Año nuevo, vida nueva. La frase, aunque ya demasiado erosionada, no pierde vigencia. Y aplica a la perfección en Boca que comienza este martes en Ezeiza un nuevo ciclo con Juan Román Riquelme como presidente -aunque ya era el hombre fuerte al frente del Consejo de Fútbol- y con Diego Martínez como DT.
Será un 2024 de reconstrucción para el club después de un 2023 tan turbulento como intrascendente que terminó con apenas una vuelta olímpica -la Supercopa Argentina- y el golpazo de la final de Copa Libertadores perdida en el Maracaná.
No estará como “zanahoria” el máximo torneo continental -solo alcanzó a clasificar para la Sudamericana- , pero sí el desafío de dejar atrás la irregularidad. El paso inicial será el último fin de semana de enero cuando visite a Platense, en Vicente López, por la primera fecha de la Copa de la Liga Profesional.
La columna vertebral del nuevo Boca será su flamante entrenador. Es que Martínez era el hombre que siempre quiso Riquelme para conducir el equipo desde la salida de Miguel Ángel Russo. La apuesta a un estilo de juego definido, similar al que el ahora dirigente siempre pregonó, será la piedra fundamental sobre la que intentará armar un equipo competitivo que mantendrá la base del año pasado –Sergio Romero, Nicolás Figal, Marcos Rojo, Guillermo Pol Fernández y Edinson Cavani, entre otros- y a la que buscará potenciar a partir de los refuerzos que procurará cerrar durante el mercado de pases.
Una ventaja invisible es que el DT tiene conocimiento de buena parte del plantel. Es que ya que trabajó con muchos de sus actuales jugadores en su tiempo como entrenador de las inferiores -estuvo entre 2011 y 2015-. Es el caso de Marcelo Weigandt, Vicente Taborda, Ezequiel Equi Fernández, Cristian Medina, Exequiel Zeballos, Luca Langoni, Valentín Barco y Luciano Di Lollo.
Marcos Rojo, líder de la defensa. Foto: AFPY los vínculos no terminan allí, dado que Martínez también coincidió con Ezequiel Bullaude y Miguel Merentiel en Godoy Cruz y con Lucas Blondel en Tigre. Además, volverán a verse con otros tres viejos conocidos como Aaron Molinas, Agustín Obando y Gabriel Vega, que este martes también dirán presente en el Boca Predio para el retorno a los entrenamientos. Se trata de un dato nada menor y que acortará los tiempos de conocimiento para llegar más rápido a los objetivos.
Riquelme y compañía vienen trabajando los últimos días en el mercado de pases. Está casi sellada la vuelta de Éver Banega, quien sólo debe resolver su salida del Al-Shabab de Arabia Saudita, donde tiene contrato hasta junio.
También suenan fuerte Cristian Lema, de últimpo paso por Lanús, y el ex Independiente Alan Franco, para ser los relevos de Figal y Rojo en la zaga. Además, los dirigentes están a la caza de un volante que se mueva por el sector izquierdo del mediocampo y ahí pican en punta Matías Rojas (Corinthians), Kevin Zenón (Unión) y Rubén Botta (viene de descender con Colón).
¿Y las bajas? Ya se marcharon Facundo Roncaglia y Diego Pulpo González. Rojo desestimó una propuesta millonaria para ir a Inter Miami, pero hay ofertas por Medina y sondeos por Valentini y Equi Fernández. Y el DT debe definir si siguen Frank Fabra, Darío Benedetto, Norberto Briasco, Jorman Campuzano y Juan Ramírez.