Las amenazas narco en la ciudad de Rosario no cesan. Esta semana ya hubo tres hechos y el último se registró en la mañana de este miércoles en un centro de salud ubicado al noroeste de la ciudad.
La nota, que tenía pegada una bala con cinta, fue encontrada a las siete de la mañana cuando llegaron los primeros empleados al establecimiento 1° de Mayo, en la calle Mena al 2200, en el barrio Rucci.
El mensaje intimidatorio estaba dirigido a un detenido que cumple condena por narcotráfico, acusado de ser «soplón» y de estar detrás del crimen del colectivero César Roldán y de las amenazas al gobernador de Santa Fe, Maximiliano Pullaro.
Francisco Sueiras, subdirector del centro de salud, aseguró que «los trabajadores están consternados y preocupados» tras lo sucedido.
«No tenemos información sobre a qué hora dejaron la nota», explicó al Canal 3 de Rosario y agregó que «son cosas que exceden a esta institución».
La amenaza es la tercera ocurrida en lo que va de la semana en la ciudad santafesina.
El lunes por la noche, delincuentes arrojaron una nota intimidatoria tras balear un colectivo urbano de la línea 130 en inmediaciones de calle Winter al 3800.
El escrito hacía referencia al gobernador Pullaro, a un preso en la cárcel provincial ubicada en la localidad de Coronda y a un pabellón de detenidos en la Unidad Penitenciaria 11 de Piñero.
César Roldán, el chofer de colectivos asesinado en Rosario.Además, este martes la Policía encontró una nota en una estación de servicio situada en la esquina de los bulevares Avellaneda y 27 de Febrero de Rosario, con igual contenido que otra hallada en la sede de las Tropas de Operaciones Especiales (TOE), que también fue tiroteada.
El Gobierno santafesino inscribió esos hechos, y otras amenazas dirigidas al mandatario provincial y a su familia, en una «reacción» de miembros de bandas criminales cuyas condiciones de detención fueron endurecidas.
En una entrevista con Clarín, Pullaro analizó que «la reacción de ellos con las balaceras y las amenazas hacia mi persona y hacia mi familia tienen que ver con eso».
«Los sacamos de un lugar de total y absoluta comodidad, porque cometían delitos desde el lugar que les daba el Estado, las cárceles, era el mejor lugar para ellos. Los pusimos en aislamiento, no tienen visitas familiares, solo los ven detrás de un blíndex, a ellos y a sus abogados. Están monitoreados todo el tiempo, incluso cuando salen al patio, se pusieron inhibidores de señales», dijo.
El funcionario remarcó que a los narcos detenidos «se les cortó el poder que tenían para manejar las organizaciones criminales desde la cárcel».
«Lamentablemente ya estoy acostumbrado desde que comenzó mi gestión, pero quiero ratificar el rumbo de seguir peleando contra la delincuencia en la provincia de Santa Fe y en la ciudad de Rosario», advirtió Pullaro semanas atrás.
Por cuestiones de seguridad, su familia no vive más en la ciudad, al tiempo que él se maneja con custodia especial.
«No nos van a amedrentar, seguiremos trabajando en ese sentido. El Ministerio de Seguridad está muy sólido en ese sentido», insistió el gobernador, quien aseguró que está «bien cuidado» y que sus años de trabajo en el Ministerio de Seguridad le permitieron aprender cómo cuidarse «de estos delincuentes violentos».
EMJ