A través de ella, se pueden diseñar e imprimir implantes metálicos a medidas del paciente y disminuir la recaída tumoral.
01 de diciembre 2023, 09:38hs
La medicina 3D es una tecnología que demostró que podemos disminuir el riesgo de recaída tumoral un 42%, sobre todo en pacientes oncológicos con tumores muy grandes, que deforman o destruyen el hueso. Además de reducir la tasa de recaída de la enfermedad, disminuye el tiempo de la cirugía, de la internación y el índice de complicaciones.
Los especialistas indican que esta nueva tecnología debe utilizarse con criterio médico y en casos de excepción. Por el momento, se trabajó principalmente con pacientes con tumores óseos o de partes blandas con lesiones de gran volumen que deforman el hueso y, por lo tanto, alteran sus relaciones.
También se utilizó en pacientes pediátricos sin disponibilidad de implantes para su edad y tamaño o en defectos de formación o alineación ósea, ya sean congénitos o adquiridos luego de cirugías por fracturas complejas con consolidaciones incorrectas.
“La impresión 3D ofrece la posibilidad de reconstruir estructuras que antes no podían ser reconstruidas, sobre todo en pacientes de edades extremas, por ejemplo, niños, o en regiones anatómicas donde habitualmente no se usan prótesis, como la rodilla o la cadera”, explicó el Dr. Marcos Galli Serra, (M.N. 113.211) especialista en ortopedia y traumatología y actual coordinador del primer Instituto de Medicina 3D de la Argentina (IM3D), recientemente inaugurado por el Hospital Universitario Austral.
De qué se trata el IM3D
El IM3D es el único en su estilo en el país y en América Latina que cuenta con un ingeniero full time en su equipo y volverá más accesible una tecnología de vanguardia que permite diseñar e imprimir implantes metálicos a medida del paciente. También genera modelos 3D basados en la anatomía específica de las personas que ayudan a la planificación quirúrgica y a la formación de médicos y contribuyen a que los pacientes tengan una mayor comprensión de los procedimientos.
“En nuestro caso, este sistema ha demostrado que podemos disminuir el riesgo de recaída tumoral un 42%, sobre todo en pacientes oncológicos con tumores muy grandes, que deforman o destruyen el hueso. Además de reducir la tasa de recaída de la enfermedad, disminuye el tiempo de la cirugía, de la internación y el índice de complicaciones”, aclaró el médico.
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“Cuando viajé a Inglaterra en 2012 para observar esta técnica que allí ya se venía utilizando, tuve el sueño de poder aplicarla en nuestro país algún día. Ver ese sueño plasmado, ver la cantidad de pacientes que se benefician con el uso correcto -y no el sobreuso- de la tecnología, es realmente gratificante. La creación de este instituto es el broche de oro que el proyecto necesitaba”, contó Galli.
Beneficios de esta nueva tecnología
Tanto para pacientes como para la comunidad médica, esta nueva tecnología permite crear modelos 3D de anatomía específica de las personas.Ayuda a la planificación quirúrgica y a la formación de médicos, además de contribuir a que los pacientes tengan una mayor comprensión de los procedimientos.Diseñan e imprimen implantes metálicos a medida de las personas.Permite usar injertos de banco, es decir, trasplantes de hueso, de una forma mucho más precisa para reconstrucciones de segmentos específicos en la articulación, gracias a la planificación virtual.
Una historia de resiliencia y mucho amor
Toto tenía 8 años cuando empezó a sentir un fuerte dolor en la rodilla izquierda, inflamada sin motivo aparente. En plena pandemia, en abril de 2020, sus padres, Martín Farinasso y Romina Graña, lo llevaron a su pediatra de cabecera que les recomendó que fueran pronto a ver al Dr. Galli Serra. El diagnóstico del pequeño fue osteosarcoma de tibia izquierda.
“A pesar del shock inicial, nos dio tranquilidad que Marcos y su equipo nos explicaran con claridad cómo iba a ser el tratamiento: desde los ciclos de quimioterapia hasta la cirugía en la que le reemplazarían la tibia por una prótesis 3D hecha a medida”, recuerda Romina, aclarando que la sorprendió muchísimo saber que existía aquella alternativa.
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Suscribite acáDel duro proceso, destaca especialmente la calidez de los médicos y las enfermeras durante los meses de tratamiento, su ternura y paciencia para contarle el paso a paso a Toto y quitarle las dudas. “Se volvieron parte de la familia”, dice agradecida por el trato y los resultados, porque el tratamiento resultó un éxito: “Hoy mi hijo lleva una vida normal, va al colegio caminando, juega al fútbol dos veces por semana en el club del barrio”.
“Cuando empezó todo, él medía 1,40 m y ahora, a sus 12 años, ya tiene 1,62 m de altura. ‘Toto’ va contento a las revisiones, y aprovecha las visitas para compartir su historia de superación y resiliencia con otros niños internados que están pasando por un trance similar al que le tocó vivir entre 2020 y 2021″, expresa la madre orgullosa.