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Resistencia
17 noviembre, 2024

Milei habilitó las sociedades anónimas y la AFA quedó en jaque por un artículo del DNU: cuál es la fecha límite que le dio el Gobierno

El escenario está planteado: ya no se trata de una cuestión filosófica ni de los fundamentos que propone la Asociación del Fútbol Argentino (AFA), que nuclea a más de 3.500 clubes entre afiliaciones directas e indirectas, a través de ligas de todo el país. En la batería de Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) presentados por el presidente de la Nación Javier Milei, quedó habilitada la posibilidad de creación de Sociedades Anónimas Deportivas (SAD).

Es el mismo DNU que modifica 13 artículos de la Ley del Deporte y le agrega uno, además de otorgarle a la AFA –en rigor a todas las asociaciones deportivas, independientemente de la disciplina que practiquen- el plazo de un año para adecuar sus estatutos y abrirle la puerta a las SAD, que hoy hablan expresamente de asociaciones civiles sin fines de lucro.

A 25 años del primer intento de promover el ingreso de las SAD en la AFA, por primera vez la entidad se ve obligada por motivos ajenos a su estructura a modificar su tradicional postura, ya que el DNU es quirúrgico: las modificaciones realizadas le dificultan a la asociación la posibilidad de rechazarlas automáticamente, ya que en los artículos que antes se apoyaba para blindarse de ellas, ahora las habilita.

Es la tercera adenda al artículo 19 incluida en el DNU que no modificó un artículo existente, sino que incluyó un concepto central: “No podrá impedirse, dificultarse, privarse o menoscabarse cualquier derecho a una organización deportiva, incluyendo su derecho de afiliación a una confederación, federación, asociación, liga o unión, con fundamento en su forma jurídica, si la misma está reconocida en esta ley y normas complementarias”.

Esa batalla que se avecina implicará un camino jurídico, pero también político, bajo la mirada de la FIFA y Conmebol, las dos esferas organizativas a las que pertenece y que contemplan sanciones para aquellas asociaciones que entran en conflicto con sus Estados o, como en este caso, se inmiscuyen a través de un Gobierno para articular el funcionamiento del fútbol, total o parcialmente.

El DNU incluye en su artículo 345 una cláusula transitoria que le marcó la cancha a la AFA, sin siquiera mencionarla. “Las asociaciones, federaciones y confederaciones deportivas dispondrán de un año, contado a partir de la reglamentación del presente, para modificar sus estatutos a efectos de adecuarse a los términos previstos por aquel, lo que deberá ser aplicado sin perjuicio del cumplimiento de los mandatos preexistentes”, indica el último de los puntos del decreto que modifica la Ley del Deporte.

En líneas generales, esa Ley, la 20.655, reemplazó el término “asociaciones civiles deportivas” por “organizaciones deportivas” en diferentes artículos, entre ellos el 16 que ya no restringe los subsidios estatales a los clubes de AFA o de barrio: aquellos que se reconviertan a sociedades anónimas, también podrán acceder a partidas de dinero provenientes de la Agencia del Deporte Nacional o extraordinarias por otros recursos del Estado.

De esta manera, las SAD quedarán integradas al Sistema Institucional del Deporte y la Actividad Física que, entre otras cuestiones, otorga becas a deportistas y además gozarán de los beneficios hasta ahora reservados para las asociaciones civiles sin fines de lucro, que otorga reducciones de entre el 25 y 100 por ciento de las contribuciones patronales.

¿Por qué el gobierno nacional está interesado en esta reforma que habilita la privatización del fútbol y la incluyó en la batería de DNU bajo la «las bases para la reconstrucción de la Argentina”? No existe una respuesta, pero sí fundamentos del propio Milei en una entrevista brindada a Radio Rivadavia en la mañana del jueves, tras los anuncios de la noche del miércoles.

“No se van a privatizar (los clubes), damos la opción de que se amplíe el régimen de sociedades posibles, es opcional. Si vos querés seguir teniendo el club como ahora, podés tenerlo como ahora. Pero vos tenés el ‘club A y al ‘club B: al ‘A’ históricamente le iba bárbaro y el ‘B’ con menos recursos decide entrar en un formato capitalista, le inyectan dinero y el ‘club B’ ahora gana siempre y el club ‘A’, digamos, con la lógica del pobrismo, le va a empezar a ir mal, ¿y qué va a querer la gente? Que seamos capitalistas», analizó el mandatario.

«Es una forma de que la gente se de cuenta de lo valioso que es el capitalismo. quizás lo que se oponen son los que quieren mantener este nivel de miserabilidad porque, tal vez, estén atendiendo negocios propios. ¿Cuál es el problema de ampliar el menú de opciones? ¿Tanto les molesta la libertad?”, se explayó en el espacio radial de Jonatan Viale.

La idea de que sociedades civiles, los clubes tal cual se conocen, asociadas a cuestiones espurias, es uno de los argumentos centrales, junto a la falta de capacidad o poco profesionalismo de quienes dirigen las entidades. Tan recurrente es el argumento que la propia AFA tiene una posición al respecto.

“Hay muchos modelos de gestión en el mundo: Sociedades Anónimas Deportivas, sistemas mixtos, Asociaciones Civiles. Y gestiones malas, hay en todos esos modelos. Nadie puede garantizar que una SAD sea sinónimo de una buena gestión y que, en contrapartida, una asociación civil sea de una mala”, indica la AFA en su informe 2022 de Gobernanza y Administración.

En el mismo informe, la asociación da cuenta de la estructura de controles que existen sobre las asociaciones civiles, tanto de manera interna –los socios de los clubes- o externa: el Estado y otros terceros a la entidad, como la Inspección General de Justicia (IGJ), que tiene a cargo en forma permanente “el control de legalidad” de los clubes como se lo conocen en la actualidad.

La AFA todavía no ofreció un comunicado al respecto ni ninguno de los dirigentes de peso se refirió a la novedad que llegó por decreto. Tampoco se escuchó al presidente de Talleres, Andrés Fassi, quien además es titular del Juárez FC de México y uno de los fundadores del Grupo Pachuca, en el mismo país y que tiene como objetivo comprar un club en España. Detrás de él y amparados en el nuevo DNU, se encolumnará el nuevo bastión que dará la próxima batalla dirigencial del fútbol argentino. O no.

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