La baja de tasas de interés y la desaceleración inflacionaria que se registraron en marzo no alcanzaron para revertir la tendencia de caída que el crédito al sector privado experimenta desde hace 19 meses consecutivos. En el tercer mes del año, se redujo con fuerza el financiamiento bancario a hogares y empresas, síntoma de la recesión económica que atraviesa la Argentina.
Los datos del Banco Central revelan una nueva contracción de la demanda de préstamos bancarios respecto a lo que se había visto en febrero. Para empezar, el financiamiento con tarjetas de crédito y la colocación de préstamos personales, creció el mes pasado menos que la inflación proyectada por la mayoría de las consultoras de la City.
Así mientras se estima que el viernes próximo el INDEC de a conocer un IPC de marzo de entre el 10% y 13%, el uso de tarjetas aumentó cerca de un 5,1% el mes pasado. El crecimiento interanual, llegó al 166,9%, quedando también por debajo de los niveles de la inflación estimada del año, arrojando en consecuencia una baja en términos reales en ambos análisis.
Los plásticos se mantienen como la vía de financiamiento más usada por las familias. La caída en su uso se corresponde con el desplome del consumo que se vio en los últimos meses. Sin embargo, el economista Guillermo Barbero, de First Capital Markets, aclaró: “En este caso en particular, debemos destacar que los últimos días del mes han sido feriados y coinciden además con un período durante el cual tradicionalmente se utiliza el dinero plástico con mayor frecuencia y eso puede diferir el cómputo de las operaciones hacia el mes siguiente, por lo cual el análisis de las variaciones puede dar lugar a interpretaciones menos precisas”.
El uso de tarjetas para financiar consumo en dólares también se desplomó durante marzo. Es que el llamado «dólar tarjeta», hoy en $1.410 se convirtió en la cotización más cara para la moneda estadounidenses en el mercado, por lo que los argentinos que hacen consumos en el exterior dejaron de elegir a las tarjetas como forma de pago.
Por su parte, pese a que se luego de la baja de tasas de la economía que encaró el Banco Central el mes pasado algunos bancos redujeron el costo de sus créditos, los préstamos personales también anotaron otro mes en baja durante marzo. El stock de estas líneas aumentó un 8,1% en términos nominales y una caída de más del 100% en términos reales respecto a lo que se veía un año atrás. «Las expectativas de despidos y suspensiones en el corto plazo no le permiten a la demanda despegar. Los proyectos familiares que demandan endeudamiento quedan relegados para los meses por venir”, agregó Barbero.
En marzo, el saldo total de préstamos en pesos al sector privado alcanzó un nivel de $ 20,1 billones, representando una suba en los últimos 365 días de $ 12 billones, equivalente al 145,7% anual, valores que se encuentran por debajo de la inflación del período, que se estima que rondará el 290%.