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1 febrero, 2025

Estefanía de Mónaco a los 60 años: nació princesa, pero quiso cantar, diseñar lencería y domar elefantes

Estefanía de Mónaco nació como princesa de la dinastía Grimaldi, una de las más famosas del siglo XX, pero quiso ser cantante pop, diseñar su propia marca de lencería y vivir en la carpa de un circo para domar leones.

Pero a sus 60 años, los que cumplió este 1 de febrero, la hija menor de los legendarios Rainiero III de Mónaco y Grace Kelly parece haber encontrado, por fin, la felicidad -o al menos la estabilidad- que tanto buscó.

En los trágicos años 80, el envejecido Rainiero III (1923-2005) era el jefe de lo que se llama una familia disfuncional. Aunque se distanciaron en sus últimos años, Rainiero y su esposa Grace -una ex estrella de Hollywood- habían trabajado como un frente en común cuando sus tres hijos crecieron y procuraron protegerlos cuando comenzaron a protagonizar algunas noticias escandalosas.

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Se dice que para la princesa Grace era especialmente doloroso ver noticias inexactas sobre sus hijos -Carolina nació en 1957, Alberto en 1958 y siete años después, Estefanía- y que una vez se detuvo en una carretera para reprender a unos paparazzi que los seguían en moto a toda velocidad para tomar fotografías de los príncipes.

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Cuando llegaron a la adolescencia, las dos princesas, perseguidas a sol y sombra por fotógrafos de todo Occidente, parecían disfrutar de relaciones en serie con hombres que eran considerados inadecuados y, en los últimos años, el viejo príncipe se vio acosado por los escándalos de mal gusto y muy públicos de las princesas.

Cada foto y giro emocional en el destino de las princesas vendía decenas de miles de ejemplares de Paris Match y Point de Vue, embellecían la imagen de Mónaco y aumentaban sus ingresos. A los ricos del mundo les encantaba ir al pequeño principado del Mediterráneo, jugar en su casino, construir edificios y relacionarse con la “jet set” del momento.

“En aquella época, las historias que circulaban eran mucho más denigrantes y nada amables”, dijo Carolina. “De hecho, desde la edad de 14 años hasta los 30, o quizás incluso hasta un poco más tarde, estaba completamente convencida de que todo el mundo me detestaba. Y me decía a mí misma: ‘Si tanto me odian, que me dejen en paz de una vez. Si solo van a decir cosas horribles o crueles sobre mí, que me dejen tranquila. ¡No le he pedido nada a nadie!’”.

La princesa Carolina era la primogénita de la dinastía Grimaldi, pero las anticuadas leyes le impedían heredar la corona por ser mujer, de modo que siguió su camino libre de las ataduras de estado.

Fue la “novia de Europa”, salió con bellos actores y atléticos deportistas, como el tenista argentino Guillermo Vilas, se divorció escandalosamente de su primer marido (el playboy francés Philippe Junot) y se convirtió en viuda a los 23 años cuando su segundo esposo, Stefano Cariraghi, un Campeón Mundial de Offshore, murió en una regata en Saint-Jean-Cap-Ferrat, cerca de Mónaco.

La princesa Estefanía, la más mimada y caprichosa de la familia, creció para convertirse en modelo de ropa para las revistas Vogue, Rolling Stone y Elle pero con frecuencia apareció en las listas de mujeres peor vestidas. Cuando su familia la convenció de dejar ese negocio, comenzó a diseñar y vender trajes de baño y más tarde quiso ser una estrella de rock.

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Su disco “Irresistible” fue muy exitoso, especialmente en Francia, donde se vendieron más de un millón de copias. Pero a la vez ella mostró una preocupante inclinación por las aventuras amorosas con hombres que su padre consideraba realmente inapropiados: los actores Rob Lowe y Jean-Claude Van Damme, un ex arquero del Manchester United, un entrenador de elefantes, algunos sirvientes y un jardinero del palacio, un mayordomo del príncipe…

Golpeada por la impactante muerte de su madre en 1982, en un accidente automovilístico (Estefanía y Grace viajaban juntas cuando automóvil se salió de control y cayó por un barranco), los biógrafos de la realeza creen que la joven tomó revancha por la tragedia y se entregó al desenfreno.

“Como muchas personas que escapan de la muerte en circunstancias dramáticas mientras otros mueren, Estefanía pareció perder todo sentido de autoconservación, un proceso generalmente conocido como ‘vivir la vida al máximo’”, dijo una historiadora de la realeza. “No se preocupaba por su propio bienestar ni por los sentimientos de su familia y se olvidaba del futuro. Con frecuencia aparecía borracha en público y consumió drogas“.

En 1995 Estefanía se casó con su guardaespaldas Daniel Ducruet, con quien tuvo dos hijos antes de casarse.

A finales de los 80, Estefanía, la “niña salvaje”, como la llamaba su madre, o “la versión deportiva de Madonna”, como la describió Karl Lagerfeld, se mudó a Los Ángeles para avanzar en su carrera como cantante, pero no grabó nada durante cinco años y después solo logró vender 3.000 copias de su disco.

Los periódicos franceses la apodaron “princesse rockeuse”, pero su descendente carrera en la música llegó a su fin después de protagonizar “Caught In The Middle” de Michael Jackson, tras lo cual se convirtió en diseñadora de moda.

Después de vivir un tiempo con el empresario francés Mario Oliver, un violador convicto que era DJ, propietario de clubes nocturnos y restaurantes para gente rica, al llegar los años 90 Estefanía pareció sentar cabeza cuando se enamoró de Daniel Ducruet, un ex guardaespaldas de la familia real que abandonó a su novia embarazada cuando la conoció.

Tras el nacimiento de dos hijos -Louis y Pauline Ducret-, en 1995 Rainiero III aprobó a regañadientes el matrimonio de su hija con el atractivo Ducruet, que trabajaba como vendedor mayorista de pescado y había sido acusado de golpear a un médico que encendió sus luces altas cuando lo pasó en el tráfico en Niza.

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El príncipe soberano respiró aliviado cuando Estefanía se separó solo unos meses después en medio de un gran escándalo: Ducruet fue fotografiado en una villa en Cap Villefranche manteniendo relaciones sexuales al borde de una piscina con la stripper belga Fili Houteman, que un tiempo antes había ganado el título de “Miss pechos desnudos Bélgica”.

Las fotos publicadas en 26 páginas de la revista italiana Eva dieron la vuelta al mundo. ¿Se trató de una conspiración para separar a la pareja? Ducruet se victimizó y dijo que el golpe mediático fue un “ataque” a Mónaco. Para Rainiero, la separación de Estefanía y Ducruet -que en el lapso de seis años había tenido cuatro hijos con tres mujeres diferentes- fue un alivio.

La humillada Estefanía se recuperó de su dolor y tuvo una fugaz relación con un ex gendarme convertido en guardaespaldas real, Jean Raymond Gottlieb, con quien tuvo una hija llamada Camille. “Es tan complejo gestionar los problemas familiares como los asuntos del principado”, reconoció Rainiero III en esa época.

Más tarde Estefanía se casó brevemente con el ágil acróbata portugués Adans Lopez y vivió en un circo, donde osaba domar leones. Pero desde entonces mantiene el perfil bajo, dedicada a obras de caridad: cuida especialmente de su propia organización benéfica, que apoya a las personas que viven con el VIH y, al mismo tiempo, busca erradicar el estigma social que conlleva la enfermedad.

La princesa Estefanía y su hermana Carolina hoy tienen más de 60 años, son abuelas y hace rato se retiraron de los escándalos sexuales, pero sus vidas personales siguen fascinando a las revistas de moda y los nostálgicos. Después de muchos años de mala prensa y mala suerte, era hora de un poco de tranquilidad.

ds

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