Las Abuelas de Plaza de Mayo lo hicieron otra vez. Encontraron al nieto 140 robado durante la última dictadura. Se trata del segundio nieto recuperado en lo que va de 2025.
Este nuevo hallazgo se da en un contexto de ataque a las políticas de memoria, verdad y justicia, y sobre todo de aquellas enfocadas a la restitución de la identidad de quienes fueron apropiados durante los años del terrorismo de Estado.
«Hoy damos la bienvenida al hijo de Graciela Alicia Romero y Raúl Eugenio Metz, nieto 140», dijo Estela de Carlotto en el comienzo de la conferencia de prensa. Los primeros datos que se conocieron del nieto restituído es que nació el 17 de abril de 1977 en el centro calndestino «la escuelita» de Bahía Blanca. «Su hermana, Adriana, lo buscó desde siempre», resaltó la presidenta de Abuelas.
«Con la restitución del nieto 140 confirmamos una vez más que nuestros nietos y nietas están entre nosotros y que gracias a la perseverancia y el trabajo constante de estos 47 años de lucha seguirán apareciendo. La lucha no puede ser en soledad», completó Estela.
Adriana Metz, hermana del nieto 140, contó que, aunque siempre trabajó por encontrar a su hermano, nunca se imaginó cómo podría llegar a ser ese día.
«Gracias a las Abuelas por enseñarnos a que la búsqueda es colectiva y que tenemos que continuar por estos 300 nietos y nietas que nos faltan a todos», completó.
QUIENES ERAN LOS PADRES DEL NIETO 140
Graciela Alicia Romero nació el 21 de agosto de 1952. Sus amigos y familiares le decían “Peti”. Raúl Eugenio Met nació el 24 de agosto de 1953 en Bahía Blanca. Le decían “Melli”. La pareja tuvo a su primera hija, Adriana, en octubre de 1975. Los dos militaban en el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT).
Raúl fue trabajador ferroviario, como su papá. En un momento, fue a buscar trabajo en una empresa constructora en Neuquén. Cuando lo consiguió, viajaron para allá Graciela y Adriana. Antes, había sufrido un intento de secuestro en su lugar de trabajo.
El 16 de diciembre de 1977, un grupo de tareas integrado por el Ejército y la policía de Neuquén irrumpió en la casa en la que vivía la pareja con su hijita de un año y unos pocos días. Se llevaron a Rául y a Graciela, que cursaba un embarazo de cinco meses.