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31 octubre, 2024

¿Dolarización o competencia de monedas? Una respuesta peruana al dilema de Milei y Caputo

¿Dolarización o competencia de monedas? ¿Pagar con dólares el delivery y la verdulería? ¿Los gastos del mes en pesos y los ahorros en dólares?. Solo este último interrogante tiene respuesta: ya está ocurriendo, hace rato. Los dos primeros, aún no pueden responderse con certeza

El Presidente Javier Milei y sus colaboradores más cercanos cotejan las opciones para el día que, eventualmente, se normalice al menos el frente monetario y cambiario, terminen de sanearse el balance del Banco Central y sobre todo, engorden las reservas. El viernes 1 de marzo, cuando habló ante la Asamblea Legislativa, Milei bordeó el tema. En un momento mencionó que las reservas ya alcanzaban para cubrir el 90% de la base monetaria. Pero no avanzó con un anuncio concreto, como se había especulado en las horas previas.

Luis Caputo, ministro de EconomíaLuis Caputo, ministro de EconomíaEl ministro de Economía Luis Caputo insiste ante cada consulta que al final del camino -una vez que la Argentina se normalice en términos macroeconómicos- aparecerá la dolarización. Lo mismo dice Ramiro Marra, legislador porteño y uno de los fundadores de La Libertad Avanza, quien en el día a día está metido en los mercados financieros. Con palabras parecidas, Caputo y Marra afirman que la dolarización cerraría el camino a “la casta”, que durante estos años se benefició con la emisión espuria de pesos. Pero dentro del Gobierno no hay unanimidad.

En público, Domingo Cavallo aconseja mirar el modelo peruano. Se ve que lo escuchan. El equipo económico tiene bien presente el proceso de estabilización que llevó a Perú de la alta inflación de los años ‘80 que estalló en en híper en 1990, a la estabilidad macroeconómica que se afianzó a mitad de la década del ‘90, y que hoy se traduce en inflación bajísima y crecimiento económico sostenido, con indicadores sociales que también han mejorado sensiblemente en lo que va del siglo.

Hay funcionarios del gobierno de Milei, por caso, que tienen en las pestañas de favoritos de sus computadoras papers escritos en los años 90 por el actual presidente del Banco Central de Perú, Julio Velarde. Puntalmente, un trabajo escrito junto a otra economista, Martha Rodríguez, que evalúa el primer año del plan económico lanzado en 1990 por Alberto Fujimori.

Ese trabajo describe con detalle cómo fue liberar una economía que estaba en hiperinflación, con precios controlados (entre ellos el tipo de cambio), tarifas congeladas y tasas de interés subsidiadas.

¿Por qué papers de Velarde, el hombre que preside desde 2006 el Banco Central peruano, y que con los años se ha transformado en sinónimo de estabilidad económica en medio de la hipervolatilidad politica del Perú?

“Analizamos todo lo que podamos de planes de estabilización, y en particular aquellos en los que podemos interactuar con gente que haya estado involucrada y de quien podamos tomar experiencias aplicables” señalan altas fuentes oficiales.

En el Perú de hoy funciona la bimonetariedad a pleno. Los peruanos pueden usar indistintamente, y para cualquier tipo de transacción, dólares o soles peruanos. Pueden ahorrar y tomar deuda en cualquiera de las dos monedas. Pero el Sol peruano recuperó terreno.

Julio Velarde, presidente del Banco Central de PerúJulio Velarde, presidente del Banco Central de PerúClarín habló con el economista peruano Alberto Morón, quien compartió varios años actividad académica con Velarde, y además pasó en los años 90 por la Universidad del CEMA argentino para hacer una maestría, donde tuvo como profesor, entre otros, al economista Carlos Rodríguez.

“En los años 80 y 90 absolutamente todos los peruanos usaban dólares para pagar sus consumos diarios” recuerda Morón. Lo que se hizo, después del durísimo “paquetazo” lanzado por el gobierno de Alberto Fujimori, fue, entre otras cosas, aceptar esa realidad.

En 1991, por ejemplo, se dictó una ley que dice que “El Estado garantiza la libre tenencia, uso y disposición interna y externa de la moneda extranjera, por las personas naturales y jurídicas residentes en el país; así como la libre convertibilidad de la moneda nacional a un tipo de cambio único.” La ley se cumple. No como en Argentina, que en su momento aprobó una Ley garantizando la intangibilidad de los depósitos.

A Perú le llevó años bajar la inflación, que había sido de 7.500% en 1990: llegó al 23% anual en 1994 y le tomó tres años más llegar a un dígito anual. Es decir, siete años para llegar a una inflación anual menor al 10%. ¿Señal de que habrá que armarse de paciencia?.

En el medio “pasaron cosas”. Se corrigió el déficit fiscal y, no menos importante, en 1991 se incluyó en la Constitución del Perú un artículo que garantiza la independencia del Banco Central. Cavallo lo recordó esta semana. “Se penaliza a quien emite moneda para financiar el déficit del Tesoro, algo parecido a lo que quiere hacer Milei acá”. También se abrió la economía y se redujeron sensiblemente los aranceles de importación, por ejemplo. Y además se mantiene la estabilidad fiscal.

En todo este proceso no hubo una sola medida represiva en contra del uso del dólar.

Morón cuenta que lo normal en los comercios peruanos hasta fines de siglo pasado era ver precios solo en dólares. En 2004, el Congreso de Perú impulsó una ley “disruptiva”: simplemente, obligaba a que los precios al público se expresaran en dólares y en soles peruanos. “De a poco, en medio de la normalización macro y monetaria, los precios en dólares fueron desapareciendo. El Banco Central arrancó en 2002 con un programa monetario basado en “metas de inflación” y para tener mayor control de la demanda agregada de dinero necesitaba que la gente utilizara más el Sol, pero sin penalizar a los que usaban dólares” explica el economista.

En otras palabras, la baja inflación y las expectativas positivas de que no se romperían las reglas macroeconómicas que había adoptado Perú le dieron tranquilidad a los peruanos de que, si lo deseaban y sin imposiciones de ningún tipo, podían volver a su moneda, tanto para el uso diario como para el ahorro.

“Hoy podría decirse que la cabeza de los peruanos funciona, en términos monetarios, 80% en soles y 20% en dólares” resume Morón. Los bancos peruanos ofrecen tasas de 6% anual por colocaciones a plazo fijo que usualmente se hace a un año de plazo”. Es una tasa positiva -importante para que la gente apueste a ahorrar en soles- frente a una inflación que para este año se proyecta en algo menos del 3%. También los créditos que toma la gente común son más voluminosos en pesos que en dólares. Un ejemplo: en 2001 el 94% de los créditos hipotecarios se expresaba en dólares. 20 años después, solo el 12% de las hipotecas está dolarizada. Hoy, para los peruanos, la moneda fuerte es el Sol.

Morón fija su posición sobre el debate entre quienes están a favor o en contra de la dolarización: “La dolarización no ayuda, los problemas van a venir igual y te ponen en aprietos tarde o temprano. Yo les dije a los ecuatorianos que tienen que salir de la dolarización. En Perú o la Argentina lo que realmente importa es ordenar la macro, tener disciplina fiscal y garantizar la independencia del Banco Central”

El caso peruano, tal vez podría tomarse como una hoja de ruta que señalice lo que algún día podría suceder en la Argentina.

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