Si bien no es fácil de cumplir, promete buenos resultados.
25 de enero 2024, 12:56hs
Hábito, conducta y rutina son palabras que, por lo general, están asociadas a mejorar la calidad de vida, la salud o la productividad. Las tres aparecen como pilares para esa búsqueda constante del ser humano para avanzar hacia algo mejor u optimizar lo que ya se está haciendo.
En esa búsqueda constante, encontramos cientos de recetas, pero hay una que, si bien no aparece como fácil de realizar para las personas que son friolentas, está ligada pura y exclusivamente a la voluntad, ya que, se trata de tomar una ducha de agua fría todas las mañanas.
Tan sencillo como levantarse de la cama y, en vez de abrir la canilla que lleva tiene la letra C de caliente, accionamos la que tiene la F de fría, y nos metemos abajo del agua. Reiterados estudios indican que un baño de agua fría por la mañana ayuda a la productividad y la concentración.
La ducha fría activa la lucidez
El doctor Ashwini Nadkarni, psiquiatra y profesor en Harvard, indica que la exposición a bajas temperaturas “activa el sistema nervioso en el cuerpo, que controla las respuestas involuntarias ante el peligro o situaciones de estrés”.
Esta situación anatómica se da por la densidad de receptores de frío en la piel. “Una ducha fría puede enviar un número de impulsos eléctricos de los nervios periféricos al cerebro, cargando el cuerpo y mejorando la lucidez”, explica Nadkarni .
Muchas personas cargadas de responsabilidades y exigencias comenzaron a probar este desafío y, luego de un período de prueba, explican que sus vidas cambiaron. Quienes decidan tomar ese desafío deben hacerlo paulatinamente, ya que, se puede empezar con 20 segundos e ir quedándose un poco más cada día y llegar a unos pocos minutos.
Ducha fría: las experiencias que avalan su uso
Los estudios sobre los resultados que tiene la ducha de agua fría en las personas se siguen repitiendo a lo largo y ancho del planeta, en busca de constante comprobaciones. Un estudio del biólogo ruso Nikolai A. Shevchuk publicado en 2008 en ScienceDirect, concluyó que las duchas frías también pueden formar parte del tratamiento contra la depresión.
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En 2016, un estudio sobre trabajadores que se duchaban con agua fría por un período de 30 días, tuvo como resultado la reducción de casi el 30% de los días de baja por enfermedad, del mismo modo se comprobó que el nivel de productividad había aumentado considerablemente.
Los resultados que pueden lograrse después de un período de repetición diaria de una ducha fría son:
Aumento en la concentración.Sistema inmunológico más fuerte.Mayor proactividad.Desarrollar tareas que antes se evitaban.Mayor productividad.Activa la lucidez.Mejora la calidad del sueño.Aumenta la energía.