandato (1,4 puntos).
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Con ese telón de fondo, TN analizó junto con especialistas la evolución de las variables económicas y financieras en los primeros 100 días de presidencia de Milei.
Inflación alta, pero en descenso
Los precios saltaron 25,5% en diciembre, luego de la devaluación; subieron otro 20,6% en enero y anotaron un alza de 13,2% en febrero. Así, el último dato quedó apenas 0,4 puntos por encima de lo registrado en noviembre, último mes del gobierno previo.
Si bien en el trimestre el costo de vida aumentó más de 70%, el Gobierno y los analistas destacaron que la inflación no se espiralizó, sino que rápidamente encontró una tendencia descendente. “La inflación volvió a valores de noviembre sin controles de precios y estimo que será de un dígito en mayo, y menor al 5% en diciembre”, sostuvo Gustavo Neffa, director de Research for Traders.
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La evolución de los salarios, en tanto, no acompañó a la inflación acumulada. El dato más nuevo, que corresponde a la evolución de la Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE) muestra que sueldo medio del sector registrado en enero fue de $555.269,16. Esa cifra representó un alza de 14,7% en el mes, muy por debajo de la inflación del mismo período.
Dólar estable
El Gobierno logró estabilidad cambiaria luego del salto de 118% en el precio del dólar oficial, que lo llevó a la zona de los $800. El dólar blue, en tanto, se vendía a $1000 el 11 de diciembre pasado, muy cerca de los valores que se ven hoy. Los financieros, por su parte, se movían en la zona de los $990 al asumir la actual gestión y tampoco se actualizaron al mismo ritmo que el resto de los precios.
La brecha entre los paralelos y el oficial, a la vez, pasó del 160% a la zona del 20%. Aunque el mérito de la calma cambiaria es innegable, los analistas también indicaron que el 2% mensual al que se desliza el tipo de cambio oficial debería ser corregido. “La inflación está comiendo la competitividad: el crawling peg debería tener una tasa de devaluación mucho mayor al 2% mensual”, consideró Neffa.
Diego Martínez Burzaco, country manager de Inviú, coincidió: “Una gran incógnita hacia adelante es si el Gobierno, mediante la coordinación entre el Banco Central (BCRA) y el ministerio de Economía, va a tener algún tipo de ajuste del crawling peg, por la inflación en dólares que tuvimos en los últimos tres meses. Es una dinámica que, para el inversor financiero y de la economía real, debería tener cierta previsibilidad”.
Reservas en alza
Uno de los grandes éxitos que el Gobierno tiene para mostrar es la acumulación de reservas. Desde que asumió, ya compró más de US$10.600 millones. Además, le dio solución a la deuda comercial de los importadores mediante la emisión de nuevos bonos en dólares.
“Logró revertir la caída de las reservas netas del BCRA, que pasaron de US$11.000 millones negativas a US$2500 negativas, gracias a la liquidación diaria de entre US$50 y US$300 millones promedio de exportadores”, señaló Neffa.
Tasa de interés hacia abajo
Antes de avanzar con cualquier plan de dolarización o competencia de monedas, Milei explicó que era necesario reducir la deuda del BCRA. Para ello, frenó la emisión monetaria y activó la “licuadora”. Así, la tasa de referencia en pesos bajó de 133% a 80% nominal anual.
Como resultado, los pasivos remunerados del BCRA, que llegaron a representar 10 puntos del PBI se redujeron a la mitad. Además, se puso en marcha una estrategia para redireccionar esos pesos excedentes en la economía hacia la deuda que emite el Tesoro.
“Si bien entiendo que la baja de la tasa es parte del ajuste, y es lógica, no es perdurable en el tiempo. Estaría bueno que, de alguna u otra manera, haya más previsibilidad respecto de qué se busca con la tasa de interés”, apuntó Martínez Burzaco.
Cepo vigente
A pesar de las declaraciones, el cepo cambiario sigue vigente. Se flexibilizó el acceso para los importadores, con pagos diferidos en cuatro cuotas, pero la mayor parte de las restricciones continúan. En ese sentido, Rodrigo Álvarez, economista y socio de Bituin inversiones, subrayó el pragmatismo de Milei en estos 100 días.
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“Él dice que necesita US$15.000 millones más de reservas para abrir el cepo y, mientras tanto, es pragmático: mantiene el cepo, baja las tasas, trata de bajar los pasivos remunerados del BCRA mientras acumula reservas. Esta política, en el mediano plazo, va a encontrar límites, tanto por el lado de la acumulación de reservas como de la baja de los pasivos remunerados y vamos a tener que ver ordenamientos de otro tipo”, sostuvo.
Ancla fiscal, en marcha
El Gobierno prometió hacer un fuerte ajuste del gasto y los analistas recalcan que la sociedad acompañó esa propuesta con su voto. En esa línea, se comprometió con el FMI a mostrar un superávit primario equivalente a dos puntos del PBI en 2024. Los datos de enero y febrero mostraron superávit primario y financiero.
“Está transformando la pata fiscal y la política de ajuste en el ancla de su política económica, al menos en el corto plazo. Después vamos a ver la consistencia de mediano y largo, pero los números de febrero confirman esta voluntad”, puntualizó Álvarez.
Para Neffa, haber logrado el superávit en el primer bimestre tiene doble mérito teniendo en cuenta que hubo varias iniciativas que no prosperaron y que apuntaban a mejorar los ingresos. Entre ellas, el blanqueo, la moratoria, la reinstauración del Impuesto a las Ganancias para la cuarta categoría y los cambios en bienes personales. De todos modos, reconoció que un tercio del ajuste del gasto se explica por “la caída en el gasto de jubilaciones y pensiones, un sector que no tiene ni sindicatos ni planes sociales”.
Deuda recalibrada
Por el lado de la deuda externa, el Gobierno logró reflotar el acuerdo con el FMI y consiguió un desembolso de US$4700 millones en enero, que será acompañado por otros tres giros en lo que resta del año.
Con respecto a los bonos, Martínez Burzaco destacó que las decisiones oficiales propiciaron una mejora en los títulos en dólares, con la consecuente baja del riego país. Desde que asumió Milei, ese indicador recortó más de 300 puntos.
En lo que hace a la deuda en pesos, el Gobierno sigue emitiendo bonos regularmente, pero también realizó un importante canje la última semana, en el que descomprimió los vencimientos por más de $40 billones para este año.
Desregulación rápida
Milei asumió con una clara idea de desregular la economía que se plasmó primero en el DNU 70/23 y luego en la Ley Ómnibus. Ninguna de esas iniciativas fue aprobada.
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“Esta desregulación rápida implica que en algunos capítulos también hay que generar competencia rápidamente. Ahí hay que pensar en la industria nacional, ya que no todos los sectores son iguales ni tienen el mismo colchón de rentabilidad. Me parece que rápidamente el empresario argentino va a encontrarse en el desafío de competir con una estructura económica que es muy costosa”, advirtió Álvarez.
Y completó: “Aunque es cierto que los salarios en dólares son muy bajos, hay otras cuestiones, como sobre la disponibilidad de financiamiento, logística, transporte, crédito y muchas dimensiones que van a tener que cambiar muy rápido. Eso debería formar parte de la agenda de mediano plazo”.