Joel Embiid tuvo una de esas noches con las que sueña cualquier basquetbolista. Sus 70 puntos, más de las mitad que necesitaron los Philadelphia 76ers para vencer por 133 a 123 a los San Antonio Spurs, convirtieron la actuación del gigante camerunés de 2,13 metros en una de las más destacadas en la historia de la NBA. Y eso es mucho decir.
Basta con ver la reacción de Kevin Durant, quien se mostró impactado al enterarse de semejante logro, o la publicación de toda una leyenda como LeBron James para tomar dimensión de una gesta que, sin ir más lejos, ninguno de ellos dos consiguió hasta el momento y que tan solo otros tres jugadores lograron en este siglo: Donovan Mitchell y Damian Lillard en 2023 y Devin Booker en 2017.
«Solo hay un Dream», le dijo Embiid a The Players Tribune en 2020, haciendo referencia a la leyenda del nigeriano Hakeem Abdul Olajuwon, quien brilló en la NBA con los Houston Rockets. «Solo hay un Shaq (por Shaquille O’Neal). Yo no quiero ser el mejor de la historia. Estoy intentando ser el mejor de la liga», completó. Y su performance de este lunes en el Wells Fargo Center de Filadelfia lo acerca mucho a ese ambicioso objetivo.
De todos modos, su historia, a diferencia de la de muchas de las estrellas del pasado y del presente de la NBA, no es la de aquellos que tuvieron claro desde el minuto cero que llegarían a lo mas alto. Destacaba desde joven, si, pero recordaba en aquella entrevista del 2020 cuando faltó a su primer entrenamiento del Luc Mbah a Moute Basketball Camp, un campo de entrenamiento dirigido a niños y adolescentes interesados en este deporte.
«Falté para poder quedarme en casa y jugar al FIFA con Arthur (su hermano). Mi mamá siempre era muy estricta con las tareas de la casa y justo estaba de vacaciones, así que aprovechamos esa oportunidad para relajarnos y jugar videojuegos. No pensaba que tenía alguna posibilidad de ir a la NBA, ni de jugar a nivel universitario en los Estados Unidos. Eso ni siquiera fue un sueño«, se sinceró.
«Al día siguiente, después de que mi papá se enterara, se aseguró de que me metiera al campo de entrenamiento y entonces, básicamente, toda mi vida cambió», agregó al respecto. Allí descubrió que su talento era cosa seria. Sí que podía soñar con la NBA.
Aquel momento fue un antes y un después, en su carrera y en su vida. Para bien, claro. Aunque también recuerda lo difícil que fue para él abandonar Camerún, dejar la cotidianeidad con su familia, especialmente con su hermano, que era como su mejor amigo, y radicarse en la Estados Unidos. «Todos tenemos esa persona que siempre nos transmite energía positiva, con la que es divertido estar, alguien que siempre te apoya, pase lo que pase. Para mí, ese era Arthur.», lo describió.
Como por un tubo, Embiid caminaba hacia la NBA y, a pesar de estar lejos de su amado hermano, se mantenían en continuo contacto. En 2014 fue elegido en el tercer pick del Draft por los Philadelphia 76ers y, justo ese mismo año de éxtasis absoluto, se dio el momento que detuvo su vida de una vez y para siempre: la muerte de Arthur. A cada rato vuelve a aquel instante.
Joel Embiid junto a su hermano Arthur, fallecido en 2014. (Joel Embiid, vía The Players Tribune)«Recibí una llamada. Arthur estuvo involucrado en un accidente en casa. Iba caminando de regreso a casa desde la escuela con algunos de sus compañeros cuando lo atropelló un camión. Así, sin más, mi hermano se fue. Estaba tan lleno de vida y se fue. Nadie podía creerlo. Fue un shock para toda nuestra familia y, sinceramente, es algo con lo que todavía estamos lidiando», contó, a corazón abierto.
A partir de allí, la perspectiva de los éxitos y también de los fracasos deportivos cambió. El mejor ejemplo de ello fue la agónica derrota frente a los Toronto Raptors en una de las semifinales de la Conferencia Este de la temporada 2018-19, 92-20 con un BuzzerBeater de Kawhi Leonard que rebotó cuatro veces en el aro antes de ingresar y darle la victoria a la franquicia canadiense.
Fue tanto el apoyo que recibió Embiid de los hinchas, como así también de sus compañeros y de los los diferentes integrantes de los 76ers tras la muerte de su hermano, que comenzó a desear el anillo de la NBA más que como un gran logro deportivo. Por eso, camino al vestuario rompió en llanto. Se le derrumbaba un sueño que parecía cercano.
«Quizás podría haber bloqueado el tiro», se lamentó y se sigue lamentando Joel Embiid. (Nathan Denette/The Canadian Press via AP)«No creo haber mostrado ese tipo de emociones en una cancha de baloncesto en mi vida. El básquetbol no es de vida o muerte, pero en este caso no se trataba del juego. Tenía lágrimas en los ojos al salir de la cancha por lo mucho que deseaba ese título para la ciudad y para mi familia», resumió.
La temprana partida de su hermano lo llevó a pensar en el retiro. Pensó muchas veces en bajar los brazos, pero se terminó de convencer de que no era la mejor opción, aún en ocasiones contra su propia voluntad. «Seguí adelante. Hubo muchos días en los que solo quería tomar un vuelo de regreso a casa. Quería dejar todo, pero seguí trabajando para tratar de estar bien, saludable. Sentí que si hacía eso, mi hermano estaría muy orgulloso de mí», contó y tuvo sus frutos. Se despachó con 70 puntos para la historia, y para el recuerdo del pequeño Arthur.
Los 76ers tienen un registro de 29 victorias y 13 derrotas y están terceros en la Conferencia Este. (AP/Matt Slocum)
El club de los 70 puntos
Tras su noche perfecta ante los Spurs, Joel Embiid se convirtió en el noveno jugador en llegar a los 70 puntos en un partido de la NBA tras Wilt Chamberlain, quien lo logró cinco veces, Kobe Bryant, David Thompson, Damian Lillard, Donovan Mitchell, David Robinson, Elgin Baylor y Devin Booker.
Wilt Chamberlain (100) Kobe Bryant (81) Wilt Chamberlain (78) David Thompson (73) Wilt Chamberlain (73) Wilt Chamberlain (73) Wilt Chamberlain (72) Damian Lillard (71) Donovan Mitchell (71) David Robinson (71) Elgin Baylor (71) Joel Embiid (70)Devin Booker (70)Wilt Chamberlain (70)
