Carlos Pedrini (48) dejó una nota en la entrada de su departamento: “Estoy en la bañera muerto. Antes de entrar sacá toda la plata y después recién llama a la poli. Perdón por lo que te toca en esto. Te quiero y gracias por todo”. El director del Instituto de la Vivienda de la Ciudad (IVC) fue encontrado sin vida en el baño de su casa el martes a la tarde. El que llamó a la Policía para dar el aviso fue su chofer.
Además de la nota y cómo fue encontrado Pedrini, el adelanto del informe de autopsia que recibieron los investigadores arrojó que murió por ahorcamiento. Todo indica que el funcionario se suicidó aunque la causa que investiga su muerte recién empieza.
En las últimas horas el caso sumó un ingrediente de peso más: la existencia de dos denuncias por abuso contra Pedrini. Las víctimas son una sobrina y una amiga de ella, de 19 y 18 años. Por separado, las dos jóvenes relataron un mismo episodio que habría ocurrido en la madrugada del domingo.
Según contó la sobrina, Pedrini –divorciado y padre– las invitó a un boliche de San Telmo, ubicado sobre la calle México. Durante la noche les daba vasos de whisky con energizante a los que les agregaba pastillas. Las jóvenes cree que eran de éxtasis.
«Todo el tiempo las incitaba a consumir», dijo a Clarín una fuente del caso. Y agregó que el hombre les preparaba los tragos en la barra y veían cómo les «ponía cosas».
La sobrina contó que, dentro del boliche, Pedrini le bajaba el vestido y la manoseaba.
Cerca de las 5, el funcionario llevó a las dos jóvenes a su casa, ubicada en Parque Chacabuco. Allí, aprovechándose que las dos chicas estaban bajo los efectos de los tragos, siguió poniéndoles pastillas en la boca, según denunciaron. Pedrini les propuso un juego tipo verdad-consecuencia en el que todas las preguntas eran de índole sexual.
«Vengan conmigo», «abrazame», «dale, no seas cagona», fueron las cosas que empezaron a escuchar las dos jóvenes, que se sentían muy incómodas con la situación.
También hubo manoseos y hasta besos por parte del funcionario, siempre de acuerdo a los relatos de las víctimas. La cosa se fue poniendo más pesada hasta que en un momento Pedrini se habría bajado la bragueta del pantalón y exhibió su miembro.
Las dos jóvenes lograron salir de la casa y se fueron. El lunes la sobrina se presentó en una comisaría de la Policía de la Ciudad y radicó la primera denuncia. El martes, su amiga hizo lo mismo en una fiscalía. Ese mismo día a Pedrini le llegó una notificación de restricción de acercamiento a su sobrina por parte del juzgado que intervino en un primer momento.
Luego, la causa fue derivada al juzgado Criminal Seccional y Correccional N°3 a cargo del juez subrogante Gabriel Omar Ghirlanda y a la fiscalía N° 32 a cargo de Leonel Gómez Barbella.
Allí mismo tramita la causa por la muerte de Pedrini, que se conoció el martes. El que lo encontró muerto fue su chofer. Tenía una soga atada al cuello, lo que coincide con la causa de muerte informada por los peritos.
Se cree que a él estaba dirigida la nota. No obstante, no habría seguido las instrucciones del mensaje sobre «sacá la plata», ya que la Policía secuestró 30 mil dólares y 68 mil pesos de la casa.
En las últimas horas se conoció también que Pedrini tenía cáncer y trascendió que el martes habría recibido una mala noticia sobre su salud.
Ahora la Justicia analizará algunos elementos como, por ejemplo, las comunicaciones que Pedrini mantuvo los últimos días. De allí podría surgir algo más sobre el episodio denunciado por las jóvenes y qué fue lo que lo llevó a tomar la decisión de quitarse la vida, si es que se termina de confirmar esa hipótesis.
Con el desenlace fatal para el funcionario, ahora las denuncias por abuso quedan prácticamente en la nada, ya que con la muerte del acusado se extingue la acción penal.
MG