Sigue la tensión entre la cooperativa SanCor y Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina por el pago de los sueldos. Y tras conocerse el cierre de una de las 6 plantas que estaba operando SanCor, se tensó aún más la relación entre el gremio y la láctea.
«No es un problema entre la empresa y el sindicato, como todo el tiempo pretenden exponer invisibilizando al trabajador. El problema es que SanCor no paga los sueldos y se queda con el dinero de los trabajadores», apuntó el sindicato en un comunicado.
El texto asegura que los directivos de SanCor deducen de los recortados sueldos del personal los importes destinados al Sistema de Seguridad Social, y se los quedan. «Situación aberrante que ha dado motivo al inicio de causas penales por evasión fiscal», indicó.
Ante estos hechos, el gremio sostuvo que «los trabajadores, enmarcados dentro de la ley, cumplen con la retención parcial de su débito laboral».
«No hay bloqueo alguno, como no sea el mental de quien no asume el fracaso estrepitoso de su gestión, ni logra resolver la grave crisis terminal de la empresa y se niega a abonar la deuda y a pagar correctamente los sueldos a sus empleadas y empleados», agregaron.
Desde SanCor habían explicado que «la excusa esgrimida por el sindicato es la regularización de cuestiones salariales cuando, en realidad, es la no concreción del proyecto del Fideicomiso de Administración que el gremio impulsaba de la mano de empresarios, que no tenía ni la capacidad económica, ni de gestión, para un negocio de esta importancia, y en el cual el gremio aspiraba a participar en su dirección».
«De manera sistemática, durante todo el proceso de aprobación del Fideicomiso, el sindicato ejerció presión desmedida sobre SanCor, para forzar decisiones y acciones. Así lo hizo en diciembre de 2021, en enero de 2022, de octubre de 2022 a enero de 2023 y en marzo y abril de 2023. En cada una de esas oportunidades, realizó medidas de fuerza bajo la excusa salarial para avanzar sobre las legítimas decisiones de los cooperativistas», explicaron.
En medio de esta disputa, la cooperativa decidió cerrar de forma definitiva su planta de San Guillermo, en la provincia de Santa Fe, que se había reactivado y especializado en quesos desde junio de este año, junto a la firma Aristeo.
Las razones fueron la insistencia del conflicto sindical con Atilra que afectó el normal funcionamiento de la fábrica. En la planta santafesina «estaban trabajando 26 personas, pero creciendo junto al nivel de actividad».
Otros conflictos
Atilra estuvo involucrado en otros conflictos. El más reciente fue con Lácteos Vidal, que todavía sigue en la Justicia. EL gremio paralizó la planta de Monteczuma, cerca de Carlos Casares, en protesta por la recategorización de los trabajadores, y la firma decidió despedir a los 26 empleados que participaron de la protesta.
Láctoes Mayol, una pyme láctea especializada en la producción de dulce de leche ubicada en la localidad Cañuelas, sufrió el mismo accionar del gremio. El sindicato mantuvo bloqueado el ingreso de la empresa pyme durante una semana.