Un subproducto del maíz, obtenido en la agroindustria del bioetanol, se utiliza cada vez más en la suplementación nutricional del ganado y redunda en la calidad de carne y en la sostenibilidad, según reflejó un estudio del Instituto de Tecnología de Alimentos del INTA.
11 de marzo 2024, 11:02hs
El maíz se transforma en energía, para los autos y para el ganado. De los mismos granos que se utilizan para generar biotenol se obtiene burlanda, un producto muy rico para la alimentación de vacunos y otras especies. Un reciente análisis del Instituto de Tecnología de Alimentos del INTA destacó cómo la suplementación con granos de destilería está elevando la calidad nutricional de la carne bovina. Este enfoque no solo beneficia a los animales y recorta costos, sino que también resalta su impacto positivo en el medio ambiente.
“La inclusión de granos de destilería en la dieta del ganado a pasto no solo aporta un extra energético, sino que también mejora la calidad nutricional de la carne”, sostuvo Darío Pighin, investigador del INTA. “Observamos un aumento significativo en los ácidos grasos poliinsaturados y en el ácido vaccénico, ambos reconocidos por sus beneficios para la salud humana”, agregó.
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En el complejo proceso de producción de carne bovina, desde la crianza hasta su presentación en el mercado, la calidad resulta de una interacción compleja de factores. El equipo del INTA, liderado por Pighin, evaluó el impacto de la suplementación con granos de destilería en la alimentación a pasto.
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Suscribite acá“La suplementación no solo mantiene la grasa intramuscular y el perfil de ácidos grasos saturados y monoinsaturados, sino que también incrementa los ácidos grasos poliinsaturados, principalmente de la serie n6. Además, observamos un aumento en el ácido vaccénico, precursor de los ácidos grasos conjugados del linoleico (CLA), reconocidos por sus efectos beneficiosos para la salud”, detalló Gabriela Grigioni, también investigadora del INTA.
La investigación del INTA resalta la calidad nutricional de la carne y la sostenibilidad
En este contexto, los expertos destacaron las ventajas económicas y medioambientales de esta estrategia alimentaria. “La utilización de granos de destilería, siendo un subproducto de la producción de bioetanol, no solo mejora la calidad de la carne, sino que también aporta a la economía circular al reducir costos y minimizar el impacto ambiental”, explicaron.
Además, Grigioni enfatizó aún más la importancia de esta práctica al señalar que contribuye significativamente a la reducción del desperdicio y el impacto ambiental. Estas investigaciones abren la puerta a sistemas de producción más eficientes y sostenibles, alineados con los principios de la bioeconomía circular, afirmaron.
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En tanto, la concentración de plantas de bioetanol en el noroeste argentino y en Córdoba, Santa Fe y San Luis marca un avance en la estrategia de recirculación de insumos. Estas instalaciones, clave para la producción de bioetanol a partir de caña y maíz, respectivamente, no solo contribuyen al mercado interno, sino que también se convierten en nodos estratégicos para la economía circular.
En 2019, la región pampeana lideró la producción bovina con un 83,60 % de las toneladas de carne vacuna, superando significativamente las contribuciones de otras regiones que aportaron menos del 6,5 % cada una. Destacaron que el 48,99% de esta producción provino de la faena de vaquillonas, evidenciando la relevancia de este segmento. Coincidentemente, el 70% de las plantas procesadoras de bioetanol de maíz tienen su base en esta región.
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En el contexto actual, donde la seguridad alimentaria es una prioridad, “el sector agroindustrial emerge como un pilar fundamental”, señalaron. La interconexión entre la producción de maíz para bioetanol y la generación de subproductos ricos en nutrientes destinados a la alimentación animal ofrece una sinergia única, afirmaron.
“Este enfoque no solo promueve la sostenibilidad y la eficiencia, sino que también subraya el papel crucial del agroindustrial en la implementación de estrategias que contribuyan a la seguridad alimentaria en un marco de desarrollo sustentable”, concluyeron.