El efecto de la crisis se sigue sintiendo sobre la actividad y tiene su correlato en las importaciones. En marzo, las compras externas se hundieron 36,7% y cerraron en US$ 4.335 millones. En cambio las exportaciones repuntaron 11,5% en comparación con el mismo mes del año anterior y totalizaron US$ 6.394 millones.
Como resultado, la balanza comercial tuvo un superávit de US$ 2.059 millones, el cuarto resultado positivo consecutivo. De este modo en el primer trimestre y con las importaciones pisadas por la recesión y las restricciones que todavía rigen para el acceso a los dólares, el saldo comercial del año fue de US$ 4.523 millones.
El año pasado en el mismo período, con el dólar pisado y la carrera para ganarle a la inflación a través del consumo había habido un déficit de US$ 1.343 millones.
Según informó el INDEC, el salto de las exportaciones en marzo fue consecuencia un incremento en las cantidades vendidas (21,3%), ya que los precios disminuyeron 8,0%.
Los productos primarios (PP) ascendieron 27,4%, lo que correspondió a US$ 376 millones. Esta suba se debió principalmente a mayores ventas de cereales, que aumentaron 34,4%.
El valor de las exportaciones de Combustible y Energía creció 19,2% (US$ 133 millones) por una suba de 0,3% en los precios y de 19,5% en las cantidades.
Las Manufacturas de Origen Agropecuario (MOA) se elevaron 15,7% (US$ 295 millones) por un crecimiento de 39,9% en las cantidades, ya que los precios se redujeron 17,3%. Los mayores aumentos se registraron en residuos y desperdicios de la industria alimenticia y en grasas y aceites.
El único rubro en el que las exportaciones registraron un retroceso fue las exportaciones industriales. La categoría Manufacturas de Origen Agropecuario disminuyó 8,1% (-US$ 144 millones) tanto los precios como las cantidades bajaron 2,1% y 5,8%, respectivamente. El subrubro que más cayó fue material de transporte terrestre (-US$ 147 millones).
En cuanto a las importaciones, los precios y las cantidades disminuyeron 6,9% y 32,1%, respectivamente. El uso económico más afectado por este descenso fue el de combustibles y lubricantes (CyL), con una disminución de 76,6% (-US$ 432 millones). Esta caída se debió a una reducción del 77,8% en las cantidades importadas, ya que los precios subieron 5,3%. Combustibles y lubricantes elaborados fue la categoría que más decreció en este uso (-US$364 millones).
La compra al exterior de Bienes Industriales cayó 36,9% (-US$ 1.087 millones); las cantidades cedieron 23,5% y los precios, 18,0%. Y las de bienes de consumo se achicaron 34,1%.
En Bienes de Capital la caída fue de 31,3% (-US$ 307 millones) como consecuencia de un descenso de 32,3% en las cantidades, puesto que los precios aumentaron 1,7%.
Para la consultora ACM, «el desempeño comercial del primer trimestre de 2024 se ha visto influido positivamente por el ajuste cambiario realizado en diciembre, el cual logró reducir la disparidad con los tipos de cambio alternativos y, como consecuencia, aliviar la presión cambiaria. Este ajuste propició una notable recuperación en las exportaciones, en paralelo con un detrimento de las importaciones, que también fue influida negativamente por la menor demanda interna».
«Hacia delante, hay varias razones para mantener una visión optimista sobre el balance comercial: En primer lugar, se espera que durante el transcurso de este año haya una recuperación frente al impacto negativo generado por la sequía de 2023. Si bien las condiciones meteorológicas son variables, las proyecciones se mantienen alentadoras», señalan.
Por otro lado, «las estimaciones para el sector energético indican una reducción significativa en las importaciones de energía, una situación que podría contribuir a revertir el déficit histórico en dicho sector».
La estimación de ACM es que el superávit del año rondará entre los US$ 12.000 y US$ 16.300 millones.