“Lo primero que hay que tener en cuenta a la hora de tomar sol es hacerlo en horas adecuadas, cuando la exposición a los rayos UV no sea nociva para nuestra piel», explicó Graciela Manzur, jefa de la División Dermatología del Hospital de Clínicas.
La especialista recomendó «reducir el tiempo total de permanencia bajo el sol, y sobre todo evitar la exposición entre las 11 y las 16, que es cuando el sol está más fuerte».
Asimismo, aún en casos de exposición al sol existen muchas maneras de regularla y proteger la piel a través de la fotoprotección, que incluye medidas físicas, tópicas y sistémicas.
Según un comunicado difundido este lunes por Hospital de Clínicas, la exposición a la radiación UV sigue siendo «el factor de riesgo más importante para el cáncer de piel y factores relacionados con el cambio climático pueden contribuir al aumento de casos».
Las mujeres tienen una ligera prevalencia antes de los 50 años, pero después de esa edad, los hombres son más afectados.
Diariamente se protegen del sol sólo el 20% de los hombres y el 33% de las mujeres y, según un estudio de la Sociedad Argentina de Dermatología, el 72% de las mujeres y el 53% de los hombres usan protector solar, mientras que sólo aproximadamente la mitad de estos lo reaplica.
Uso correcto del protector solar
Los especialistas advirtieron que, si bien los protectores solares son ampliamente utilizados, su aplicación adecuada y frecuente «puede ser costosa».
“Para un uso correcto de un protector solar, debemos aplicarlo media hora antes de salir al sol, y preferentemente en la casa, antes de ir a la playa o la pileta. La piel debe estar seca y se debe usar cantidades generosas del producto, y reaplicar cada dos horas como mínimo», explicó Manzur.
«Aunque el protector solar diga que es ‘a prueba de agua’, con el uso de las toallas para secarse y el correr de las horas va perdiendo capacidad para protegernos del sol, por eso lo ideal es ponerse cada dos horas”, precisó.
Asimismo, la especialista indicó que existen también sustancias con capacidad fotoprotectora que se pueden administrar por vía oral, que «deben ser contempladas y recomendadas por especialistas en dermatología”.
Se estima que un factor de protección solar (FPS) mayor a 50 es necesario para disminuir la tasa de carcinogénesis en la piel blanca.
Con respecto a los autobronceantes, la especialista sostuvo que son «una alternativa segura al bronceado solar o artificial, pero no ofrecen protección contra la radiación ultravioleta».
En tanto, la ropa, los sombreros, los lentes de sol (que deben bloquear el 99% de la radiación UVA y B) y las sombras son también esenciales como métodos de protección física.
Los especialistas destacaron la importancia del examen periódico para detectar lesiones sospechosas y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
“La prevención del cáncer de piel es una tarea colectiva que requiere la participación activa de la sociedad y medidas integrales de cuidado y concientización”, apuntó la médica.