Cuando dentro de unos años Pere Aragonès repase su presidencia, una de las cuestiones que le gustará poner por delante será haber conseguido recuperar la interlocución de la Generalitat con la Unión Europea. Lo suele destacar en público y también en privado. Este martes vuelve a coger el avión en dirección a Bruselas para mantener reuniones con cuatro comisarios europeos. Una forma de escenificar que el Govern no solo ha recuperado la interlocución, sino que ha conseguido consolidarla.
Todos los presidentes de la Generalitat restaurada han tenido vocación europeísta, pero hubo un tiempo en que las relaciones entre la plaza Sant Jaume y las instituciones comunitarias se rompieron. Fue el tiempo que pasó entre que el president Artur Mas se vio en julio de 2015 con la entonces responsable de Transportes y Movilidad, Violeta Bulc, hasta que Aragonès consiguió que le reabrieran la puerta de la Comisión de nuevo en octubre de 2022. Siete años de fundido a negro.
La única explicación posible fue la aceleración del ‘Procés’ en aquel periodo, que nunca fue visto con buenos ojos por la Comisión. La degradación de las relaciones fue casi ‘exprés’. Mas pasó de conseguir en 2011 que le recibiera personalmente en Bruselas el entonces presidente europeo, José Manuel Durao Barrosso, a que solo tres años más tarde el propio Durao se mostrara públicamente en contra de la independencia advirtiendo que un Estado catalán quedaría fuera de la Unión. En las presidencias de Puigdemont y Torra la situación no remontó. Además, las restricciones de la pandemia limitaron los viajes al exterior.
Cambio de ciclo
Cuando Aragonès llegó a la presidencia en junio 2021 fijó como unas de sus prioridades que se le abrieran de nuevo las puertas de Europa. Su apuesta estratégica por congelar la unilateralidad y devolver el ‘Procés’ al terreno del diálogo supuso que le ayudarían y así ha sido. Hasta hoy había logrado siete contactos con miembros de la Comisión, entre ellos con la propia presidenta, Ursula von der Leyen, en un acto en Barcelona organizado por el Círculo de Economía. Este martes y miércoles sumará otros cuatro contactos de golpe.
Imagen de archivo de Pere Aragonès, Ursula von der Leyen y Pedro Sánchez. Joan Cortadellas
En los dos días en la capital belga se verá con la vicepresidenta de la Comisión, Dubravka Šuica; con el vicepresidente, Maroš Šefčovič; con el comisario europeo de Economía, Paolo Gentiloni, y la comisaria de Cohesión y Reformas, Elisa Ferreira. Desde la Generalitat explican que quieren trasladar el mensaje de que Catalunya «es un socio fiable» y escenificar otra vez que han recuperado una «interlocución directa y al máximo nivel«.
Uno de los motivos que explican que Aragonès haya podido recuperar el pulso exterior -este es su vigésimo segundo viaje institucional en menos de tres años- es que el ‘Procés’ ya no es la carta de presentación de la Generalitat en el extranjero. Eso se ha demostrado que le facilita los contactos a nivel internacional y también relaja las trabas que se había encontrado en el pasado por parte de la diplomacia española. El viaje de este martes vuelve a ser la prueba. Los temas en agenda con los comisarios son el déficit público, la transición verde, la colaboración regional, y el hidrógeno verde, entre otros. Ni rastro del referéndum.
Cita con Urkullu
Pero la Generalitat de Aragonès intenta, aunque sea por otras vías, que la cuestión de la independencia no quede del todo fuera del foco. Es por eso que el viaje al corazón de Europa también incluye su participación en una conferencia sobre la autodeterminación. Allí coincidirá con el lehendakari, Iñigo Urkullu, y con el presidente del consejo ejecutivo de Córcega, Gilles Simon. La expedición de la Generalitat también estará formada por la consellera de Economía, Natàlia Mas, y la de Acción Exterior, Meritxell Serret. Serret intervendrá en el Comité de las Regiones y aprovechará su discurso para defender la ley de amnistía.
Aragonès ha elegido para este viaje una fecha del calendario especialmente intensa en Bruselas. Aterriza solo un día después de que se haya reunido el Consejo de Asuntos Generales de la UE. Este es el órgano donde el año pasado se abordó si el catalán, el euskera y el gallego debían ser idiomas oficiales de la UE. Sin embargo, esta vez se convocó sin que este tema estuviera en el orden del día de cuestiones a tratar. Está por ver si el president utiliza el viaje para mandar alguno mensaje relativo a este asunto, que se la ha complicado mucho a la Generalitat. Este lunes la consellera de Acción Exterior, Mertixell Serret, aseguró que el tema saldrá «en las conversaciones» que mantengan estos dos días.
La lucha por la oficialidad del catalán ganó presencia en el pasado otoño cuando España, aprovechando que tenía la presidencia rotatoria del Consejo de la UE y forzado por el pacto de Sánchez con el independentismo, consiguió que el debate se intensificara. Sin embargo, España dejó la presidencia sin conseguir esta oficialidad y, bajo la presidencia actual de Bélgica, la cuestión se ha diluido. Los belgas aseguran que lo tendrán en cuenta, pero que aún hay muchos elementos que hay que estudiar. Mientras tanto, algunos países han lanzado advertencias en contra. También serán unos días intensos en Bruselas porque el miércoles están citados en la capital belga un representante del PSOE –Félix Bolaños– y uno del PP –Esteban González Pons– para abordar el desbloqueo del Consejo General del Poder Judicial con Europa de mediadora.