Deportivo Riestra y Barracas Central, viejos conocedores en el fútbol del ascenso, se enfrentarán hoy por primera vez en la máxima categoría por la tercera fecha del Grupo A de la Copa de la Liga Profesional (LPF).
El partido marcará el histórico acontecimiento que significa que el estadio Guillermo Laza sea escenario, por primera vez, de un evento de la primera división del fútbol local. Empezará a las 17.00 y tendrá como árbitro principal a Pablo Dóvalo.
En la previa, el club de Pompeya compartió un video mostrando cómo luce su pequeño y joven estadio, que muestra por todos lados la bebida energizante que oficia como principal sponsor de la institución.
Bancos de suplentes con butacas flamantes y relucientes, los bancos de suplentes convertidos en latitas de Speed y la pequeña platea decorada como si fuera el VIP de un boliche, muestra un escenario que escapa a las reglas generales del fútbol argentino.
El primer dato llamativo es la capacidad del Guillermo Laza: es el de menor aforo en la elite del fútbol argentino, destronando casualmente al de su rival de esta tarde, el Claudio Tapia de Barracas Central. Se habla de un aforo total de 4.400 espectadores.
Riestra, benjamín en la LPF, suma una unidad en la clasificación y viene de perder por 2-0 con Argentinos Juniors, en La Paternal.
Barracas Central, que tiene como entrenador al uruguayo Alejandro Orfila, cayó por 2-0 en su última presentación ante River Plate, el miércoles pasado en cancha de Lanús.
Los últimos dos enfrentamientos entre ambos equipos se dieron en la temporada 2018-2019, en el campeonato de la Primera B Metropolitana. En aquella ocasión, en el barrio de Nueva Pompeya se registró un empate sin goles, mientras que en Olavarría y Luna ganó el local Barracas, por 1-0, con tanto de Luciano Romero.
La historia del Guillermo Laza, la cancha de Riestra
Riestra fue fundado en 1931 y tiene su sede en el barrio porteño de Nueva Pompeya, en la calle Del Bañado al 2300. Allí cerca tuvo su primer potrero, en Riestra y Agustín de Vedia, para luego mudarse a Lacarra y Riestra, en Villa Soldati, donde en 1950 se erigió su primer estadio.
Riestra jugó allí hasta 1981, cuando la Dictadura Militar expropió el terreno a la fuerza y con un mecanismo propio de esos años de plomo, obligando a que el club tuviera que mudarse para emplazar su cancha en el Bajo Flores.
Algo parecido le había pasado a San Lorenzo, su vecino allí en el Bajo Flores, en el sur profundo de Buenos Aires, la zona más castigada de la ciudad más rica del país. Riestra construyó su predio y su cancha en la esquina de Ana María Janner y Avenida Varela, frente al Barrio Ricciardelli (también conocido como Villa 1-11-14) y escasos metros del Pedro Bidegain, la casa del Ciclón.
El Guillermo Laza, nombre en homenaje a un expresidente, fue inagurado en el año 1993, el mismo año en que se presentó en sociedad el Nuevo Gasómetro. Pero lo de Riestra siempre fue mucho más humilde, o por lo menos así lo fue en los últimos 30 años. Con una capacidad actual de 3 mil espectadores y solo tres pequeñas tribunas, el primer partido fue un triunfo del local por 1-0 ante Atlas.
