El nivel rojo, que implica que las temperaturas previstas pueden tener efecto “alto a extremo en la salud” y “pueden afectar a todas las personas, incluso a las saludables”, abarca las provincias de Mendoza, San Juan, La Rioja, Tucumán y Catamarca.
Además, CABA, el norte de la provincia de Buenos Aires, sur de Santa Fe, oeste de Entre Ríos, noroeste de Neuquén, oeste y centro de Córdoba, norte de Chaco, norte de Salta, casi todo el territorio de Formosa, y gran parte de San Luis.
El nivel naranja implica temperaturas que “pueden ser muy peligrosas, especialmente para los grupos de riesgo”, precisó el organismo.
Asimismo, el SMN lanzó un alerta amarilla para la mitad de Chubut, oeste y centro de Río Negro, este de Neuquén, sur y oeste de la provincia de Buenos Aires, oeste de La Pampa, este de San Luis, este, sur y norte de Córdoba, este de Entre Ríos, este, centro y oeste de Corrientes, este, centro y sur de Chaco, este de Formosa, oeste de Santiago del Estero, centro, sur, y oeste de Salta y casi todo el territorio de Santa Fe.
El SMN indicó en su cuenta de X que “la semana pasada algunas localidades argentinas registraron las #OlasDeCalor más extensas de sus registros”.
Las ciudades que encabezaron el rÁnking fueron Bahía Blanca 10 días (antes 5 días); San Martín (Mendoza) 12 (antes 9); San Juan 8 (antes 6); San Rafael 10 (antes 9); Tres Arroyos 8 (antes 6) y Mendoza 9 días (antes 8).
Frente a un evento de temperatura extrema cálida, el Ministerio de Salud recomienda aumentar el consumo de agua sin esperar a tener sed para mantener una hidratación adecuada; no exponerse al sol en exceso, ni en horas centrales del día (entre las 10 y las 16 horas); y prestar atención a los bebés, niños y niñas y a las personas mayores.
Además, evitar las bebidas con cafeína, con alcohol o muy azucaradas, evitar comidas muy abundantes, ingerir verduras y frutas, reducir la actividad física, usar ropa ligera, holgada y de colores claros; sombrero, anteojos oscuros.
Permanecer en espacios ventilados o acondicionados, y recordar que no existe un tratamiento farmacológico contra el golpe de calor y sólo los métodos clásicos, citados arriba, pueden prevenirlo y contrarrestarlo.