El INDEC prepara el lanzamiento de un nuevo índice de precios al consumidor (IPC), un proyecto en el que trabaja su titular, Marcos Lavagna, desde hace más de tres años y que contaría con el asesoramiento técnico del Fondo Monetario. «Estamos en la etapa final», aseguraron fuentes oficiales.
La idea es actualizar las canastas de consumo en función de la última Encuesta Nacional de Gastos de los Hogares (ENGHo), que data del período 2017-2018 y reemplazará a la que hoy nutre el IPC con datos de 2004-2005. Lavagna puso en marcha el proyecto en 2020, bajo la gestión de Alberto Fernández.
En su plan original, el índice debía estar listo para mediados del 2022, pero su lanzamiento se pospuso. El funcionario elogiado por Javier Milei busca que el índice que mide la inflación refleje los cambios en los hábitos de consumo de los hogares que varían con el tiempo.
La nueva canasta busca reflejar los cambios en los consumos de bienes y servicios en el gasto de las familias, nuevos canales de comercialización (negocios, minimercados, supermercados, shoppings), nuevas formas de relevamiento de precios y aprovechar nuevas fuentes de datos y mejoras de los sistemas para la captura de la información.
«Estamos con pruebas de sistemas de programación, lo principal es la actualización de las canastas de consumo en función de la última encuesta de gastos», explicaron fuentes oficiales.
La intención es que el IPC renovado esté activo este año y en despachos oficiales aseguran que será «bien transparente». La aclaración busca despejar los fantasmas que cada tanto reaparecen después de la intervención del INDEC con patotas por el exsecretario de Comercio, Guillermo Moreno, en 2007.
El organismo también quedó en el ojo de la tormenta por modificar el cálculo del producto bruto interno (PBI) para supuestamente evitar el pago de intereses de deuda emitida en 2005. Un tribunal de Londres sentenció hace pocas semanas a la Argentina a pagar US$ 337 millones si desea continuar con el juicio por los bonos “cupón PBI”.
Los nuevos cambios -adelantados por Infobae- avanzan en medio de las dificultades para seguir bajando la inflación. Después del récord del 25,5% en diciembre y registrar un 20,6% en enero, el índice descendió a 13,2% en febrero, una baja alentada por la caída del consumo, la fuerte recesión y la licuación de pesos.
En los últimos 12 meses, la suba fue del 276%. Aunque estos niveles son los más altos desde la hiperinflación de 1990, el último dato, por segunda vez, estuvo por debajo tanto de las expectativas del mercado, en un clima de estabilidad propiciado también por la caída de los dólares financieros y un dólar oficial subiendo al 2% mensual.
El ministro de Economía, Luis Caputo, proyectó la semana pasada una inflación de «un dígito» para mitad de año. Pero el Presidente reconoce que marzo será más «complicado». «Se podría ver una merma en el proceso de desaceleración, pero la cantidad de dinero sigue sin crecer», reconoció Milei en una entrevista con LN+.
En medio de esos temores, Caputo salió a enfrentar a los fabricantes de alimentos por los aumentos «desmedidos» en las góndolas y dispuso una suerte de «apertura de importaciones» destinada a generar más competencia en alimentos, productos de higiene y limpieza, y medicamentos.
La secretaría de Comercio oficializó este lunes la suspensión de impuestos (IVA y Ganancias) por 120 días para 3.000 productos de la canasta básica. Y la semana pasada, el Banco Central autorizó la reducción a 30 días del plazo para acceder a dólares oficiales, lo que implica que el gripo se abrirá a partir del 15 de abril próximo.