El presidente Javier Milei afirmó anoche ante el Congreso que la inflación “seguirá cayendo fuertemente y la salida del cepo está cada vez más cerca”. No brindó precisiones y estimaciones de cuánto sería esa desaceleración y en qué tiempo se daría. Tampoco, cuándo ocurriría la eliminación de los controles cambiarios, algo que el Fondo Monetario tiene en la hoja de trabajo con el Ministerio de Economía y el Banco Central -estuvieron hablando al respecto en los últimos días-, aunque no parece tener apuro ya que Argentina todavía tiene reservas negativas.
Desde ese punto de vista, el eje del discurso de Milei anoche se basó sobre la cuestión fiscal, que resulta el ancla principal de su plan.
Milei comenzó con una introducción en su discurso ante la Asamblea Legislativa reunida en el Congreso, basada en un diagnóstico sobre la herencia recibida y qué políticas sigue su gobierno para revertir los desequilibrios.
“Los últimos 20 años han sido un desastre económico, una orgía de gasto público”, dijo el Presidente. “Los déficit gemelos que heredamos alcanzaron los 17 puntos porcentuales del PBI. Cinco puntos de déficit fiscal en el Tesoro y 10 de cuasi fiscal, generados por el Banco Central”, arrancó Milei a modo de balance.
Como la mayoría de los presidentes cuando se presentan ante el Congreso habló de los problemas que encontró. “La peor de la historia”, catalogó a la herencia recibida. Enumeró entonces la deuda con los importadores que acumuló el Banco Central, las reservas negativas por US$ 11.200 millones, precios de energía y transporte “reprimidos”, una brecha para 200%, un salario promedio de US$ 300 (“Un tercio de los trabajadores formales son pobres”) y “récord de indigencia con récord con asistencia social”.
Para revertir esto, Milei justificó el ajuste en las cuentas públicas. “Ya no quedan opciones, la única alternativa es hacer algo diametralmente distinto que al pasado. Hay que volver a las bases, a las ideas que hicieron grande a este país”.
En varias oportunidades, el Presidente utilizó frases grandilocuentes para describir una decisión de corregir los desequilibrios heredados. “La velocidad con la que se logró el superávit financiero en enero es un récord histórico del capitalismo moderno”. “Por el mandato de cambio que nos dio la gente y el aval de haber dicho la verdad en campaña durante nuestros primeros 82 días hemos llevado adelante el programa de gobierno más ambicioso que se tenga memoria”.
Milei llamó a los gobernadores para firmar un acuerdo en mayo que le permita hacer las reformas que no pudo lograr tras el revés legislativo en febrero. La semana pasada, la número 2 del FMI, Gita Gopinath, recomendó al Gobierno conseguir apoyo político para concretar las reformas que busca.
Milei en cambio fue categórico sobre el tema fiscal. “El ordenamiento de las cuentas fiscales se hará con o sin apoyo de las fuerzas. Si acompañan será más rápido, mejor y menos costo social”.
No habló de la dolarización ni de la competencia de monedas como se había especulado en las horas previas y que por ello ayer los contratos de futuro del dólar aumentaron 5%. El FMI confirmó que por el momento la dolarización no es una cuestión arriba de la mesa en la negociación con la Argentina por la marcha del programa de Facilidades Extendidas. Tampoco el pedido de fondos.