El trabajo comunitario entre vecinos, sumado al de algunas cuadrillas, despejó gran parte de los árboles que habían caído sobre casas, muelles y ríos que imposibilitaban el tránsito, pero aún son frecuentes los cables caídos en el suelo o enredados en árboles, los techos abollados y postes de luz sobre la maleza, además de los cortes del suministro.
Para tratar estos temas se creó un comité de crisis, mientras hoy hubo una reunión con autoridades del Edenor, el Municipio de Tigre y de la provincia de Buenos Aires, pero «no hubo compromisos», advirtieron las y los vecinos del Delta.
Carla contó que no tuvo luz «solo» durante seis días, en los cuales debió «evacuarse» a la casa de un familiar junto a sus tres hijos, pero la realidad de muchos de las y los isleños continúa siendo la falta de suministro eléctrico.
Los efectos de la tormenta
Desde el temporal del 17 de diciembre que afectó a todo el país, en el que fallecieron 13 personas en la ciudad bonaerense de Bahía Blanca, muchos barrios en diferentes provincias se vieron afectados con cortes de suministro eléctrico, al igual que las islas del Delta, pero en gran parte de esa zona no regresó la luz desde entonces.
A raíz de la tormenta cayeron 299 postes de luz, 501 árboles fueron derribados sobre la red de Media Tensión y se cortaron 90 líneas áreas de Media Tensión, informó Edenor.
«Desde el domingo a la madrugada del temporal estoy sin luz. En nuestra zona se cayó un árbol directamente en el tendido de un cable», dijo a esta agencia Tomás, un joven que vive hace siete años en la isla, ahora en el arroyo conocido por las y los vecinos como «Haroldo Conti» porque en una casa ubicada allí, que actualmente es un museo, vivió el escritor.
Si bien realizó el reclamo correspondiente, aún «no hay respuestas ni un plan de acción concreto», dijo, mientras expresó que «la incerteza genera mucha angustia».
«Estoy sin heladera, sin agua, con la comida perdida. Tengo la ayuda de mi familia que me está dando una mano para lavar la ropa, pero es toda una movida. Gasto más en nafta porque tengo que salir a comprar comida o ir a lo de mis viejos. Ahora me baño en el río cuando hay agua. A la noche estoy con velas, que son carísimas, cargo el celular donde algún vecino», detalló el joven.
El sábado del temporal, Andrea Kelmansky (43) volvió remando hasta su casa en el Delta con una leve lluvia que le permitió llegar antes de que inicie la tormenta.
«Escuché un ruido muy fuerte, pensé que era una rama que se había caído. Cuando a la mañana salgo veo que se había caído la torre de agua de mi casa. Estaba muy angustiada. Fuimos con mi hijo caminando a lo del vecino porque no podíamos salir con el bote desde nuestro muelle por las ramas y le pedimos que nos lleve a Tigre», contó a Télam la joven docente de danza.
Andrea se encuentra sin agua desde ese momento, pero su reclamo por el suministro de electricidad viene de años atrás.
«Inicié el trámite en 2009 para tener tendido eléctrico, pero ya caducó. Hace un año volví a hacer otro que está en trámite y para eso puse un poste, caño, cables, tengo el certificado correspondiente, caja con térmica y disyuntor. Ya vinieron a verlo y vieron que está bien. Pero no hicieron el tendido aún», dijo la mujer, cuyo muelle lleva un cartel que reza «Edenor expediente 2828».
Los vecinos organizados
El miércoles de la semana pasada, luego de 11 días sin luz, se conformó un comité de crisis en el que participan el gerente técnico de Edenor, la dirección del Municipio de Tigre y vecinos de la isla.
«El comité prácticamente no está haciendo nada. La empresa ha tomado más personal pero no alcanza», sostuvo Jorge Fornes, un hombre que vive hace 10 años en la isla, mientras resaltó que «las mejoras se hacen en forma parcial y no hay mantenimiento de las líneas».
En el mediodía del jueves representantes de habitantes de las islas elegidos en asamblea tuvieron una primera reunión «formal» con Cecilia Ferreira, en representación interina del intendente Julio Zamora; la gerencia de Edenor; representantes de la Dirección Provincial de Islas y otras autoridades municipales.
En este sentido, las y los vecinos llevan adelante un relevamiento propio que pondrán a disposición de Edenor con los puntos de la isla sin luz, que consideran que se trata de un «70% de su población», mientras la empresa informó el domingo pasado que restaba normalizar la situación de 4.078 clientes.
«También pedimos a Edenor que no nos cobren por un servicio que no tuvimos, que no nos cobren el transporte público de la isla porque todo este problema hace que nosotros tengamos que ir mucho más seguido al continente, que abran salitas y escuelas para recargar energía, que no nos cobren la amarra pública y que intimen a Movistar y a Claro a restablecer su servicio», agregó.
Sin embargo, las y los isleños que participaron de la reunión advirtieron que «ni Edenor, ni el municipio ni provincia se comprometieron a nada», excepto que «para mitad de la semana que viene va a estar la media tensión resuelta, pero eso que no quiere decir que vuelva la luz» por lo que resolvieron «esperar unos días».
Este viernes sumarán como medida de lucha un cacerolazo a las 20 para seguir reclamando el restablecimiento de la luz en la isla.