A dos semanas del arranque del nuevo gobierno, la solución al «problema de las Leliqs» está en el centro del debate tanto en el equipo que desembarcará en el Palacio de Hacienda como entre los analistas que buscan descifrar cuál será el perfil de la economía que viene.
Las Leliqs son letras del liquidez que emite el Banco Central. Para captar pesos, los bancos deben ofrecer rendimientos atractivos, que están atados a la tasa que les paga el Central por las Leliqs. Con la inflación carcomiendo los ahorros, el Central tuvo que ir subiendo los rendimientos para que los bancos siguieran apostando a las Leliqs y esos pesos no se fueran a la calle a incentivar a la inflación o al dólar. Así se formó una bola de Leliqs de 23 billones de pesos, con tasas cada vez más altas.
El problema se potenció porque ante la incertidumbre que trae el cambio de Gobierno, los bancos empezaron a pasarse de las Leliqs a «pases», colocaciones con vencimientos más cortos, lo aumenta el riesgo de que esos pesos abonen la inflación.
Luis Caputo, quien será el próximo ministro, está trabajando en una «solución de mercado» a este problema. Lo que se sabe hasta ahora es que no será una medida compulsiva, como lo fue el plan Bonex en los 90, sino que se busca un acuerdo voluntario. La versión que gana más peso es que el plan Caputo apunta a que los bancos vayan cambiando las Leliqs por bonos de Tesoro, una deuda a más largo plazo y tasas más bajas.
«Las Leliqs han tomado una dimensión enorme hoy. Todo este proceso se fue potenciando en los últimos años para financiar el enorme déficit fiscal que ha tenido el Gobierno y que estando en default o con tasas muy altas no pudo financiar de otra manera», explica la economista María Castiglioni, directora de C&T Consultores.
«El problema de las Leliqs es que se capitalizan a una tasa muy alta y aunque se elimine el déficit fiscal el stock ya tiene un nivel muy alto y complica la baja de las expectativas de inflación«, indica Castiglioni.
«Milei busca corregir el tema de las Leliq para poder abrir el cepo lo más rápido posible. El puntapié fundamental son las medidas para corregir el déficit fiscal y destrabar la economía y sentarse a negociar con el Fondo Monetario», señala.
Los analistas detectan riesgos en la solución está proponiendo el próximo ministro. «Lo que propone Caputo es una solución que ya se ha probado en la historia financiera argentina y que consiste en mejorar el balance del Banco Central en detrimento del balance del Tesoro», describe Salvador Vitelli, jefe de Research en Romano Group. Y advierte que «el mercado es un poco más reacio a deuda del Tesoro teniendo en cuenta la tasa que pagan hoy las Leliq. Esto termina siendo solucionar el problema de un lado a costillas de empeorarlo de otro».
«Con esto se busca mostrar prudencia monetaria porque se sanea el balance del Central, se deja de emitir para este devengamiento de intereses y uno podría pensar que la inflación tiene algo de margen a la baja, pero en definitiva vuelve gravosa la situación del Tesoro», concluye Vitelli.
Para el economista Gabriel Caamaño, de la consultora Ledesma, «si se cambian Leliqs por títulos públicos a los bancos en condiciones de mercado y de forma voluntaria, el stock de pasivos consolidados no va caer, y puede que suba por el descuento por mayor riesgo/plazo«.
Caamaño detalla que «el flujo de intereses consolidado tampoco va a variar versus lo que hubiera pagado el BCRA y hay un tema de descalce de plazos que hay que ver como lo mitigan. Es cambiar el stock de lugar más que «solucionar» algo«.
Para la economista Natalia Motyl, cercana a La Libertad Avanza, el plan Caputo «es una jugada que se puede hacer pero es muy arriesgada porque trae consecuencias. Por un lado fuerza a subir las tasas de intereses por incremento del riesgo y a la vez puede afectar a los mercados financieros porque al aumentar esta deuda los inversores se preocuparían por el incremento del riesgo de default y eso impactaría negativamente sobre las acciones y bonos».
Motyl señala que esto «podría agudizar la crisis de confianza ya que pondría en duda la solvencia del país y su capacidad de pago«. Y apunta que «la otra posibilidad que está trascendiendo es que haya una securitización con los activos de la FGS de Anses e YPF. Otra jugada muy arriesgada porque debe pasar por el Congreso«.
Como las Leliqs son la contracara de los depósitos, Caamaño resalta que «hay que encontrar la manera de que esa plata que hoy financia al Central fluya a financiar al sector privado y la forma de lograrlo es con un proceso de estabilización«.
Para Caamaño, «las Leliqs no son un problema en sí mismo. Lo que hay que hacer es anclar expectativas y que cuando se desarme el cepo todo el mundo no quiera salir corriendo como pasó en 2015. No van a poder salir del cepo rápido, van a tener que hacer una parte de ajuste fiscal y monetario fuerte y así el stock de las Leliqs se va a licuar«.
Otra variante del Plan Caputo que está dando vueltas es la posibilidad de salir a tomar deuda por US$ 15.000 millones. Los economistas consultados ven poco probable que esto madure. «Se hablaba de la posibilidad de conseguir financiamiento externo, pero entiendo que se intentará ir por otro carril porque el Banco Central también necesita recapitalizarse en materia de dólares», remata Vitelli.
«Para que Argentina vuelva a los mercados como ha hecho en el pasado falta mucho; ha reestructurado su deuda tantas veces que el riesgo país es altísimo. Tal vez sí pueda hacerlo en el mediano plazo, sería deseable que así fuera», remarca Castiglioni.