Si se toma en cuenta la pérdida que tuvieron los jubilados frente a la inflación en diciembre y enero y que el aumento de 27% de marzo no llegó a cubrir, el Gobierno debería darles un incremento del 25% en abril y sumar la inflación de febrero (13,2%), es decir un aumento del 41,5%, incluyendo el bono.
Si esto sucediera, y las jubilaciones se ajustaran por inflación con un rezago de dos meses -como está previsto en los proyectos de ley-, quien cobra la mínima, incluido el bono, terminaría el año con un ingreso anual real prácticamente igual al del año 2023. Y el jubilado sin bono terminaría el año con una pérdida del 16% respecto al año 2023. Es decir que muchos miles de jubilados terminarían con un séptimo año consecutivo de pérdida de poder adquisitivo.
El cálculo es del IARAF (Instituto Argentino de Análisis Fiscal), que supone que los bonos quedarían alcanzados por esos aumentos. Por eso, el Informe agrega que si el Gobierno otorga un incremento del 10% en abril, como anticipó Guillermo Francos, adicionalmente a la inflación de febrero, es decir un aumento del 24,5%, los jubilados con la mínima que cobran bono terminarán el año con una pérdida de poder adquisitivo del 10% respecto al año 2023.
«En el caso de un jubilado que no cobre bono, la pérdida anual va a ser del 24%. Claramente, un plus del 10% no compensa la pérdida de los primeros 3 meses del año, siendo mucho peor la dinámica relativa del jubilado que no cobra bonos”, sostiene el informe.
Con el aumento del 20,6% de la inflación de enero que quieren dar algunos proyectos de la oposición más la inflación de febrero (13,2%), el aumento en abril sería del 36,5%, suponiendo que son acumulativos. De lo contrario, el incremento sería del 33,8%.
Estos números son clave porque los distintos proyectos presentados en el Congreso no compensan la pérdida de compra de las jubilaciones y pensiones de los últimos meses, agravando el deterioro de los últimos años.
En tanto, para la Oficina de Presupuesto del Congreso (OPC) los haberes no alcanzados por los bonos tuvieron “una reducción real de 43% interanual durante el primer bimestre de 2024, mientras que la pérdida de los haberes mínimos con bono incluido fue de 27,8% interanual”.
Con el aumento del 27,18% de marzo y el bono de hasta $ 70.000, las jubilaciones y pensiones de haberes mínimos están cobrando en total $ 204.445 brutos. El total se desglosa en $ 134.445 más $ 70.000.
Luego en abril se aplicaría el 10% o el 20,6%, según las distintas iniciativas más el IPC de febrero, pero no se aclara en forma expresa si esos aumentos se aplicarán sobre los $ 134.445 o sobre los $ 204.445 brutos.
Los jubilados y pensionados con haberes superiores a $ 204.445 percibirán antes de fin de mes el aumento del 27,18% y no cobrarán ningún bono.
Dado el fuerte retroceso de las jubilaciones con o sin bonos de los últimos años, de acuerdo al Estudio Paz Zurita, “la movilidad por IPC no recupera lo perdido – que se pierde para siempre salvo que el jubilado haga un reclamo judicial. Y mientras las remuneraciones no se actualicen por IPC va a seguir el achatamiento de las jubilaciones, y los nuevos jubilados van a seguir perdiendo poder adquisitivo ya desde el haber inicial”.
Esta pérdida del haber inicial es porque al momento de jubilarse, el haber inicial se determina sobre la base del promedio salarial de los últimos 120 meses actualizados. Y esa actualización se aplica con base en un coeficiente que se calcula según la evolución salarial de los trabajadores registrados (RIPTE – que vienen en retroceso – con un retraso en relación con la inflación.
NE