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27 septiembre, 2024

Renunció a una multinacional, se convirtió en la “gurú del amor” y enseña cómo comportarse en una primera cita

Daniela De Lucía dejó el empleo de sus sueños para ayudar a otras personas a mejorar sus relaciones de pareja o a construir nuevos vínculos.

Mauricio Luna

24 de diciembre 2023, 06:00hs

Daniela De Lucía trabajaba en una reconocida empresa y renunció para ser coach (Foto: Instagram @danieladlucia).

Daniela De Lucía trabajaba en una reconocida empresa y renunció para ser coach (Foto: Instagram @danieladlucia).

Daniela De Lucía tuvo una infancia feliz. Creció en Tandil, como única hija de un matrimonio que buscó en ella el complemento de un desarrollo marcado por lo intelectual, lo deportivo y lo lúdico.

Sin embargo, desde pequeña convive con una enfermedad genética en su sistema nervioso periférico, la cual “siempre me hizo torpe”, la limitó en lo físico y, sin saberlo, marcó su personalidad para siempre.

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“Crecí con esa limitación, que no es evidente y solo yo sabía que tenía. No podía hacer deportes porque no tenía coordinación, pero eso no impidió que yo fuera para adelante. Encontré lo mejor de mí y me volví una persona con mucha actitud”, explicó a TN.

Tras culminar la secundaria, decidió estudiar Comunicación y Relaciones Públicas en la UADE. Allí se recibió con diploma de honor. “Comencé a trabajar como analista de ventas en Acindar, una compañía siderúrgica que luego se volvió parte del Grupo ArcelorMittal. Llegué al puesto que quería, la gerencia de la comunicación externa. Y cuando lo alcancé me di cuenta de que no era lo que deseaba”.

Nació en Tandil y luego de terminar la secundaria se mudó a Buenos Aires (Foto: Instagram @danieladlucia).

Nació en Tandil y luego de terminar la secundaria se mudó a Buenos Aires (Foto: Instagram @danieladlucia).

Al atrapar su objetivo, Daniela sintió que su propósito de vida no pasaba por trabajar en una corporación: “Quería encontrar algo que me encendiera. Trabajaba, cumplía un horario y me iba, pero me faltaba esa iniciativa que solo se tiene cuando uno ama lo que hace”.

Empezó a estudiar coaching para encontrar un camino propio, porque “muchas de las personas que estudian coaching buscan sus propias respuestas. El que yo estudié, el estratégico, de la escuela de Tony Robbins, nace del antideterminismo de Viktor Frankl”.

Antes de ser coach, trabajó en una empresa multinacional (Foto: Instagram @danieladlucia).

Antes de ser coach, trabajó en una empresa multinacional (Foto: Instagram @danieladlucia).

Daniela adquirió una serie de conocimientos que cambió su manera de pensar: “Más allá de lo determinada que estuve por mis características físicas, elegía dar mucho más. Elegía jugar al vóley cuando no podía y era frustrante. El coaching me dio mucho sentido. Empecé a tomar decisiones con más profundidad en mi vida y sentí que era el momento de ayudar a otras personas”.

De trabajar en una multinacional a ser la “gurú del amor”

“En coaching comencé a compartir contenidos en redes. Para certificar en coach tenés que tener muchas horas de vuelo. Hoy en día trabajo con muchas personas a las que ayudo en su relación de pareja o a construir una relación. A otros, en cambio, a crecer en su trabajo”, explicó Daniela, que luego de adentrarse en este mundo decidió renunciar a su empleo formal.

“A veces nos olvidamos de quiénes somos. De nuestras luces y sombras, pero también cuáles son los recursos que tenemos para avanzar. El principal problema en las relaciones es el gran desafío de conectarse en persona como lo hacemos en las redes. Hoy no se habla tanto y se perdió la oportunidad de conocer gente en el mundo real”, sostuvo Daniela.

Las personas que la consultan buscan mejorar sus relaciones de pareja (Foto: Instagram @danieladlucia).

Las personas que la consultan buscan mejorar sus relaciones de pareja (Foto: Instagram @danieladlucia).

Y agregó: “Muchas personas salen con alguien dos o tres meses y uno le dice al otro ‘mejor qué fluya’”. ¿Pero si estamos jugando a ser novios desde hace tres meses? ¿Cómo ‘qué fluya’? La pregunta es: ¿por qué cuando le planteo algo en serio desaparece? Yo a eso lo llamo el aperitivo emocional; siento un ratito y me voy, la relación completa no existe”.

Para que una primera cita funcione, Daniela propone respetar algunos lineamientos indispensables: ”Aplicar la ley del 70/30: hablar un 30% y dejar que el otro hable el resto. Recabar información, si nos interesa, no ir a contar la historia de nuestra vida. Hablar menos y escuchar más”, indicó.

La coach estratégica cree que hay una serie de ítems a respetar en una primera cita (Foto: Instagram @danieladlucia).

La coach estratégica cree que hay una serie de ítems a respetar en una primera cita (Foto: Instagram @danieladlucia).

“Animarnos a preguntar qué quiere el otro: si está para algo serio o algo casual, de manera natural, en el medio de la charla. Está bárbaro no querer un vínculo en serio, pero si nosotros sí queremos tenemos esa información”, continuó Daniela, autora del bestseller “Estás para más”.

“En tercer lugar, que las citas no duren más de dos horas. Cuando recién nos conocemos, verse tanto tiempo no da lugar para la idealización”, sostuvo la especialista, que como cuarto ítem sugirió: “Es clave tres citas para conocer a alguien, no descartar a nadie en la primera. En la primera cita nos pueden jugar en contra los nervios, no define nada”.

Escribió un bestseller llamado

Escribió un bestseller llamado «Estás para más» (Foto: Instagram @danieladlucia).

Para la coach, su consejo para que una pareja que lleva varios años de relación funcione es fundamental respetar “la técnica de los tres patitos (222)”: “Cada dos semanas tener una cita, cada dos meses un fin de semana solos y cada dos años unas vacaciones de 15 días solos. La base de la pareja es la intimidad, si eso se pierde, no hay más nada”.

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