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20 noviembre, 2024

Fanático de Messi y con un souvenir argentino: el increíble fin de semana de Timofey Skatov, el kazajo que fue pesadilla en la Copa Davis

Timofey Skatov fue la gran pesadilla argentina del fin de semana en el Jockey Club de Rosario. Fue quien amargó a Tomás Etcheverry en el cierre de un sábado sofocante, para dejar 1-1 la serie ante Kazajistán por los Qualifiers de la Copa Davis 2024. Y fue quien doblegó ayer en dos sets a Francisco Cerúndolo en el primer singles de una jornada nublada y más agradable, para igualar el duelo y forzar el quinto punto. Ubicado en el 278° escalón del ranking, sorprendió al público local por la comodidad con la que se movió y jugó sobre polvo de ladrillo. Y también por los gritos de aliento en español que lanzó al aire en los partidos que les ganó al platense, 28° del mundo, y al porteño, 22°, que se convirtieron en las victorias más importantes de su carrera.

Es que Skatov nació en Petropavl, una ciudad ubicada al centro-norte de Kazajistán, y pasó buena parte de su vida en Rusia, país al que se mudó su familia cuando él tenía un año por la carrera de su papá Dmitrii, futbolista, y en el que empezó a jugar al tenis. Pero cuando tenía 17, se instaló en Valencia, para sumarse a la academia de José Altur, ex entrenador de Igor Andreev y David Ferrer, entre otros. Vivió en esa ciudad durante cinco años. Y allí se acostumbró a jugar en esa superficie anaranjada tan habitual en los clubes argentinos, pero poco popular en tierras kazajas.

Tanto pelotear en polvo de ladrillo, terminó adoptando un estilo de juego típico de los tenistas de ese país, como recalcó una y otra vez Guillermo Coria durante el fin de semana. Y también aprendió a hablar español, un idioma que suele utilizar para darse ánimos o reprocharse errores durante los partidos, como hizo en Rosario.

“Voy alternando idiomas”, contó entre risas durante su paso por el Jockey. Y agregó: “Puede que Coria tenga razón cuando dice que soy un ‘jugador español’. Viví mucho tiempo en Valencia y tomé muchas costumbres de esa ciudad, tanto dentro como fuera de la cancha”.

Skatov y Messi, en la foto que el kazajo del rovó al rosarino en Barcelona. Foto Gentileza Timofey SkatovSkatov y Messi, en la foto que el kazajo del rovó al rosarino en Barcelona. Foto Gentileza Timofey SkatovDurante esos años en España, además, nació una conexión especial con Argentina. Es que Timofey se hizo fanático de Lionel Messi, al que conoció una vez de casualidad, cuando se lo cruzó en un shopping en Barcelona y le robó una foto, que todavía lleva de un lado a otro en su billetera.

Luego de uno de sus triunfos del fin de semana, le preguntaron si tenía un club de fútbol preferido en Argentina. Y él no dudó. “No tengo mucha idea. ¿De dónde es Messi? Yo estoy con el club del que sea Leo”, afirmó.

Diestro y con revés a dos manos, bastante bajito para el tenis moderno -en el que la regla parece ser “cuanto más alto, mejor”- y con Roger Federer como espejo, Skatov tuvo una buena carrera como junior. Aunque no ganó ningún Grand Slam (fue semifinalista en Nueva York en 2017), a principios de 2018 llegó a ser número 1.

Compartió camada, por ejemplo, con el italiano Lorenzo Musetti y el estadounidense Sebastian Korda. Por esos años, algunos lo posicionaban por delante de esos rivales, hoy ubicados entre los mejores del ranking. Pero la presión por las expectativas que habían generado su talento y su crecimiento durante su paso por Valencia, sumadas a algunas lesiones, no lo dejaron terminar de explotar.

Skatov alcanzó su mejor ranking, el 123° lugar, el año pasado. Foto JUAN JOSE GARCIA-CLARINSkatov alcanzó su mejor ranking, el 123° lugar, el año pasado. Foto JUAN JOSE GARCIA-CLARINAlcanzó su mejor ranking (123°) en septiembre del año pasado y hasta este fin de semana, no había derrotado nunca a un jugador ubicado entre los mejores 70 del mundo. En el Jockey, venció a dos top 30, triunfos que, espera, le sirvan para seguir mejorando.

“Cuando jugás la Davis, la responsabilidad y la presión son mayores que en el circuito. Ganarles a dos chicos del top 30 significa que voy por buen camino. Ahora sé que puedo hacerlo”, afirmó.

El mismo Cerúndolo reconoció que Skatov hizo que el duelo, que en la previa parecía bastante accesible para los argentinos, se hiciera muy cuesta arriba.

«Fue el jugador que mejor jugó durante los dos días. Nos ganó a Tommy y a mí. Hay que darle crédito, porque si él no hubiera jugado muy bien, creo que tanto Tommy como yo podríamos hacerlo derrotado. Aguantó muy bien todos los partidos. Pensábamos que la serie se había hecho un poquito más fácil cuando se empezaron a bajar jugadores (NdR: Primero Alexander Bublik y luego Denis Yevseyev). Pero apareció Skatov, que jugó un tenis impresionante, muy de polvo de ladrillo, y eso nos complicó», aseguró el porteño.

Timofey se llevó de esta serie esa nueva confianza en su tenis. Y también otro preciado regalo.

“El sábado un señor me preguntó si podíamos cambiar la camiseta. Le dije que la necesitaba para jugar, así que la podíamos cambiar hoy. Lo hicimos. Mi padre me pidió que le llevara algo de este viaje. Así que le llevo la camiseta argentina”, contó sonriente Skatov, el kazajo más español, que fue la pesadilla del seleccionado nacional en Rosario.

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