El Relevamiento de Expectativas del Mercado del Banco Central reflejó que la inflación de diciembre se ubicó en 2,7%, según el pronóstico de las consultoras, y se espera que en enero el costo de vida desacelere a 2,5%.
En ese marco, la mayoría de los analistas prevé que el Gobierno baje el ritmo de ajuste devaluatorio del 2% a 1% mensual entre febrero y marzo, mientras que la posibilidad de ir a un esquema de mayor flexibilidad del tipo de cambio no la vislumbran en el corto plazo.
En ese sentido, el BCRA en su informe de objetivos y planes para 2025 planteó que “en la medida que la inflación continúe desacelerándose, se podrá ajustar el deslizamiento del tipo de cambio y, eventualmente, ir a un esquema de mayor flexibilidad del tipo de cambio una vez que las expectativas de inflación se encuentren bien ancladas y que el superávit fiscal cumpla con plena potencia su rol de ancla fundamental de la economía”.
Dólar: se acerca la baja del ritmo devaluatorio
El REM reveló que el consenso de consultoras descuenta una baja del crawling-peg en febrero. Al respecto, un informe de Facimex Valores puntualizó que “la mediana de las proyecciones del REM ubica al tipo de cambio promedio mensual en $1.042 en enero (2,1% mensual), $1.058 en febrero (1,5% mensual), $1.071 en marzo (1,2% m/m) y lo ve subiendo 1,2-1,3% m/m en el segundo trimestre de 2025”
“En cambio, nosotros esperamos que el crawling peg ya sea del 1% mensual en febrero”, destacaron en Facimex Valores.
En esa misma sintonía, desde Max Capital aludieron también a las estimaciones de desaceleración inflacionaria del REM y subrayaron que “el Gobierno logró anclar las expectativas, y se prevé que el ritmo del crawling peg disminuya en febrero”.
A su vez, el analista financiero Gustavo Ber cree que “a partir de febrero podría reducirse el crawling hacia la zona del 1,5% y luego, cerca del 1% en marzo, de continuar las positivas señales sobre el proceso de desinflación“.
Por su parte, los analistas de Delphos Investment indicaron que “el próximo martes conoceremos la inflación minorista de diciembre, y es probable que la inflación se ubique en torno al 2,5%, lo que abriría la posibilidad de reducir el crawling por primera vez desde diciembre de 2023″.
Fernando Baer, economista jefe de Quantum Finanzas, consideró que el crawling se reducirá “en las próximas semanas si se confirma la desaceleración de la inflación, pero como una transición corta hacia la flotación administrada”.
¿Cuándo se podría ir a un tipo de cambio más flexible?
La economista Natalia Motyl evaluó que “para la segunda mitad del año, podríamos observar una transición hacia un esquema de mayor flexibilidad en el tipo de cambio”.
“Este cambio responde a varios factores clave que actualmente están configurando la economía argentina. En primer lugar, existe una evidente volatilidad en los precios, ya que todavía se encuentran en un proceso de reacomodamiento de los precios relativos. Este ajuste es necesario para corregir distorsiones acumuladas durante años de intervenciones en el mercado cambiario y subsidios que han mantenido algunos precios artificialmente bajos. Sin embargo, aún queda pendiente sincerar varios precios clave, lo que podría generar tensiones adicionales en el corto plazo”, esgrimió
La economista juzgó que “por estas razones, estimo que a partir del segundo semestre del año se podría implementar una política cambiaria más flexible, que permita una mayor adaptación a las condiciones del mercado”, y sostuvo que “este enfoque no solo facilitará el equilibrio en el mercado cambiario, sino que también contribuirá a mejorar la competitividad de los sectores exportadores, que necesitan un tipo de cambio más representativo de las condiciones reales de la economía”.
Para el economista Federico Glustein, “la flexibilidad del tipo de cambio va a ser post elecciones, cuando el cepo se haya liberado y no tenga impacto negativo y no requiera una devaluación que sostenga la demanda transaccional de divisas”.
Pablo Repetto, jefe de Research de Aurum Valores, planteó que “el momento de poder llegar a un esquema de mayor flexibilidad del tipo de cambio no lo veo demasiado posible en el corto plazo excepto que dentro de un acuerdo con el FMI tengan un esquema de flotación sucia tratando de ir abriendo el cepo, pero eso obliga a redoblar la apuesta en cuánto a lo fiscal y demás, tal vez haciendo un poco de juego con la tasa de interés”.
A su vez, Ber opinó que en “la medida que se sigan logrando avances en el proceso desinflacionario, y se logren reforzar las reservas, continuarían los avances hacia una mayor flexibilidad cambiaria, lo cual podría suceder en el transcurso de este año, posiblemente inicialmente a través de un esquema de flotación administrada”.
Para Baer, se podría ir hacia un esquema de “flotación administrada con un acuerdo con el FMI mediante, e implicaría que el dólar oficial se moverá libremente dentro de parámetros que el Gobierno considere adecuados para no alterar el proceso de estabilización”. Y dijo que “la veo antes de las elecciones”.
Christian Naud, analista de ACM, aseveró que “el tipo de flotación que el Gobierno elija va a estar condicionado por el nivel de reservas en poder el BCRA a la hora de salir del cepo”.
“Actualmente, las reservas netas se encuentran en terreno negativo y es improbable que elijan una flotación limpia. A nuestro parecer, el gobierno está dando a entender que estaría buscando una flotación administrada del tipo de cambio y para ello va a ser fundamental la recomposición del balance del BCRA. Para ello, toma mayor relevancia el avance del nuevo acuerdo con el FMI, más aún en un año con importantes compromisos de deuda en dólares”, fundamentó.
Dólar: ¿es posible una flotación libre este año?
El presidente Javier Milei reiteró este miércoles en una entrevista con el Observador 107.9 que si el Índice de Precios al Consumidor de diciembre arroja 2,5% – el dato se conocerá la semana que viene- el BCRA bajará el ritmo de crawling peg del 2% al 1% mensual”. Y afirmó que “la siguiente etapa sería que el IPC ronde el 1,5% por tres meses más y que se elimine el deslizamiento del tipo de cambio oficial”.
Un informe de la consultora LCG planteó que “tanto gobierno como mercado piensan que este nivel cambiario puede sostenerse hasta las elecciones, ya sea porque el flujo comercial no se deteriora mucho (por ejemplo, porque la actividad no levanta cabeza) o por las líneas del exterior que el equipo económico pueda conseguir (Repo, FMI)” y consideró que “los problemas del dólar barato sobre la economía real quedarán para un futuro postelectoral”.
En ese marco, especuló que un escenario posible este año es que “el Gobierno modifica la estrategia cambiaria con la excusa de la eliminación casi completa de las restricciones al acceso de divisas (cepos), lo que obligaría a la libre flotación entre el peso y el dólar (más allá de alguna administración)”. Y acotpo que “este escenario podría darse frente a una negociación con el FMI como condición para fondos frescos, y recién podría ser posible desde marzo o abril”.
En ese contexto, la consultora evaluó que “la posibilidad de dejar flotar eliminando toda restricción cambiaria parece ser menos probable antes de las elecciones de medio término, incrementando notablemente su probabilidad después de que las mismas se lleven a cabo”.
“Pero todo dependerá de cómo reaccione el mercado en función de sus expectativas. Una brecha que vuelve a ampliarse y la necesidad de fondos del FMI podrían hacer más factible este escenario, dado que el organismo difícilmente otorgue fondos nuevos (dentro de un nuevo programa) en caso de que la brecha sea amplia. Podría darse un acuerdo, también, que impliquen montos de financiamiento menores para los próximos meses (antes de las elecciones) sin revisar la estrategia cambiaria, pero esta posibilidad se diluiría en el caso de que las brechas superen un umbral”, argumentó.
Ber prevé que “una política cambiaria de una flotación más libre podría ser desarrollada a partir del año próximo, una vez que se hayan superado las elecciones y de continuar consolidándose el plan de ordenamiento económico“.
Asimismo, Sebastián Menescaldi, director de Eco Go, dudó de el Gobierno decida ir a ese esquema antes de los comicios legislativos: “¿Vos pensas que van a querer ir a una flotación limpia en un año de elecciones con el mundo dado vuelta?”.
“Para mí es la cuestión que justamente no está clara hacia adelante.Hoy queres hacer todo fijo o cuasifijo. La única manera que veo que el Gobierno quiera liberar el tipo de cambio e ir hacia algo flotante es donde espere que el tipo de cambio se quede igual o baje, y hoy por hoy no lo veo muy posible, mínimo hasta las elecciones. Porque si vos lo liberas, y sube, te va a impactar en precios, de nuevo la inflación va a subir.Si lo llegan hacer antes de las elecciones se le rompe el relato que están haciendo asi que no lo veo en el corto plazo”, razonó.
Por su parte, Martín Kalos, director de Epyca, planteó que “la flexibilidad del tipo de cambio no depende solamente de las expectativas de inflación, esa es una más de las mil pequeñas metas que el BCRA y el Gobierno siguen todo el tiempo cambiando para siempre tener una excusa para no levantar el cepo”.
Según su visión, “flexibilizar el tipo de cambio es levantar el cepo, es permitir que haya realmente un mercado cambiario único donde las fuerzas del mercado definan el precio, y que el Gobierno decida cuándo interviene, como ocurre en cualquier lugar del mundo”.
“Hoy Argentina tiene lo contrario, un Gobierno que decide hasta donde el mercado puede ofrecer y demandar dólares,y regula la gran mayoría de las transacciones. Tender a esa lógica más normal en términos globales es algo que requiere que el BCRA tenga fuerza para intervenir por que sino lo que pasaría es que las fuerzas privadas del mercado van a ser las únicas que definan el tipo de cambio, y eso va en contra de un país que quiere pensarse en una dinámica de mediano y largo plazo con una política cambiaria que propenda a una estabilidad macroeconómica y a un proceso de desarrollo”, alegó.