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Resistencia
23 agosto, 2025

El perejil del caso Dalmasso negó el asesinato y cambió de abogado

Este viernes, pasado el mediodía, Gastón Zárate volvió a los tribunales de Río Cuarto. Fue trasladado desde la cárcel local para ampliar su declaración en la causa que lo tiene como principal acusado del homicidio de Rubén Acuña Ustarroz, un estudiante universitario de 37 años que murió tras recibir un golpe en la cabeza con un fierro, en medio de una pelea durante un partido de fútbol.

La comparecencia fue breve. Es que “el perejil”, como lo conocen todos por la falsa imputación en el crimen de Nora Dalmasso, sólo se limitó a negar las imputaciones que le formuló el fiscal de Segundo Turno, Javier Di Santo, y luego decidió abstenerse de continuar declarando. No brindó detalles sobre lo ocurrido en la tarde del 16 de agosto en el complejo deportivo privado donde se desató la violenta discusión, según reveló el sitio Otro Punto de Río Cuarto.

En paralelo, la audiencia dejó un giro procesal importante: el acusado aprovechó su presencia en la fiscalía para cambiar de abogado. Designó como abogado particular al riocuartense José Gabriel Melano, quien a partir de ahora será su defensor. De este modo, quedó desplazada la defensora oficial Ivana Niesutta, quien lo asistía desde su detención.

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Mientras tanto, la familia de la víctima busca tener un rol activo en la investigación. Según trascendió en ámbitos judiciales, en los próximos días se constituirán como querellantes en la causa. Dado que carecen de recursos económicos para contratar un abogado particular, lo harán con el acompañamiento de un asesor oficial.

Pasado. La detención de Zárate volvió a instalar su nombre en la agenda pública, dos décadas después de haber sido acusado en uno de los casos más mediáticos del país: el femicidio de Nora Dalmasso. En aquel entonces fue señalado como presunto autor, pero la hipótesis fue desmoronándose hasta que, en 2011, la Justicia lo sobreseyó de manera definitiva. Su figura quedó marcada como la de un “perejil” utilizado como chivo expiatorio en un expediente plagado de irregularidades.

Ahora, su situación es diferente. Esta vez no se trata de sospechas indirectas, sino de un hecho puntual ocurrido en plena cancha de fútbol, donde testigos lo vieron golpear a Acuña con un objeto de hierro. La víctima murió en el acto y el propio Zárate fue reducido y detenido en el lugar.

La investigación judicial continúa, con el testimonio de jugadores, familiares y allegados que presenciaron el encuentro deportivo. En este escenario, la declaración del acusado y la estrategia que adopte su nuevo abogado serán determinantes para definir el rumbo de un proceso que vuelve a captar la atención pública en Río Cuarto.

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