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Resistencia
23 noviembre, 2024

El salto en la pobreza: arrancó a fines de 2022, se profundizó a inicios de 2024

El INDEC publicó las estimaciones de pobreza e indigencia correspondientes al primer semestre de 2024. Aunque en parte eran previsibles, los resultados sorprenden por lo negativos: el 18,1% de los argentinos viven en condiciones de indigencia, mientras que el 52,9% son pobres. Una mirada al pasado permite dimensionar mejor lo preocupante de la situación actual: los niveles de pobreza e indigencia se sitúan en valores similares a los que tenían a finales de 2004, cuando el país recién se estaba recuperando del impacto de la salida de la convertibilidad.

En el análisis de corto plazo, el resultado se explica por un proceso que comenzó en los últimos meses de 2022 y que se profundizó significativamente durante el primer trimestre de 2024: la aceleración inflacionaria llevó la velocidad del aumento de precios a un nivel tal que los salarios y otros ingresos inevitablemente quedaron atrás y debieron conformarse con no quedar tan lejos en esa carrera. En ese escenario, el poder adquisitivo de la mayoría de los hogares se deterioró profundamente, empujando a muchos de ellos a la indigencia y pobreza.

Para ponerlo en otros términos, la suba en la pobreza que se observó en nuestro país en los últimos años se caracteriza más por la existencia de ajustes en precios (salarios) que en cantidades (empleo). Se relaciona más con la falta de empleo de calidad y con los salarios bajos (y en caída) que con el aumento marcado en la tasa de desempleo. Esta nueva configuración se parece bastante a la que experimentaban tradicionalmente otros países de la región, donde la falta de crecimiento se traducía más en informalidad laboral y salarios bajos, y a través de ellos en pobreza, que en desempleo.

El aspecto menos negativo del resultado informado por INDEC es la dinámica que hubo entre los dos primeros trimestres del año: mientras que en el primero la pobreza fue aproximadamente 54,9%, en el segundo trimestre habría sido 50,9%, mostrando una mejoría de 4 puntos porcentuales, la que se acrecienta a casi 7 puntos si se tiene en cuenta que en la medición del primer trimestre se computan los aguinaldos, cosa que no ocurre en el segundo semestre.

Hacia adelante, el panorama socioeconómico en Argentina es todavía incierto. Si el Gobierno logra sostener y consolidad el proceso de baja de inflación en lo que queda del año, es probable que logre una mejora en salarios reales y la pobreza disminuya moderamente durante el semestre que está transcurriendo, aun si la reactivación económica no muestra todavía una dinámica del todo clara. Pero esa reducción en la pobreza producto de la estabilización de la economía es apenas el primer paso, tal vez el más sencillo de todos, del proceso largo y complejo que han seguido los países que han logrado disminuir significativamente la pobreza.

Leopoldo Tornarolli

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