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Resistencia
15 noviembre, 2024

347 días después, Nadal volvió a las canchas: le ganó la batalla a la maldita lesión y ya piensa en Australia

Casi un año pasó Rafael Nadal alejado de las pistas; 347 días en los que luchó y trabajó para recuperarse de un problema en el psoas ilíaco izquierdo y una vieja molestia en la cadera. Pero el mallorquín le ganó, una vez más, la batalla a su cuerpo y volvió a jugar.

Su regreso fue con derrota: 6-4 y 6-4 en el debut del cuadro de dobles del ATP 250 de Brisbane, Australia, ante los locales Max Purcell y Jordan Thompson, con su entrenador Marc López (que volvió del retiro para acompañar a su viejo amigo, tras recibir una wild card) como compañero. Pero le dejó buenas sensaciones al ex número uno, que igual mantiene los pies en la tierra y, aunque no confirmó que 2024 será su último año, tampoco descartó el retiro para la temporada que acaba de empezar.

«No puedo predecir lo que ocurrirá en el futuro, por eso siempre digo que probablemente sea mi último año, pero no al cien por ciento. Hay un porcentaje alto de probabilidad de que esta sea la última vez que compita en la gira de Australia, pero si estoy aquí el año que viene, no me recuerden que dije que iba a ser el último. Es altamente probable», comentó con buen ánimo el español, de 37 años y relegado al puesto 672° del ranking por su larga ausencia.

«No sé cómo voy a pasar los próximos seis meses. No sé si mi cuerpo me dejará disfrutar del tenis tanto como lo hice los últimos 20 años. Si me deja ser competitivo, no me importa ganar los torneos más grandes, sino la manera en la que me sienta feliz. Sentir que puedo entrar a la pista y jugar contra cualquiera. No me importa si gano o pierdo. Si logro tener esa sensación…», advirtió.

Nadal no jugaba desde el 18 de enero pasado, cuando perdió en la segunda ronda del Australian Open ante el estadounidense Mackenzie McDonald, en un duelo en el que sufrió una lesión de grado 2 en el psoas ilíaco de la pierna izquierda. Desde entonces vivió un 2023 de muchísima incertidumbre, con una operación a principios de junio para tratar esa lesión y un viejo problema de cadera, que llenó aún más de dudas su futuro.

Tras la derrota en Brisbane, Rafa recordó los difíciles momentos que vivió y confesó qué fue lo que más extrañó del tenis.

«Es una larga historia porque se desarrolló en varias fases. Después de lo sucedido en Australia, pensábamos que en unas ocho semanas estaría de vuelta, pero pasó ese tiempo y me sentía igual. La frustración era muy alta», relató. «Me dijeron que si me retiraba del tenis no hacía falta que me operara, pero que para volver a las canchas, necesitaba hacer esa intervención. Tomé la decisión correcta porque quería volver a sentirme tenista».

«Eché de menos estar listo para competir. No lo podía hacer porque, durante este tiempo, mi cuerpo no estaba preparado. Cuando te sentís mal, no podés competir. Echaba de menos estar sano y despertarme sin dolor y tener la oportunidad de tener una vida normal. Y cuando empecé a sentirme preparado, como ahora, estaba seguro que estaría impaciente por que llegase la competición. Eso me gusta. Si no tuviera la determinación y la pasión no estaría aquí», agregó.

Desde que confirmó que volvería a las canchas, a mediados de noviembre, el español se cuidó de no sembrar grandes expectativas. «No sé a qué nivel, no sé qué se puede esperar, no tengo ni idea», repitió una y otra vez.

Aunque tras desembarcar en Brisbane -acompañado de su esposa Mery Perelló y su hijo Rafael Jr., que con poco más de un año ya se paseó por el predio de torneo con una raqueta en mano- estuvo entrenando con varios de sus colegas/rivales y todos destacaron lo bien que lo vieron.

«Cuando terminó el entrenamiento, hablé con mi equipo y todos coincidimos en que Rafa jugó increíble, pegando a la pelota muy fuerte. Lo vi moviéndose genial, con gran rapidez e intensidad. Fue el entrenamiento más exigente que tuve en los últimos seis meses», comentó el joven danés Holger Rune, ocho del mundo.

El británico Andy Murray, 42° del ranking y compañero del mallorquín en la Vieja Guardia, coincidió: «El entrenamiento con él fue realmente muy intenso. Está bien físicamente y jugando a buen nivel. Hay algunas cosas que está haciendo ligeramente distintas, como ser más agresivo con su segundo servicio e intentar reducir los peloteos, buscar antes los tiros ganadores con su drive. Si quiere tener éxito, creo que debe seguir por ese camino. Si las lesiones lo respetan, ese estilo de juego le va a funcionar muy bien».

«Es lógico que si les preguntás a mis compañeros no te van a decir que Rafa Nadal está jugando desastroso», comentó el mallorquín entre risas. «Lo que digan no tiene mucho valor porque si yo estuviera en su posición, tampoco diría cosas malas de otro tenista. Si soy realista, estoy feliz por la forma en la que estoy entrenando. No tengo las expectativas que tenía en el pasado. Hace un año me operaron y no tuve tiempo para alcanzar un nivel decente. Para mí lo que pase después es imprevisible, y en lo que respecta a la competición, es difícil de decir».

Así, Nadal evitó alimentar la ilusión de sus seguidores de cara al Grand Slam oceánico, que arrancará el 14 de enero y será la primera gran cita de la temporada. Su objetivo, lo infirió más de una vez, es recuperar las sensaciones dentro de la cancha y tratar de llegar de la mejor manera a la gira europea de polvo de ladrillo, su tramo favorito del calendario, para jugar en Roland Garros, donde ganó 14 de sus 22 «grandes», y los Juegos Olímpicos de París, que se disputarán también en el club de Bois de Boulogne.

Antes de viajar a Melbourne, igual, el español tendrá al menos un partido más para seguir recuperando el ritmo. Y qué partido. Porque este martes debutará en el cuadro de singles de Brisbane, al que también entró gracias a una invitación especial, ante Dominic Thiem, ex número tres del mundo y campeón del US Open 2020.

El potente austríaco -que sigue buscando su mejor nivel tras una larga recuperación de una lesión en la muñeca derecha y una pérdida de confianza tras ese festejo en Nueva York hace tres años- viene de superar la qualy, con dos trabajadas victorias. Y era uno de los rivales más duro que podía tocarle al español para el debut.

En el pasado, jugaron 15 partidos, con nueve festejos de Rafa. Thiem, de 30 años y 98° del ranking, se impuso en los dos últimos que disputaron, en los cuartos de Australia 2020 y en el round robin de las ATP Finals de ese mismo año. Aunque el mallorquín se quedó con un set de entrenamiento (6-3) que jugaron hace unos días en Brisbane, antes del arranque de la fase previa. ¿Habrá sido un anticipo de lo que ocurrirá este martes?

Djokovic también puso primera

Novak Djokovic, que junto a Nadal se perfila como uno de los grandes protagonistas del 2024, también dio el puntapié inicial a su temporada. Aunque a diferencia del español, lo hizo con un festejo. El serbio, número uno del mundo, derrotó por 6-3 y 6-2 al chino Zhizhen Zhang, en el primer punto del duelo entre sus países por la United Cup, el torneo mixto por equipos que se disputa en Perth y Sidney.

Tras la caída de su compatriota Olga Danilovic ante Qinwen Zheng en el singles femenino, que igualó la serie, Nole volvió a la cancha junto a Danilovic ganó 6-4, 1-6 y 10-6 el dobles mixto ante Zhang y Zheng, para darle el triunfo al conjunto serbio en su debut.

Este será el único torneo que Djokovic jugará antes de Australia, donde buscará su 11° título y el 25° en un Grand Slam, para romper el récord absoluto que hoy comparte con Margaret Court. Si gana en Melbourne, además, dará el primer paso en la búsqueda del codiciado e inédito Golden Slam, que implica conquistar los cuadro Majors y el oro olímpico en una misma temporada y que solo consiguió una persona en la historia, Steffi Graf en 1988.

En otros duelos de la jornada, Estados Unidos venció 2 a 1 a Gran Bretaña en Perth; y Canadá se impuso por el mismo resultado ante Chile en Sidney. El torneo cerrará el martes su round robin y disputará los cuartos el miércoles; las semis, el sábado; y la final, el próximo domingo.

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