El buen ánimo volvió a Boca tras la victoria sobre Huracán y con él regresó una costumbre que había perdido protagonismo en los últimos tiempos: el asado en el predio de Ezeiza. La iniciativa partió del propio Fernando Gago, quien organizó la reunión y se puso al mando de la parrilla para compartir un momento distendido con sus dirigidos.
La noche del martes fue diferente en el Centro de Entrenamiento. Luego de la jornada libre del lunes, el plantel se reencontró con una práctica vespertina y cerró el día con un asado en el que participaron futbolistas, cuerpo técnico y utileros. El club de la Ribera reflejó el encuentro en sus redes con una imagen del grupo completo y un mensaje que resumió el clima de camaradería: “¡Hay equipo!”.
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Desde los tiempos de Carlos Bianchi, los asados han sido un símbolo en el Xeneize, aunque en los últimos años habían perdido frecuencia debido a las estrictas pautas nutricionales impuestas por el exigente “Pintita”. Sin embargo, el DT entendió que la ocasión lo ameritaba.
Con el clásico ante Racing todavía a varios días de distancia y sin el control de peso habitual en la semana, el entrenador decidió que era el momento ideal para una excepción. Este gesto no solo sirvió para reforzar la unión del grupo, sino también para cerrar un breve paréntesis de relajación antes de encarar un mes cargado de competencia.
El conjunto azul y oro viene de un inicio de temporada exigente, con cuatro partidos en poco más de diez días, y febrero traerá nuevos desafíos.
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El exigente mes de febrero que tendrá Boca: 10 partidos en 30 días
Más allá del asado, el director técnico ya trabaja en la preparación del equipo para el duelo del sábado en Avellaneda. A diferencia de otros encuentros, donde rotó varias piezas, esta vez irá con lo mejor que tiene a disposición.
Con varios días de descanso entre partidos, la idea del cuerpo técnico es mantener la base que venció al Globo. En ese sentido, la mayor incógnita pasa por el sistema táctico.
Gago evalúa la posibilidad de volver a la línea de cinco en defensa, una variante que le ha dado buenos resultados en el pasado. La evolución de Marcos Rojo, quien arrastra una molestia en el tendón de Aquiles, será clave para definir la estrategia final.
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