Serán opuestos los 2024 de Boca y de River. El elenco que preside Juan Román Riquelme tendrá que consolarse con disputar la Copa Sudamericana en lo que será un nuevo comienzo con Diego Martínez como entrenador. En el conjunto de Núñez, en tanto, Martín Demichelis intentará dejar atrás las críticas al comando de un plantel que fue reconstruido tras las salida de jugadores de peso. El objetivo: competir de mejor manera en la Copa Libertadores.
Boca: nueva era y el intento de reinventar al enganche a los tiempos modernos
Los primeros diez entrenamientos de Diego Martínez en Boca empiezan a arrojar algunas pistas de lo que se puede venir en este 2024. Y la más rutilantes de las señales acaso sea la recuperación de la figura del enganche, esa figura en la que brilló como nadie Juan Román Riquelme, el presidente electo que apostó por el Gigoló para reemplazar a Jorge Almirón.
Jugar o no con enganche parece ser una discusión anclada en la década del 2000. La figura no ha quedado en desuso: se reconfiguró. En el fútbol moderno no hay lugar para el talentoso vago, ese que miraba y descansaba cuando la pelota no estaba en sus pies. Así, al talento hay que sumarle sacrificio. “El esfuerzo no se negocia, ni desde los delanteros para presionar, ni de los defensores para jugar. Siempre fui un jugador colectivo, no entiendo esto como algo individual; no entiendo la vida como algo individual. Es algo colectivo, donde todos tienen que tener importancia. Acá todos somos importantes y nos relacionamos con la pelota, es una cuestión hasta de cómo uno entiende la vida, me parece. Es esto de compartir, que la pelota es de todos, no es de uno”, dijo Martínez en una entrevista con Clarín en 2022.
Martínez no buscará entonces un Riquelme para su Boca modelo 2024, sino a un futbolista con despliegue, que pueda conectar con los atacantes y que llegue a posición de gol con frecuencia.
Para el debut en el amistoso del sábado contra Gimnasia y Tiro en Salta, el entrenador podría incluir a Lucas Janson como enlace por detrás de los dos puntas, posiblemente Darío Benedetto y Miguel Merentiel. Las características del ex Tigre y Vélez no parecen ser las ideales para la función, pero con probar nada se pierde. Conviene recordar que Martínez ya experimentó en sus anteriores clubes: en Godoy Cruz lo hizo con Martín Ojeda y Ezequiel Bullaude; en Huracán, con Juan Gauto.
Sorprende la apuesta por el enganche de Martínez porque en Tigre, donde mostró su mejor versión, casi nunca jugó con esa figura. En el Matador de Victoria el 4-4-2 salía de memoria, con Equi Fernández y con Prediger en el medio y con Colidio y Retegui en ataque.
Martínez asoma como un técnico romántico y pragmático en similares proporciones. Lo primero lo aprendió realizando capacitaciones en La Masía de Barcelona; lo segundo, en su recorrido en la función: dirigió en todas las categorías del fútbol argentino.
En defensa, los equipos del Gigoló suelen pararse con 4 futbolistas y Boca no será la excepción. Advíncula-Figal-Rojo-Fabra sale de memoria, pero la incorporación de Cristian Lema le pondrá presión a Figal. También hay que ver cómo se reacomoda Fabra luego del malestar que generó en los hinchas su expulsión en la final de la Libertadores contra Fluminense.
Benedetto y Rojo, cuerpo a cuerpo en Boca Predio. (Foto: Javier Garcia Martino)Boca está en búsqueda de un volante central (suenan Federico Redondo y Fausto Vera) porque el año pasado no fue bueno el rendimiento de Jorman Campuzano. La fija para el puesto es Ezequiel Fernández, que recién se sumará tras el Preolímpico Sub-23 de Venezuela.
Con la salida de Valentín Barco, Pol Fernández y Ezequiel Bullaude serían los laderos del volante central, Equi. El cuestionado Juan Ramírez, y los juveniles Jabes Saralegui y Mauricio Benítez son las alternativas.
La sensación es que Cristian Medina (también disputará el Preolímpico Sub-23) es el futbolista más adecuado para cumplir la función de enganche o volante mixto. El nacido en Moreno hace 21 años tuvo su pico de rendimiento cuando jugó detrás de los atacantes o de interior por derecha. Con Almirón terminó haciendo la banda por ese sector y se opacó. Lo de Janson es una apuesta por observar, mientras que Vicente Taborda lucha por ganarse algunos minutos.
Arriba, Cavani y Merentiel arrancan como la dupla ideal. Martínez alberga esperanzas en Luca Langoni y pretende recuperar a Darío Benedetto, con sondes de equipos del exterior. Exequiel Zeballos, en tanto, no estará disponible el primer semestre por su lesión del ligamento cruzado anterior y menisco externo de la rodilla derecha.
“Boca te hace sacar lo máximo a cada persona, porque es lo que te exige la institución. Lo que vamos a buscar es ganar cada fin de semana y competir en cada competencia. Boca te obliga”, confesó el DT la tarde de su presentación.
Los primeros trazos del Boca de Martínez se vislumbran. La recuperación de la figura del enganche es una alternativa. Al cabo, con o sin enlace, Boca deberá emocionar a los hinchas, esos que observarán transcurrir el año sin la posibilidad de ganar la Libertadores…
River: una reconstrucción necesaria con el máximo objetivo en la Libertadores
Martín Demichelis planifica el 2024 en Estados Unidos. En Bradenton, donde el conjunto Millonario realiza la pretemporada, Micho diseña su equipo de cara a un año cargado de exigencias, en el que el club de Núñez afrontará 6 competencias, pero que tendrá el foco puesto en la Copa Libertadores.
Con la reestructuración del plantel, dada la disminución de jugadores que hubo, el técnico buscará encontrar más tranquilidad después de un año de transición en el que, más allá de los vaivenes, River logró dos títulos locales. Ahora, sin descuidar los torneos domésticos, la apuesta principal será en el plano internacional.
“Se gana, se empata y se aprende”, fue una de las frases de cabeceras de Demichelis durante el 2023. Ahora, le llegó el momento de poner en práctica el aprendizaje que tuvo el último año durante su primera experiencia como entrenador de un equipo profesional.
Para ello, apostará primero a definir una formación que tenga que ver con su pensamiento. Y con el conocimiento pleno ya de los jugadores, buscará adaptar las características a los sistemas que decida emplear.
El esquema predilecto de Demichelis es el 4-3-3. “Me gusta mucho ese sistema, con sus variables”, dijo en la entrevista que dio con Clarín el año pasado. Entonces, se interpreta que puede ser flexible. Y esa elasticidad estará dada por los movimientos de los futbolistas.
Por ejemplo, en el partido contra Rosario Central en Córdoba, Facundo Colidio no jugó abierto como extremo por la izquierda y se centralizó, detrás del 9. Y en la final por el Trofeo de Campeones en Santiago del Estero, el ex Tigre jugó como centrodelantero, con Pablo Solari en la punta derecha y Claudio Echeverri de enganche. Paró un 4-3-1-2 y la amplitud por la izquierda la dieron o Esequiel Barco cuando se abría o Enzo Díaz son sus proyecciones.
Entonces, Demichelis, en principio, piensa en un mediocampo de tres futbolistas, con un volante central y dos internos, de los que uno de ellos se complemente con el mediocentro y lo respalde en la recuperación y el otro (Barco) se suelte más en ataque. También puede pasar que Barco sea extremo izquierdo y que sume otro mediocampista para armar el 4-3-3 o puede pasar también que el esquema mute en un 4-2-3-1, sobre todo en el arranque de la temporada.
El gran desafío será cómo reemplazar a Enzo Pérez y Nicolás De La Cruz, dos jugadores fundamentales en el andamiaje del equipo, por la experiencia del mendocino (se fue a Estudiantes de La Plata) y la dinámica e inteligencia del uruguayo (partió a Flamengo). Matías Kranevitter y Rodrigo Aliendro ocuparían esos lugares, aunque pelean también por meterse Nicolás Fonseca y Manuel Lanzini. Y si Barco es extremo, el otro volante sería Nacho Fernández.
En la defensa, las cosas están más claras. El arquero es Franco Armani y la línea de cuatro será con Sebastián Boselli, Paulo Díaz, Ramiro Funes Mori y Enzo Díaz. De todos modos, Micho no tendrá en el arranque al lateral uruguayo porque irá al Preolímpico con su selección. Entonces, Santiago Simón arrancará el año jugando por ese sector ya que Milton Casco se recupera de una lesión de meniscos.
Lo mismo pasará con Echeverri y Solari, quienes también estarán afectados a ese torneo, con Argentina. Por Solari podría jugar Pity Martínez o que la dupla de ataque sea entre Colidio y Miguel Borja.
Para terminar de encontrar el equipo ideal, Demichelis pretende un delantero más. Y de jerarquía, de ser posible. River intentó repatriar a Lucas Alario, primero, y a Rafael Borré, después. Pero se encontró con la negativa de ambos, que van a ser refuerzos del Inter de Porto Alegre. Y se quedó sin Salomón Rondón.
Además de Colidio y de Borja, Micho tiene al juvenil Agustín Ruberto, a quien le renovaron el contrato hasta 2027. Hay esperanzas depositadas en este chico que fue goleador en el Mundial Sub-17 como así también en la renovación que vayan dando los más jóvenes. Habrá que ver si el técnico se anima a ponerlos. Tiene una intención, también de bajar el promedio de edad de la formación para tener un equipo más ágil, dinámico y veloz.
El otro desafío para Demichelis, además de confeccionar un plantel competitivo en términos futbolísticos, también será en la reconfiguración del vestuario y en pensar en el esquema de capitanes del grupo. Ya sin Enzo Pérez ni Maidana, la cinta naturalmente le quedará a Armani, quien fuera de la cancha estará rodeado de otros referentes en el liderazgo del grupo. Lo escoltarán Nacho Fernández, Casco y Pity Martínez.
En definitiva, más allá de los nombres, los esquemas, el vestuario y la táctica, River buscará seguir siendo protagonista en cada cancha. Como manda su historia.