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18 noviembre, 2024

Francisco López, víctima del colirio tóxico ‘Ala Octa’: «El daño fue instantáneo y quedé con cero visión en un ojo»

La Fiscalía de la Audiencia Nacional ha decidido presentar una querella contra las farmacéuticas responsables de la fabricación, evaluación y comercialización de ‘Ala Octa, un colirio defectuoso que dejó ciegos a al menos 107 españoles. Uno de ellos fue Francisco López, de Mazarrón (Murcia), de 70 años, que perdió la visión de un ojo por aquel producto. «Una injusticia, de las tantas que hay en el mundo», resume a El Periódico de España, del grupo Prensa Ibérica.

En el 2014, Paco, que era mecánico de automóviles de profesión, tuvo un desprendimiento de retina en el ojo derecho. En el Hospital Santa Lucía de Cartagena le hicieron una intervención para fijar esa membrana interior del ojo, constituida por varias capas de células, que recibe imágenes y las envía al cerebro a través del nervio óptico. «Ahí es donde me pusieron el producto contaminado, que destruye totalmente el nervio óptico y no tiene solución. Además, fue instantáneo, el daño lo hace en el momento que se aplica. Era tal la toxicidad que tenía, que enseguida el nervio óptico quedaba liquidado», recuerda Paco.

Empieza la pesadilla

Lo que en el hospital murciano aplicaron a Francisco era un producto compuesto por perfluoroctano, de la marca comercial ‘Ala Octa’. Un medicamento utilizado para readherir a su posición correcta la retina desprendida en operaciones oftalmológicas. La pesadilla de Francisco comenzó al día siguiente de esa intervención que, en teoría, iba a ser sencilla.

Cuando los médicos le destaparon el ojo derecho, le preguntaron si veía y él contestó que nada. Ese ojo quedó con cero visión, explica Paco

Cuando los médicos le destaparon el ojo derecho, le preguntaron si veía y él contestó que nada. Ese ojo quedó con cero visión, explica. «Así estuvimos durante casi un año, echando viajes. Decían (los médicos) que no sabían lo que pasaba. Nadie sabía nada. Me fui a Barcelona, al Instituto de Microcirugía Ocular, a ver si conocían algo del producto y tampoco. Me decían: ‘Eso es un pequeño infarto que te ha dado’. No tenían ninguna sospecha de que pudiera estar relacionado con lo que me habían puesto», añade.

Primera alerta

La primera alerta de la Agencia Española del Medicamento y Producto Sanitarios (AEMPS) fue del 26 de junio de 2015. Se envió una nota informativa a los centros sanitarios, a través de los puntos de Vigilancia de Productos Sanitarios de las comunidades sobre el cese de la utilización, cese de la comercialización y retirada del mercado del producto ‘Ala Octa’ (Perfluoroctano), fabricado por Ala Medics GmbH, una empresa de Alemania. Esta alerta también fue distribuida a la Sociedad Española de Oftalmología.

Pero Paco seguía dando tumbos. Hasta que, explica, en el País Vasco, hubo un hospital en el que le dijeron a su paciente que «mirara eso, que podía haber sido un producto y a partir de ahí, ya se destapó el lío. Y uno y otro y otro… Somos muchos en toda España que estamos en esta situación«.

«Aquí (en Murcia) no me comentaron nada. Todavía no me habían dado el alta y no tuvieron la delicadeza de decirme: ‘¿Te has enterado de esto o de lo otro?’. Nada. Silencio sepulcral», se queja el afectado.

La demanda

Dice Francisco que, al menos en Murcia, no supo de otros casos. Sí en Almería o Alicante. Por su parte, puso el asunto en manos de un abogado de ‘El Defensor del Paciente’, Ignacio Martínez, tras enterarse de lo sucedido a través de la prensa porque, ya entonces, se supo que en el País Vasco había más de diez afectados por ceguera derivada del uso del producto ‘Ala Octa’. La demanda se presentó, explican desde el despacho del abogado, el 18 de abril 2018.

Los alemanes no tienen intención de pagar. Llevamos diez años dando vueltas y no sé lo que queda, o si se acabará alguna vez

Francisco López – afectado

«Coincide que (el fabricante) era alemán. Entonces ya empezamos con las traducciones y los follones… no era fácil. Pasó un año y otro y hace dos años, se celebró el juicio con una sentencia estimatoria de lo que se pedía en la demanda (150.000 euros) más intereses y costas. Ahora ha habido un recurso y estamos en la Audiencia Provincial de Murcia para resolverlo. Porque los alemanes pagar no tienen intención de pagar. Llevamos diez años dando vueltas y no sé lo que queda, o si se acabará alguna vez«.

La vida cambia porque te tienes que acostumbrar a la mitad de la visión. A no calcular las distancias.

Francisco López – afectado

Francisco asegura que jamás, hasta entonces, había tenido problema alguno en la vista. «La vida cambia porque te tienes que acostumbrar a la mitad de la visión. A no calcular las distancias. A la hora de conducir, sobre todo de noche, ya no puedo por los reflejos, y no me siento seguro. Y así estamos», concluye.

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