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19 mayo, 2024

Se murió el Flaco Menotti, el técnico que hacía que el fútbol fuera un lugar mejor

Breve homenaje a un técnico encantador y maestro de este juego. El primer campeón, que murió este domingo a los 85 años.

Juan Butvilofsky

06 de mayo 2024, 05:36hs

El Flaco tuvo dos ciclos como entrenador de Boca. (Foto: Prensa Boca).

El Flaco tuvo dos ciclos como entrenador de Boca. (Foto: Prensa Boca).

Se murió el Flaco. A secas. Un maestro, cadente, encantador, en un mundo que grita. Un poeta de este juego, el fútbol. En muchos de los logrados equipos de César Luis Menotti, su escuela ganaba, gustaba y goleaba.

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Definir a Menotti a partir del Huracán del 73 es tan justo como decir que es el padre de la primera estrella en el escudo, el Mundial ‘78. Y no rompan las pelotas con los milicos, que se escondieron detrás de su gesta, su equipo.

Hay una Biblia de frases que lo pintan de cuerpo entero; cientos de fragmentos de entrevistas. Pero el “se juega como se vive” es la gran síntesis. No es ni más ni menos que la diferencia entre la dignidad y la trampa. Y que quede bien en claro que las históricas diferencias que lo enfrentaron con Carlos Salvador Bilardo exceden a este precepto. Los dos, cada uno a su manera, son referencias en este juego.

Menotti fue el arquitecto del Huracán que fue una máquina en 1973. (Foto: Escuela de Entrenadores Menotti)

Menotti fue el arquitecto del Huracán que fue una máquina en 1973. (Foto: Escuela de Entrenadores Menotti)

Jugar “al achique” era la etiqueta que le ponían a sus ideas. Era mucho más que eso, aún cuando no salía. Solo se trataba de ir al frente como principio. Le dan más puntos al que gana que al que empata. ¿A quién se le ocurrió afrontar un partido de un modo distinto? Es obvio que un equipo logrado es aquel que maximiza todos sus recursos. Tan obvio como lo que uno va a buscar a la cancha: un ratito de felicidad, la identificación con las formas, la gloria que es póster en la pizzería.

Menotti siempre definió a Pelé como al gran genio del fútbol. En ese envase habitaban talento sin par y un prodigio físico. Y también abrazó a Pelusa mientras se convertía en Diego, y sacó a Lionel Messi de toda discusión de época, porque para el Flaco fue uno de los cinco Reyes del fútbol: Alfredo Di Stéfano, O rei, Johan Cruyff, Maradona y Leo, justamente un rosarino.

César Luis Menotti no llevó a Maradona al Mundial de 1978 pero Diego le guardó de todos modos un respeto reverencial. Foto; Instagram @maradona

César Luis Menotti no llevó a Maradona al Mundial de 1978 pero Diego le guardó de todos modos un respeto reverencial. Foto; Instagram @maradona

Podría estar horas escribiendo sobre Menotti, y su legado histórico. Pero elijo dos recuerdos. Uno modo-profesional, un piropo después de una entrevista que le hice en ESPN. Me elogió después de la nota por no tener mala leche a la hora de preguntar. Elegí hacer como que no escuché. Era demasiado importante esa bendición, porque venía de parte de alguien que admiro y jamás voy a olvidar.

Video PlaceholderLa charla entre Juan Butvilofsky y César Luis Menotti (Foto: Reuters)

El otro sucedió en verano. Cuando era un pibe que solo pensaba en fútbol. Me tocó veranear en Mar del Plata, en enero de 1987, en el hotel Presidente. Y “viví” con el Boca de Menotti durante dos semanas. Y desayunaba entre el Pipa Higuaín y Quique Hrabina, y jugaba al metegol con Milton Melgar, y me di cuenta de la influencia total que el DT tenía en el grupo. El Gurú bronceado fumaba y dejaba ser.

Esta reseña diminuta sobre una vida inmensa es más bien un lamento. Tristeza por la partida disfrazada de homenaje. Habita en mi memoria aquel verano con fútbol y playa, con noches inolvidables espiando al Loco Gatti. Con Menotti, el Flaco, haciendo que todo fuera más divertido con pelo largo y con traje. ¿O acaso este juego sirve para otra cosa? ¿Qué es la felicidad? Presión alta, dos o tres toques de primera, y la irreverencia del diez para dejar solo al nueve. Y que se abrace la gente. Porque se juega como se vive. Y si se juega como quería el Flaco, no tengan la menor duda de que se vive mejor.

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