Este año se espera que la actividad económica presente una trayectoria en forma de «V,» suelen decir los economistas: tocando un piso en el segundo semestre del año y luego comenzando a recuperar. Siempre con pronósticos de una caída del PBI que van desde el 2,8% al 5% o más. En este contexto, el comportamiento de los distintos sectores económicos no será homogéneo. El sector agropecuario, tras la sequía, por ejemplo, se vislumbra como el mayor impulsor. En cambio, otros sectores -especialmente aquellos que producen bienes no esenciales- se perfilan como los más perjudicados por la coyuntura.
“A pesar de los recortes en los rendimientos esperados de la cosecha gruesa, se espera una recuperación en el sector agrícola, con un crecimiento estimado para el 2024 del 19,2%», según la consultora Abeceb. Esto traccionará la venta de maquinaria agrícola (con subas previstas del 14,6%) los agroquímicos (3,2%) y los fertilizantes (8%).
Este sector, junto con la minería, donde la suba estimada es del 11,1%, y el sector de oil & gas, especialmente Vaca Muerta (petróleo 7,4% y gas 4,3%) y economía del conocimiento, en el que se esperar exportaciones por U$S 10.000 millones, son los que impulsarán el nivel de actividad económica durante el resto del año.
“Se trata de los sectores que pueden aportar al salto de la productividad y la oferta de divisas, aunque tienen limitada capacidad para generar empleo en la magnitud que el país necesita, explican los analistas de la consultora. «Pero al mismo tiempo, son claves en la dinámica de las economías regionales”, aclaran.
En cambio, otros sectores de la economía, entre ellos los más impactados por la inflación, como el consumo -por ejemplo- no vivirán los próximos meses con demasiado aliento. Abeceb estima que la pérdida en el consumo será del 8% debido fundamentalmente, a la caída de ingresos y el aumento de los costos de las familias como las tarifas, colegios, transporte y salud, entre otros.
Esto repercute, a su vez, en los rubros vinculados al consumo masivo como alimentos y bebidas, que según la consultora caería 0,5%. Y también en el retail, con electrodomésticos sufriendo una merma del 10,5%.
Concretamente, las caídas ya empezaron a cuantificarse: el último informe del INDEC, de enero, dio cuenta de una caída en los supermercados del 13,8%, en los autoservicios mayoristas, del 81,% y en los shoppings, un desplome del 21,3%. La razón es básica: ante la caída del poder adquisitivo de los salarios los consumidores reajustan su consumo, dejando de comprar ciertos productos que no son esenciales.
Teniendo en cuenta todas las ramas productivas, el indicador de la consultora Orlando Ferreres&Asociados, mostró una caída promedio del 5,6% en el nivel de actividad acumulado en enero y febrero. Los sectores más beneficiados resultaron el agro y la minería. Y los más rezagados fueron la Construcción, (-14%), la intermediación financiera (-8,7%) y la industria manufacturera (-7,5%).
Los sectores con mayores dificultades
Las ventas de autos, se prevén en caída en el mercado interno, debido a los aumentos de precios que experimentaron los vehículos tras la devaluación de diciembre y que motivó la reaparición del financiamiento para la compra de unidades cero kilómetro de parte de los fabricantes. No obstante, este sector morigera mucho la caída por su inserción internacional.
Otro sector que incidirá negativamente en la recuperación de la economía es la Construcción, con una caída pronosticada del 11%, según Abeceb, “ dado que no verá la luz en la obra pública hasta que se defina el nuevo sistema de participación privada. Esto se suma a otros factores como la falta de financiamiento a tasas competitivas”, señaló.
Según la consultora que dirige el economista Dante Sica, la industria podria tener una baja del 5,2% ante las expectativas de apreciación del tipo de cambio. “No tiene los incentivos para asumir riesgos que le permitan competir en el mercado global, las empresas se encuentran en wait and see, dejando en suspenso inversiones de expansión”, advierte.
Con expectativas positivas se alinea Economía del Conocimiento por el tipo de cambio competitivo y estimaciones de mayores exportaciones. En cambio, rubros de los servicios como logística, despacho de combustible, gastronomía y seguridad, entre otros, debido a la reducción de la demanda como consecuencia de la caída de la actividad en el mercado interno, se ven impactados a la baja.