En medio de un fuerte ajuste que implementa el gobierno de Javier Milei, la economía argentina caerá un 2,8% este año, pero ttendrá un gran repunte de 5% en 2025, según las proyecciones que el Fondo Monetario Internacional presentó este martes en Washington, mientras que la inflación será de 149,4% cuando termine este año, pero caerá al 45% al fines del próximo.
El desempleo, en tanto, crecerá al 8% en 2024 desde 6,6 del año pasado, pero bajará levemente en 2025 al 7,5%
El Fondo dio a conocer este martes su informe sobre Perspectivas Económicas Globales (WEO, por sus siglas en inglés), en el marco de la Asamblea de Primavera del organismo y del Banco Mundial que se lleva a cabo esta semana en la capital estadounidense.
Las cifras son similares a las presentadas por el Fondo en enero y a las que calculó el Banco Mundial la semana pasada.
El reporte fue presentado por el Economista Jefe, Pierre-Olivier Gourinchas, un día antes de que este miércoles aterricen en Washington el ministro de Economía Luis Caputo y el jefe del Banco Central, Santiago Bausili, que asistirán a distintos eventos de la Asamblea con sus colegas de todo el mundo, pero también aprovecharán para continuar las negociaciones del programa que el Fondo tiene con nuestro país.
Además, se verá con el presidente del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), Ilan Goldfajn y participará de una charla organizada por JP Morgan.
En la conferencia de prensa de la presentación del informe, Gourinchas señaló que «en Argentina se está implementando un plan de estabilización muy ambicioso para restaurar la estabilidad macroeconómica. El plan esta centrado en una fuerte ancla fiscal que elimina particularmente cualquier financiamiento del Banco Central o del Gobierno, que era uno de los factores que llevó a los niveles muy altos de inflación del gobiernos anteriores».
Y agregó: «Esto ya está mostrando los efectos. Estamos viendo un fuerte declive en la inflación mensual. El progreso ha sido muy impresionante, también se ha registrado un superávit fiscal por primera vez en una década. Pero por supuesto va a tomar más tiempo. Se necesita una implementación de políticas firme y hay aun más por hacer».
Preguntado sobre el debate acerca de cuál será la curva de recuperación económica, Gourinchas señaló: «El progreso ha sido fuerte. Digamos que nosotros preferimos mucho más la V sobre la U y sobre L».
El reporte señala que la economía argentina es la única que tendrá tasa negativa de crecimiento este año en Sudamérica, pero a su vez es la que pegará –según pronostica el organismo— por lejos el mayor salto de la región el año próximo cuando el Producto Bruto se expandiría al 5%.
A principios de mes, la vocera del organismo, Julie Kozack, había dicho que veían un “progreso impresionante” en la economía de Argentina y elogió los avances en términos fiscales, reservas internacionales y la inflación en la gestión de Milei. Sin embargo, advirtió entonces que se requiere una aplicación “firme” de las medidas y que es necesario “mejorar la calidad del ajuste”.
La inflación que el Fondo calcula para fines de este año es un 149,4%. Sin embargo, aunque los precios seguirán a un nivel alto, pronostica una fuerte caída el año que viene, colocándose a un 45% a fines de 2025
A nivel global, el FMI proyecta que el crecimiento mundial será de 3,2% en en 2024 y 2025. “La actividad económica fue sorprendentemente resiliente durante la desinflación mundial de 2022–2023. Conforme la inflación descendía desde su máximo de 2022, la actividad creció de forma constante pese a los indicios de estanflación y recesión mundial”, dice el informe.
Para las economías avanzadas, el Fondo pronostica a EE.UU. un crecimiento de 2,1% este año, mientras que prevé una desaceleración al 1,3% en 2025. Para la zona euro las noticias no son tan buenas, ya que se estima que crecerá un 0,5% en 2024 y 1,2% el año próximo. China crecerá 4,7% este año y 4,2% el que viene.
El Fondo, sin embargo, hace una advertencia sobre los riesgos de “una nueva escalada de precios derivada de las ttensiones geopolíticas, por ejemplo, de la guerra en Ucrania y el conflicto en Gaza e Israel”, señalaron. “Podría, junto con la persistencia de la inflación subyacente en países con escasez de mano de obra, elevar las expectativas de tasas de interés y reducir los precios de los activos”, explicaron.