Hace exactamente 40 años, un pequeño grupo de integrantes del Ballet del Colón impulsó la creación de un Taller coreográfico, que implicaba lo siguiente: integrantes de la compañía interesados por la composición podían concebir obras para presentarlas en el propio escenario del Teatro en un programa conjunto.
Un doble beneficio: tanto para los artistas como para el público, porque desde el principio se estableció que la entrada sería libre y gratuita. Miles y miles de personas pudieron, gracias a estos Talleres, ver programas de danza muy variados en la magnífica sala del Teatro Colón. Un número enorme entre ellas jamás habían entrado.
La iniciativa había surgido de Mario Galizzi –actual director del Ballet del Colón- junto con Carlos Baldonedo y Rodolfo Lastra, otras dos figuras de Teatro.
Galizzi recuerda: “Estaba a punto de volver la democracia y había una gran crisis económica; fue una de esas lindas cosas creativas que surgen en momentos de crisis. Hicimos muchas funciones gratuitas para estudiantes secundarios y fueron agregándose otras actividades. Por ejemplo, un año se hizo un concurso de croquis con dibujantes de las academias de Bellas Artes que dibujaban en la sala mientras nosotros bailábamos”.
Este cuarenta aniversario se presenta con tres cambios bienvenidos.
En primer lugar participan por primera vez integrantes del Ballet del San Martín, alumnos de su Taller de Danza y bailarines independientes.
Luego, las funciones regresan después de nueve años al escenario de la sala grande, por iniciativa de Mario Galizzi; hasta 2022 se habían organizado en el espacio reducido del Centro de Experimentación del Colón.
Finalmente hay una interesantísima mezcla generacional: alguien muy joven como la talentosa Rocío Agüero y alguien con tanta experiencia escénica como Maricel De Mitri, maravillosa bailarina.
Sin embargo, para las dos es su primera incursión en la coreografía. Lo es igualmente para la casi totalidad del grupo de seis creadores. Y por otra parte participan alumnos del Instituto Superior de Arte, pero también Karina Olmedo, gran primera bailarina ya retirada del Ballet Estable, y Luciana Croatto, que desarrolló una extensa y muy premiada carrera internacional.
Un ensayo de «Alma», otra de las obras que se verán en los festejos por los 40 años del Taller Coreográfico del Colón. Foto: Mercedes Cepeda
Cómo se eligieron las obras
Lorena Merlino, intérprete y maestra y también codirectora durante varios años de la Compañía Nacional de Danza Contemporánea, se ocupó de la selección de las obras y de la dirección general.
Hay un aspecto de este enorme trabajo que Lorena destaca en particular: todas las áreas del Teatro Colón están involucradas en la producción; tanto para la puesta de luces, la escenografía, la maquinaria y el vestuario como por la participación de músicos de sus dos orquestas. El maquillaje y las caracterizaciones fueron hechos por alumnas del Instituto de Arte del Colón.
Seis son las obras que conforman el programa y cada coreógrafo explicó brevemente desde qué idea partió y cómo desarrolló su pieza. Un panorama muy heterogéneo, con temáticas diversas -estados espirituales, leyendas autóctonas, inspiraciones literarias- y en lenguajes muy distintos: el ballet, la danza contemporánea y el tango.
Hablan los creadores
Maricel De Mitri, la bailarina y coreógrafa presentará «Noche del diablo», una obra basada en un libro de Fernando Pessoa. Foto: Juano Tesone:Maricel De Mitri cuenta sobre Noche del diablo (fragmento de una obra en proceso): “Partimos del libro La hora del diablo de Fernando Pessoa, e indagamos en la dualidad entre lo onírico y lo cotidiano, el intersticio entre lo que es y no es, lo oculto, lo posible, lo no dicho y no pensado; más allá́ del bien y del mal como propone el autor. La creación se desarrolló a partir de bocetos coreográficos creados en colaboración con los bailarines y junto con la composición de Germán Rudmisky para un ensamble de clarinete, corno, percusión, violín y contrabajo. Todo esto sumado a los textos de Pessoa”.
Luciana Barrirero habla sobre Zonda: “La obra nació de una obra musical de Fabián Máximo, pianista del Teatro Colón, que me propuso una coreografía para esta partitura. Llamé a alumnos del Instituto, muy jóvenes y poco acostumbrados a bailar descalzos y a un lenguaje de movimientos distinto, y también a Luciana Croatto, una bailarina contemporánea increíble, una verdadera estrella; pensé que sería un verdadero aprendizaje para estos chicos que tienen aún poca experiencia…
“Zonda se basa en una leyenda indígena: un cazador que mata por gusto es castigado por la Pachamama con el viento zonda”, cierra.
Aarón Guzmán, que aún estudia en el Instituto del Colón, pero ya es refuerzo del cuerpo de baile, se explaya sobre Alma:. “Trabajamos con Lola Mugica, que forma parte del Ballet del Colón, sobre uno de los libros de la trilogía Never never de Colleen Hoover y Tarryn Fisher. Tomamos de ahí los personajes principales, dos adolescentes que de pronto sufren una amnesia, e invertimos el orden en el tiempo de las cosas que les ocurren. La música es de Niccoló Paganini, para violín y piano, y está interpretada en vivo”.
Juan Pablo Ledo, primer bailarín del Teatro Colón, ahora en su rol de coreógrafo para los 40 años del Taller Coreográfico del Teatro Colón.Rocío Agüero y su visión de Entre dos: “Mi obra utiliza el lenguaje del tango y está interpretada por una pareja de bailarines del Colón. Intenté expresar la vida de la noche y lo que representa el tango para mí: San Telmo, el amor, el desamor, la pasión. Es encontrar aquello que provoca el tango: estar deprimido, de pronto abrazarse con otro para bailar y durante tres minutos sentís que sanaste. Pero es también compartir con otra persona cuando te sentís muy bien”.
Juan Pablo Ledo y su mirada de Almas en fuga: “Quise representar estados del alma en distintos estadios de la vida. La música fue creada por Juan Andrenacci y tanto para él como para mí como coreógrafo fue importante vincularnos a una tradición. Andrenacci se inspiró en Mozart, Chopin y Rachmaninoff para cada momento de la obra. Fue entregándome la música y sobre eso, yo componía…
«En la sinopsis para el programa escribí: ‘Hay almas que van y vienen, almas sin destino, otras que se reencuentran, almas juveniles, almas melancólicas; pero todas comparten el deseo de poder amar”. “Siento que influyeron en mí obras que he bailado como La Sílfide de Pierre Lacottte, el Cascanueces de Nureyev y Manon de MacMillan. Pero con estas influencias creo que hice algo personal”, termina.
Mario Galizzi, el director del ballet del Colón se pone al hombro la celebración de los 40 años del Taller Coreográfico. Foto: Ariel GrinbergEmiliano Falcone presenta Bilis negra, la segunda obra que monta una obra para el Taller coreográfico: “El principio de la obra fue el deseo o el capricho de bailar con Lucía Bargados, que forma parte del Ballet Contemporáneo del San Martín. La admiro mucho, a ella como intérprete y a su mundo creativo, y después de pensar sobre qué quería contar en la obra, la llamé y también a Damián Saba, igualmente bailarín del San Martín, como asistente”.
Y sigue: “La idea inicial era el miedo a desaparecer y con eso comenzamos a trabajar. No queríamos que fuera un dúo de amor, lo más habitual en la danza. Finalmente llegamos a un estado de melancolía en el personaje masculino y en ella encontramos algo que provocaba terror, alguien muerto”.
Información
Las funciones para ver las obras del Taller Coreográfico serán el 29 y 30 diciembre a las 11 de la mañana en el Teatro Colón, Libertad 612. El acceso es libre y gratuito retirando previamente las entradas, a partir de este miércoles 27 de diciembre, en la boletería del Teatro, Tucumán 1171.