Alejandro Jato (Vigo, 1994) estaba predestinado a encontrarse con Camilo Sesto, porque de pequeño escuchaba sus discos y luego cantaba sus canciones con sus amigos en el instituto. Por todo ello, la serie ‘Camilo Superstar’, que acaba de estrenar Atresplayer (este domingo ofrece su segundo capítulo) supone mucho para él. La considera una manera de reivindicar la figura del cantante, que aunque alcanzó el estrellato, pero en sus últimos tiempos se acabó convirtiendo en un meme. A Jato lo habíamos visto antes en ‘Servir y proteger‘, ‘Todas la veces que nos enamoramos‘ y en ‘Bosé‘, cuyo papel en esa tiene curiosas conexiones con Camilo Sesto.
‘Camilo Superstar’ retrata un episodio de la vida de Camilo que muchos desconocíamos..
Yo desde luego no tenía ni idea. Creo que es una bonita oportunidad de hacer justicia a una figura que, después, con los años se ha colocado en un lugar muy erróneo, o por lo menos no tan consciente de lo importante que fue para la música, pero también para la historia del país. Y a través del musical hubo una parte de enfrentarse a toda esa gente y de valentía muy grande. De él se decía mucho que no era político y a mí me parece que eso demuestra claramente que era política su manera de entender el arte, la cultura, y de defender lo que lo que él consideraba que tenía que hacer en cada momento.
Solo tenía 26 años y arriesgó todo por el musical. Dicen que estaba poseído por el personaje.
En la serie tratamos de coger eso un poco, porque vi que había mucha gente que decía que el personaje le había tomado. No sé si verdaderamente fue así o no, pero la analogía es interesante, porque hay una paralelismo entre el personaje de Jesucristo y alguien que se está enfrentando también a todo un pueblo. Es un bonito paralelismo con el que hemos tratado de jugar en la serie.
Hasta tuvo su propio Judas. Su representante, que le traicionó.
Sí. Eso de cuando te dé la espalda, me negarás tres veces y me clavarás el puñal. Es bonito el viaje que hace, porque tiene que ver mucho con esa figura. Y es bonito entenderlo así. Por lo menos en la ficción, no sé en la vida.
«Es una bonita oportunidad de hacer justicia a una figura que con los años se ha colocado en un lugar muy erróneo»
Usted se entregó a un profundo ejercicio de documentación. Incluso habló con la madre de su hijo, Lourdes Ornelas.
Sí, el proceso de documentación quise hacerlo de una manera tranquila, sin agobios. Teníamos algo de tiempo hasta empezar a rodar, por lo que quise ir porquito a poquito, tratando de conocerle un poco desde el principio de su historia. Principalmente a través de dos biografías: una que escribió el, ‘Camilo’, y otra autorizada, ‘Camilo Sesto. Mi última canción’, de Elena Gómez de la Puerta, que son dos tomos que te explican muy bien desde su infancia hasta el final, la relación con su familia… Luego, con muchos archivos de vídeo, los poquitos que hay de de la época. Las imágenes me ayudaron a imaginar quién era Camilo detrás de la imagen pública que teníamos de él. Ese chaval que acababa de llegar a Madrid hacía unos años. Ese fue el trabajo que tratamos de hacer.
¿Da responsabilidad interpretar a alguien que vivió?
En todo momento lo he hecho desde el respeto, pero me quise quitar la presión de decir es intocable, es Camilo Sesto. He tratado de acercarme a él como un amigo, como alguien que le quiere homenajear desde el cariño. Y jugarlo con el amor y la energía que tenía para hacerle un bonito homenaje.
Lourdes se emocionó al verlo como Camilo. Decía que hasta movía las manos como él.
Fue muy cariñosa conmigo en todo momento y me ayudó muchísimo.
Camilo era muy misterioroso y ambigüo. Siempre se especuló con su identidad sexual. ¿Cómo abordó ese aspecto?
Siempre había ese runrún a su alrededor, pero como la serie no se centra en esa parte… Creo que es una ambiguedad todo él, su persona, y creo que tenía un secreto que nosotros hemos intentado completar de puertas para adentro y mostrarle con ese enigma
La modelo Eugenia Silva da vida a Lucía Bosé, que fue amante de Camilo. ¿Cómo ha sido trabajar con ella, que es nueva en esto de la interpretación? Mostraban mucha complicidad.
Desde luego, porque trabajar con ella ha sido maravilloso. Es que Eugenia es encantadora y desde un principio nos entendimos muy bien. Además, ella hace como que no, pero en realidad se preparó muchísimo y el acento italiano está supertrabajado. Ha hecho un trabajo suuperbonito. A mí, mirarla me llegaba a fascinar.
También descubrimos con la serie que antes de Ángela Carrasco había la opción de Paloma San Basilio. Y la interpreta Elena Rivera, que ofrece un momento mágico cantando ‘Sombras’.
Maravilloso. Y, además, canta con la dulzura que ella tiene. Fue también otra de las de las cosas más maravillosas de la serie: trabajar con Elena. Y también con Natalia Reyes, que hace de Ángela. Además, tiene un gran parecido con ella en el físico y en la voz.
Usted también canta en la serie, ¿cierto?
Sí, hay momentos donde sí hay alguna canción que he cantado yo: cuando estoy ensayando canciones. Pero en las del musical y ‘Algo de mí’ hago ‘playback’, pues también se quería dar la oportunidad de que escuchara la música original de Camilo, que es fascinante.
La casualidad ha querido que apareciera en la serie ‘Bosé’ haciendo de representante del cantante… ¡y hablando de Camilo Sesto!
Sí, el otro día la estaba viendo y se me estaba yendo la cabeza. Ya no sabía dónde estaba interpretando ni quién era. Y sí que es curioso que en un momento hablamos de Camilo. Y estaba Lucía Bosé por ahí en ambas. Lo siguiente será juntar amabas series (ríe). Es que Bosé y Camilo eran muy amigos.
Ambas ficciones tienen en común que se desarrollan en los años 70. Usted no había nacido, ¿pero le gusta esa década?
Sí, porque soy un nostalgico. No sé por qué motivo, pero siempre le digo a mi madre: «Yo en otra vida tuve que vivir en los años 70». Porque me encanta la música de los 70. A Camilo lo escuchaba de adolescentee La banda sonora del bachillerato fue un recopilatorio de números uno de Camilo que me regaló mi tía, así que en esa época me tiró mucho, no sé por qué. No sé si será una nostalgia curiosa.
Sus amigos también eran muy ‘vintage’.
Es que los chicos de mi clase, que siguen siendo mis mejores amigos actualmente, no sé por qué, igual por influencia de mi madre en mi caso y porque ellos convivían con sus sus abuelas, éramos muy de eso, de tener tocadiscos, de pasar los días escuchando a Julio Iglesias, a Rocío Jurado… Éramos todos como muy folclóricos. Antes del estreno les pasé el trailer por el grupo y estaban superilusionados, porque, aunque no lo vivimos, es parte de nuestra infancia.
Debe de ser bonito compartir su trabajo con su entorno.
Eso es lo más bonito. Mis amigos me dicen eso, pero luego cuando les invito a casa a ver algo no paran de reírse.
Imagino que eso de verle con pantalones de campana y esos pelucones…
Somos amigos de la infancia, con lo cual te dan una de cal y otra de arena.
Recientemente participó en ‘Todas las veces que nos enamoramos’. ¿Le hubiera gustado otra temporada?
Me habría encantado, porque es muy bonita. Y encima la hice con un grupo que somos muy amigos. Desde la producción hasta la dirección. Fue un gusto, nos sentíamos superlibres. Una pena, sí; pero habrá más.
¿Algo de este siglo?
Nada que se pueda contar aún. He dirigido un corto este verano y estoy montándolo. Una experiencia superbonita.