‘Out‘, en inglés, significa «fuera«. En la Fundación Andaluza Fondo de Formación y Empleo (Faffe) de Andalucía, sin embargo, este anglicismo tomaba un sentido más amplio: empleados enchufados que cobraban y trabajaban para esta institución pública, pero a los que daban de alta laboral empresas externas a la Fundación a cambio de una comisión. Justo por eso los llamaban ‘outs’ en numerosos correos electrónicos intervenidos a miembros de esta entidad desmantelada en 2011, porque en teoría estaban fuera.
Así lo recoge el atestado realizado por la UCO, adelantado por ABC y al que ha tenido acceso El Correo de Andalucía. El destino de este informe, el Juzgado de Instrucción número 6 de Sevilla, al cargo de la investigación de los posibles delitos relacionados con el nepotismo, adjudicación de contratos y gestión de subvenciones en el seno de este organismo que dirigió -desde su creación en 2003– Fernando Villén, condenado en otra causa a seis años de cárcel por pagar en prostíbulos con tarjetas de la Faffe. Tras el caso de los ERE, esta fundación de la Consejería de Empleo acumula la mayor cantidad de denuncias de corrupción de la etapa de los gobiernos socialistas.
El supuesto procedimiento era sencillo: una sociedad privada daba de alta en la Seguridad Social a la persona en cuestión, y luego se redactaba un contrato con la Faffe «bajo algún concepto que permitiera encuadrarlo en alguna subvención«, apunta el atestado policial. «Una vez hecho esto, y bajo el amparo legal del citado contrato, la fundación le transferiría el importe necesario a la sociedad para pagar la nómina del trabajador, más un porcentaje, que habría rondado el 15%, como beneficio para la empresa».
Y los elegidos para los puestos no solían serlo por méritos propios: «En cuanto a la selección de las personas que iban a trabajar para la fundación, se han encontrado una redundancia de indicios que demostrarían la existencia de contrataciones dirigidas a personas solo por el hecho de mantener vínculos de amistad, parentesco e incluso afinidad política con responsables de la Administración andaluza», señala la UCO en su diligencia. Amigos, sobrinos, compañeros de partido. A dedo, y con dinero público.
«La cantidad del encargo es incrementada en un 15%»
«Buenas tardes, María del Mar. Para el tema de la contratación que hemos hablado, la cantidad del contrato laboral de la persona es la que tú me enviaste en el Excel, y la cantidad final del encargo de servicio que hacemos a la fundación es incrementada en un 15%«. Este es uno de los correos electrónicos que envió el jefe de proyectos de Proyempleo SL en junio de 2010 a la adjunta a la dirección de Administraciones Públicas de la Faffe, María del Mar F. P.. «Por tanto, quedaría de la siguiente forma: Coste trabajador: 1.326,39 euros. Incremento por encargo: 234,07 euros. Total coste por encargo: 1.560,46 euros, detalla en el mensaje.
Esta contratación, deduce la UCO, «no respondería a ninguna necesidad específica de cubrir algún puesto de trabajo por parte de Proyempleo SL«. De hecho, el propio directivo de esta compañía privada deja claro en otro correo que ni sabe dónde va a currar la persona a la que quieren dar un empleo: «Necesitamos sus datos personales para el alta y el contrato. Además al ser a media jornada, es necesario establecer un horario y el lugar de trabajo (¿sería en Faffe o en nuestras instalaciones?)». Tampoco cuál es su función: «Es preciso fijar un objeto del contrato».
Estas contrataciones promovidas por la Faffe «no responderían a ninguna necesidad específica de cubrir algún puesto de trabajo de Proyempleo SL»
Desde la Faffe respondieron un minuto después: «Buenas tardes. Te mando los datos relacionados con el ‘out’ que hablamos ayer«. Finalmente esta persona consiguió el trabajo. La contrató Anova SXXI, «otra mercantil bajo la esfera de control» de Proyempleo SL. Una empresa privada que, «según el libro diario de la Faffe, habría facturado un total de 4.341.036,40 euros» gracias a esta fundación dependiente de la Consejería de Empleo de la Junta de Andalucía, entonces liderada por el PSOE.
«Te envío el currículum de mi sobrina»
«Te envío el currículum de mi sobrina para que, tal y como hablamos por teléfono, estudies su pertinencia en el proceso de selección para el puesto de ‘scanner’ de documentación económica, o cualquier otro que creas encaje«. La que escribe este correo es Natividad G.C., directora de Servicios Generales y Sistemas de la Faffe, y se lo mandó a Ana V. R., directora de Gestión Económica Financiera. «Como verás no tiene experiencia laboral apenas pero te puedo asegurar que es despierta y desenvuelta y con muchas ganas de aprender».
Ante la propuesta, el supuesto proceso fue el mismo: contactar con Proyempleo SL. «Además, en este caso, para evitar superar el límite de 12.000 euros y con ello poder recurrir a una adjudicación directa, se propone fraccionar el contrato en tres de menor importe«, señala el atestado de la Guardia Civil. «Al final, para salvar esta situación, se firma uno y una adenda al mismo», añade. La sobrina logró entrar. El concepto de lo firmado entre la empresa y la Faffe para justificar esta incorporación, «Organización y Gestión Mesa Redonda Empleabilidad».
«Para evitar superar el límite de 12.000 euros y con ello poder recurrir a una adjudicación directa, se propone fraccionar el contrato en tres de menor importe»
Y no solo pedían enchufes los altos cargos de la Fundación: «En algún caso, se habrían instado incluso por cargos de la Administración andaluza«. «Siguiendo instrucciones del director general de la Faffe», varios encargados de Recursos Humanos organizaron «la contratación laboral de dos trabajadores supuestamente vinculados de alguna manera con el Delegado Provincial de Empleo en Sevilla«. Con una advertencia clara: «Tienen que entrar y no tienen perfil».
La destrucción de los correos
La Policía Judicial resalta «la opacidad» que rodea a estas contrataciones. En algunos casos se ha pedido borrar el correo «a través del cual se dan las indicaciones para contratar a una serie de personas que serían familiares de cargos políticos«. Entre los mencionados en un mensaje, el sobrino de la socialista Aurora Atoche o la nuera de la cuñada de Felipe González. «Destruye el correo después de que lo hayas utilizado», ordena el director de Desarrollo de Personas de la Faffe.
Este borrado no solo se ciñó a unos pocos correos comprometedores: tras el desmantelamiento de esta fundación parece que hubo una destrucción masiva en los despachos. «Lo primero que llama la atención es la ausencia de correos en las cuentas de los responsables de la Fundación. Todos los directores, a excepción de la directora de Gestión Económica Financiera, tienen su cuenta de correo totalmente vacía», subraya la UCO.
El rastreo de las cuentas de empleados de esta organización y de algunas empresas vinculadas ha hecho posible la investigación. Gracias a este trabajo de la Guardia Civil es posible conocer hoy día que esos presuntos enchufados que supuestamente pagaba la Faffe a través de empresas tenían todos un mote: los ‘outs’. «Fuera», en inglés.