Desde este año, el consumo privado -que representa aproximadamente el 70% del PBI- empezó a transitar en terreno negativo, de la mano de la alta inflación, la caída del poder de compra de los ingresos y la menor actividad económica que afecta a casi todos los sectores.
Esa tendencia negativa se replica a nivel regional, en practicamente todas las provincias y hay indicios de que la situación no logrará revertirse durante el primer semestre del año. Recién podría moderarse a partir del segundo semestre, en la medida que la inflación se desacelere y algunos sectores de la actividad ensayen las primeras señales de reactivación.
Es una de las conclusiones de la consultora MAP Economic&Business Advisors que analizó cuál será el comportamiento del consumo, variable esencial del crecimiento económico, según los distintos sectores y regiones del país. “Difícilmente los salarios y el empleo puedan recuperarse este año y, por el contrario, sólo es posible prever una mejora muy tibia de los ingresos y los niveles de ocupación laboral recién a partir del cuatro trimestre del año», advirtió el informe.
Este panorama se daría, esencialmente, porque a lo largo del año los ingresos experimentarían una caída media de 13.8% anual, estiman los analistas de la consultora. “Aunque podría haber algunos meses en los que los salarios consigan ganarle a la inflación, en líneas generales 2024 será un nuevo año de pérdida de poder adquisitivo. Con lo cual, el consumo privado seguiría deprimido, en esta primera parte del año».
“Si bien factores como el financiamiento y las expectativas poseen un rol relevante en el desempeño del consumo, la masa real de ingresos es el determinante principal, y depende, a su vez, de la evolución de los ingresos reales y el empleo».
La recuperación según los sectores y las provincias
Por el lado del empleo, durante los próximos meses, no habrá buenas noticias, condicionando cualquier intento de recuperación del gasto de las familias. A su vez, la evolución de la masa real de ingresos estará sujeta, en buena medida, a la performance esperable para los sectores de mayor peso en el empleo y la actividad. Por ejemplo, los ingresos y el empleo en sectores como el agro, O&G y minería podrían mostrar una mayor resiliencia, dado que se prevé que los mismos escapen a la tendencia negativa de caída del PIB. Según el Relevamiento de Expectativas del Mercado (REM) del Banco Central, el nivel del Producto Interno Bruto (PIB) real será 3,5% inferior al promedio de 2023.
La recuperación de los niveles de consumo, por otra parte, no será homogénea entre los distintos sectores. Aquellos con mayor peso en la ocupación, Construcción, Comercio e Industria Manufacturera, que dan empleo a cerca de 4.7 millones de personas, estarán entre los más afectados por la caída de la actividad, explicando la tendencia negativa general.
A nivel regional, tampoco se verá heterogeneidad en el repunte. Así, el buen desempeño del agro beneficiaría a las provincias de Buenos Aires,Córdoba, Santa Fe y Entre Ríos, mientras que el crecimiento de Minería y Oil &Gas podría sostener el consumo en las provincias de Catamarca, Salta, Jujuy, así como en la región patagónica.
En sentido contrario, distritos con predominio de economías regionales o sectores ligados a la industria y la producción de bienes de consumo sentirían con más fuerza el efecto de la recesión. En este caso, por ejemplo, las provincias del NEA y el NOA, donde predomina la actividad frutihortícola y la producción maderera y algodonera.
A su vez, las regiones de Cuyo y Centro se verían afectadas por la fuerte presencia de actividades manufactureras (producción automotriz, químicos, siderurgia, fabricación de maquinaria y equipo y elaboración de alimentos y bebidas), cuyo desempeño se ha visto afectado recientemente por la caída de la demanda interna.
«A su vez, es dable esperar que el consumo se mantenga deprimido en aquellas provincias con altas tasas de empleo público, como Santa Cruz, Jujuy, La Rioja y Catamarca, donde alrededor del 40% de las personas activas trabajan en dependencias públicas. Finalmente, también es esperable un comportamiento magro del gasto de los hogares en aquellas provincias con mayores tasas de informalidad laboral, como Salta, Córdoba, San Juan, Tucumán, Santiago del Estero y Chaco», señala el informe.