Un cabezazo de Marcos Llorente a los 93 minutos desató la locura de festejo del entrenador argentino Diego Pablo Simeone, que con su Atlético de Madrid volvió a ser la bestia negra del Real Madrid en el clásico y alimentó las esperanzas de sacarle el título de La Liga, gracias al empate 1-1 en el Santiago Bernabéu.
La Casa Blanca no pudo sacar tajada del empate (0-0) del sábado entre el Girona (2º) y la Real Sociedad (6º). Con este resultado, el Real Madrid manda con 58 puntos, seguido por el Girona (56), Barcelona (3º con 50) y Atlético (48).
«Es un punto. El equipo lo buscó hasta el final. Es un empate creo que merecido. Para mí fue un partido raro. Tuvimos situaciones de gol, nos hicieron el gol, estaban ellos mejor que nosotros, pero tuvimos más situaciones nosotros que ellos. El segundo tiempo se hizo largo, con pocas situaciones para ningún lado. No fue ni de cerca los partidos vibrantes que fueron los últimos», declaró el Cholo.
«Siempre empatar fuera de casa no está mal», continuó Simeone, que insistió: «Creo que fue un partido flojo de los dos equipos. No fue un partido vibrante. Fue más medido, cuidado, nadie quería cometer errores. El segundo tiempo fue parecido. Ellos tuvieron dos, nosotros tuvimos la de Griezmann y el gol anulado justo, porque Saúl estaba delante del portero, y el gol que nos dio el empate que nos vale para seguir sumando en LaLiga».
No empezó bien su equipo. Simeone gesticuló tenso, nervioso, a veces se desesperó, a veces pidió calma, se movió de un lado hacia otro como si aún fuera un futbolista cuyo terreno de juego se reduce al área técnica, en una puesta en escena fallida, que rescató al final Llorente y que dejó a su equipo con su décimo derbi seguido sin ganar en terreno del ‘eterno’ rival. No gana allí desde el 27 de febrero de 2016.
Desde el 8 de abril de 2017, con un 1-1, hasta este 4 de febrero de 2024, con otro 1-1. Ha perdido en cinco de esas últimas diez visitas. Empató en otras cinco. En cinco no marcó ningún gol. Su peor racha sin ganar en terreno madridista es de catorce choques, entre 1973 y 1983. De 2003 a 2013 atravesó doce. De 1957 hasta 1964, otros once.
No se reconoció a sí mismo el Atlético sobre todo en el primer tiempo (quizá más allá), sobrepasado, desubicado, desconocido, con el gol en contra que puso en evidencia el despeje de Koke Resurrección, quizá ante su último derbi, el número 40, si no renueva su contrato que expira el próximo 30 de junio de 2024, pero que fue el desenlace más previsible, por más que cada rebote le favoreció al Real Madrid, remachado finalmente por Brahim Díaz ante Jan Oblak.
La apuesta de Simeone por Rodrigo Riquelme fue fallida. En el escenario del Santiago Bernabéu, en la dimensión y la dificultad de un partido así, ‘Roro’, puro desborde, sufrió por el carril izquierdo. Recolocado después como interior derecho, ante tal zozobra de todo el equipo, no sólo de él, al descanso se quedó en la caseta, como el miércoles ante el Rayo.
La esperanza del gol en el minuto 48 de Stefan Savic, rematador de un córner endiablado de Antoine Griezmann, se desvaneció en cuanto el árbitro, Sánchez Martínez, consultó con su asistente en la banda. Celebrado ya el 1-1 por el Atlético, le informó del fuera de juego con el que Saúl Ñíguez invalidó la acción, casi al borde de la línea de gol, como estorbo de Lunin.
Simeone dio entrada a Samuel Lino, Memphis Depay y Pablo Barrios. Después, hizo la apuesta final por Ángel Correa, en sustitución de Koke. El argentino centró, Griezmann remató de tacón, Lunin detuvo la oportunidad. Parecía el fin de LaLiga. Hasta que, de repente, apareció Marcos Llorente.
En los otros partidos del día el Betis (8º) igualó 1-1 en su cancha ante el Getafe (10º) con goles de penal de Isco (35) y Mason Greenwood (8). Además, Villarreal (14º) y Cádiz (18º) empataron sin goles y el Celta (16º) sorprendió con un 3-0 en la cancha de Osasuna (12º).
Fuente: Agencias