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Resistencia
21 octubre, 2025

Empleados de ARCA recibirán un súper bono, tras reclamo del gremio

Hace diez años, casi todos los profesionales de las ciencias económicas rogaban por trabajar en la ex AFIP, hoy ARCA, por los sueldos y premios que recibían los trabajadores impositivos encargados de sostener la demanda de un exigente Estado.

Si bien, ser recaudador de impuestos es un rubro de la economía social poco querido por el resto de los agentes económicos por los férreos controles a los que son sometidos los contribuyentes, representan el primer eslabón de una cadena de recaudación que asegura el funcionamiento con recursos genuinos de todas las oficinas del Estado.

Sin recaudación impositiva y sin contribuyentes no hay Estado y, por ende, no hay hospitales, ni universidades, ni escuelas, ni fuerzas de seguridad y un largo etcétera que se sostienen con magros presupuestos. En la actualidad, todos los sectores estatales han sido puestos a prueba por el lema que impera en la administración Milei: “No hay plata”.

Solo la hay para sostener los planes sociales y aumentarlos por encima de la inflación para que la Argentina no se convierta en un polvorín social pero el resto de las dependencias estatales, que suelen ser utilizadas por la cada vez más menguante clase media argentina, sufren los efectos de la “motosierra” que poda oficinas y puestos laborales y por la consigna de “nada a nadie” que rige en la Casa Rosada.

Ante este contexto, ya nadie quiere trabajar en la exAFIP, hoy ARCA. Nadie. Ni siquiera si se entra a un cargo jerárquico porque “no se sabe cuanto puede llegar a durar todo esto”, confiesa un experimentado inspector de la DGI que solo espera poder jubilarse para salir por la puerta del edificio del Banco Hipotecario, sede de ARCA dirigida por Juan Pazo, hacia su hogar.

Los profesionales y trabajadores que no se fueron con retiros voluntarios por los maltratos de la dirección, la caída en los ingresos, los recortes en los premios y el constante avasallamiento de la autarquía del organismo recaudador, sobreviven a la espera de la jubilación o de conseguir un trabajo mejor en el sector privado que tiene numerosos rubros en problemas financieros

En la sede del gremio de la UPSAFIP, Unión del Personal Superior de la Administración Federal de Ingresos Públicos, en la calle Diagonal Norte, a metros de la sede central de ARCA, hacen fila profesionales de la contabilidad para asesorarse por ascensos que no llegan, o ayudas del sindicato para sus familias.

“La verdad es que las filas son todas de quejas. Compañeros que están endeudados hasta el cuello. Con familia y alquileres que sostener, con padres y gente mayor que atender porque las jubilaciones no alcanzan, con pedidos para conseguir remedios porque son onerosos y todo tipo de problemas que escuchamos y tomamos nota para trasladarlos a la dirección de ARCA a la espera de una reunión paritaria que no se produce para que haya aumentos de sueldo súper necesarios”, afirmó Julio Estévez (h), titular del gremio.

El secretario de organización de la entidad gremial, Ricardo Prado, explicó “que hay trabajadores jóvenes con chicos pequeños a cargo que cobran $800.000. Descontados los gastos fijos, se les acaba la plata el día 10 con suerte. Los profesionales que se desempeñan en ARCA, persiguiendo evasores millonarios que se pasean en jets, viajan a Europa y lavan guita, tienen un sueldo promedio de $1.500.000. Estamos hablando de profesionales altamente capacitados para desbaratar hechos ilícitos de tributación. En el sector privado, si no hubiera recesión, estarían ganando el triple”, ejemplificó.

El tesorero de la organización gremial, Maximiliano Dajos explicó a iProfesional: “A esta altura no nos interesa juntar dinero de la cuota de afiliación. Como somos muy ordenados con las cuentas y, descontados todos los pagos a proveedores, vamos a vaciar de dinero nuestras cajas de ahorro para dárselas a los afiliados, cuyo bienestar es nuestra única razón de existencia”.

Estévez (h) señaló: “Queremos ser claros con nuestra gente. Sabemos que nadie se salva con $300.000, pero es una ayuda en este tiempo tan difícil para el trabajador impositivo y nuestro dinero es de ellos. Así que creo que somos el primer gremio que vacía sus cuentas corrientes y cajas de ahorro en favor de sus afiliados. Si no tenemos más plata, mañana no nos interesa. La gente está primero. Y, tomamos la iniciativa del compañero de La Bancaria, Sergio Palazzo que reparte a sus representados un bono por $345.000.  La diferencia con su excelente iniciativa con respecto a nosotros, es que Palazzo logró que el bono lo pagan los bancos. En nuestro caso, Juan Pazo y su conducción en ARCA miran para otro lado cuando los trabajadores impositivos piden un aumento”.

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