Con la pretemporada llegando a su fin, los refuerzos presentados en conferencia de prensa y el inicio de la Copa de la Liga a la vuelta de la esquina, el estreno oficial de Diego Martínez en el banco de Boca no es lo único de lo que se habla puertas adentro de la institución. Es que el campo de juego de La Bombonera no se encuentra en el mejor estado y genera una amplia preocupación saber cómo llegará a su primer partido del año. Al punto que se empieza a considerar la chance de mudar la localía.
Las elecciones presidenciales en el club siguen siendo noticia. A raíz de los conflictos judiciales que demoraron por casi un mes la realización de los comicios, el máximo perjudicado durante aquel tiempo de espera terminó siendo el césped de La Bombonera.
Las tres carpas que se montaron sobre la cancha desde el 23 de noviembre hasta el 17 de diciembre aún dejan a la vista sus consecuencias. Aquellas semanas de quietud a la espera de la decisión de los Tribunales demoraron el trabajo que los empleados del club debían realizar para el cuidado del engramado, privándolo de recibir luz solar y el riego correspondiente.
El impacto sobre la hierba fue tal que una vez que Riquelme fue elegido como presidiente, en el Xeneize tomaron la decisión de realizar un resembrado total que permitiera volver a tener un césped de alto vuelo, como el que sostuvo durante todo 2023. Por eso, se cambiaron todas las parcelas de pasto por unas nuevas.
Sin embargo, esas porciones de césped todavía no lograron crecer por completo y el tiempo apremia. En poco más de una semana Boca debe recibir a Sarmiento por la segunda fecha del torneo.
Montículos de arena por toda la cancha es lo que se alcanza a percibir, situación que no deja de preocupar a Riquelme, quien siempre se mostró como una persona muy obsesiva con el cuidado de lo que él llama «el patio de su casa». Su hija Florencia dejó esto en evidencia cuando subió una foto a redes sociales. En ella se los ve a ambos en la Bombonera, donde el flamante presidente del club aprovechó la situación para evaluar el estado del césped con sus propios ojos.
No obstante, a ocho días de tener que volver a abrir sus puertas, las expectativas desde el club no son las más optimistas. Es prácticamente un hecho que el campo no llegará en su plenitud para el encuentro del 1° de febrero. Y en el caso de arriesgarlo, la situación podría empeorar.
Por ende, la decisión final quedará en manos de Román: mudarse temporalmente de estadio o recibir a Sarmiento en La Bombonera.
Por el momento, las opciones que picarían en punta para un hipotético trasladado son la cancha de Huracán o la de Vélez. También está latente la opción del Cilindro de Avellaneda, pero tampoco se encuentra en plenitud luego de la celebración de varios recitales de La Renga.
Riquelme, con su infaltable mate, junto a su hija Florencia paseando y analizando el estado de La Bombonera. Foto: Captura.Un caso similar al que atraviesa Boca en la actualidad ya se había dado en la gestión anterior, con Jorge Ameal al frente.
En 2022, el Xeneize decidió renovar su sistema de drenaje y a pesar de haber jugado su primer partido de local en su estadio contra Colón, el terreno no dio garantías. Para el siguiente partido, decidió mudarse al José Amalfitani, donde recibió a Rosario Central.
Desde aquella obra, el césped de la Bombonera quedó impecable y las lluvias dejaron de ser un problema. Ahora, la causa del problema no tiene que ver con un factor meteoroológico sino con las carpas de las elecciones.
¿Qué hace dudar a Riquelme de mudarse de cancha? Los socios. En el caso que la decisión final sea preservar la cancha, sería complicado igualar la capacidad a la que suele llegar el Alberto J. Armando, que ronda las 57 mil ubicaciones.
De esta forma, deberá trabajarse en la planificación de algún protocolo que inevitablemente terminará dejando sin entrada a miles de hinchas.
Tras esa localía en cuestión del 1ro de febrero, Boca volverá a recibir un partido de la Copa de la Liga recién el día 10, caundo se cree que el césped de la Bombonera ya estará listo para ver los primeros movimientos del equipo de Diego Martínez en su plenitud.