Con casi dos meses de delay y luego de perder la pulseada con Río Negro para instalar una planta de GNL para exportar recursos extraídos en Vaca Muerta, Axel Kicillof consiguió el apoyo de la Cámara de Diputados en la Legislatura para aprobar un régimen propio de promoción de inversiones.
Se trata de un proyecto que la provincia anunció cuando el Congreso votó el RIGI (Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones) empujado por el presidente Javier Milei.
Fue una respuesta del gobernador a un plan de incentivo nacional que consideraba que «le concedía a los empresarios más de lo que pedían«. Evaluó que Buenos Aires no debía “adherir” a la ley nacional y diseñó su propio plan de incentivo.
Eso ocurrió hacia mediados de julio. Pero apenas dos semanas después, YPF y Petronas anunciaron que la planta de GNL se instalaría en Punta Colorada, Río Negro, provincia que se sumó al RIGI pocas horas después de la sanción legislativa.
Entonces, Kicillof planteó que la variable RIGI no había incidido en la decisión de las petroleras si no que fue un “capricho ideológico de Milei para castigar a los bonaerenses”. El día que se conoció la determinación empresaria el gobernador declaró: «La localización de la planta de GNL no se definió ni tiene nada que ver con la adhesión o no de la provincia de Buenos Aires al RIGI, es mentira».
Ahora, parece que la petrolera malaya se desentenderá de la propuesta que implicaría una inversión de U$s 30 mil millones, en varias etapas. YPF se quedaría sin el socio clave para el emprendimiento. No obstante, el presidente de la compañía estatal, Horacio Marín, mantiene el optimismo y asegura que se buscarán socios para licueficar el gas que se obtiene en el yacimiento neuquino para destinarlo a los mercados del mundo.
“Vamos a negociar con otros socios. En noviembre habrá una licitación de la ingeniería de detalle que contempla inversiones por más de US$ 200 millones. Estamos en la etapa de firmar contratos para conseguir financiamiento en bancos internacionales”, anticipó el CEO.
Alejado de la chance de tener esa planta en Bahía Blanca, el gobierno bonaerense eligió otro camino. El ministro de Producción, Augusto Costa, presentó la propuesta de “RIGI bonaerense” y este miércoles Diputados lo trató sobre tablas.
Para eludir el paso por las comisiones y llevarlo al recinto, el oficialismo tuvo el respaldo de las dos bancadas de la UCR. Después los radicales votaron en contra y la iniciativa salió por los votos de 37 legisladores de UxP, incluidos los alineados con La Cámpora y con el massismo. Y también los “libertarios blue”, sospechados de haber llegado a las bancas por sus lazos con el ex ministro Sergio Massa.
El Régimen Provincial de Inversiones Estratégicas en la Provincia de Buenos Aires (así su nombre completo) busca promover la industria manufacturera, los servicios y la explotación de recursos naturales: minería, energía, petróleo y gas. Para poder acceder a este esquema, el monto mínimo de inversión requerido es de US$5 millones. Lo presentaron el 11 de septiembre en mesa de entradas.
En el recinto tuvo el rechazo de la bancada de PRO y de la izquierda. Según Agustín Forcheri, jefe del bloque PRO el texto de Kicillof «llega tarde y es la antítesis del RIGI que presentó el Gobierno Nacional y aprobó el Congreso. No es la ley que la Provincia necesita porque es arbitraria y le da todo el poder al gobernador para elegir qué inversiones avanzan y cuáles no. También, es una mala versión de la Ley Nacional”, agregó.
El régimen propone exenciones en el impuesto inmobiliario, en Ingresos Brutos y en el impuesto a los sellos, además de garantizar «estabilidad fiscal». Para inversiones que oscilen entre US$5 y US$ 50 millones, se establece una reducción impositiva del 30% por cinco años. En el caso de las inversiones entre US$50 y US$ 200 millones, la rebaja es del 25% por cuatro años, mientras que para aquellas que superen los US$200 millones, el descuento será del 20% durante tres años.
El proyecto también contempla un beneficio adicional del 10% en la exención, durante dos años, si la inversión genera nuevos empleos, se ubica en zonas de bajos ingresos o en parques industriales, promueve la sustitución de importaciones, o incorpora innovación tecnológica. Además, se puede obtener un 5% extra, por un año, si se incrementan las exportaciones, se apoya políticas de género, o se fomenta la sostenibilidad ambiental.