Si existiera ese subgénero o etiqueta, se podría decir que se trata de una ‘Típica serie Netflix’: efectiva, con nombres fuertes, una trama convencional, pero que te atrapa y te lleva sí o sí hasta el final. Ahí se enmarca La pareja perfecta, flamante estreno de la plataforma que tiene a Nicole Kidman con una matriarca de una familia millonaria, un papel que se conoce de memoria. Y en medio del retrato de la opulencia, en un paisaje bello, una muerte empaña lo que iba a ser una fiesta. Así arranca, cómo no seguir viéndola.
No va a quedar en la historia como el mejor trabajo de la australiana, ni mucho menos, pero su piso siempre es un poco más alto que el del resto. Y su transformación en una mujer fina, adinerada, que maneja los hilos familiares y que sabe guardar secretos y suavizar oscuridades de su gente es una receta que maneja de taquito.
Aquí hace de la señora Greer Garrison Winbury, la anfitriona de la fiesta de la boda de uno de sus tres hijos que se celebraría al día siguiente. Todo parece en orden, incluido el mínimo detalle. Pero en plena celebración previa, un cuerpo aparece a un costado de todo. Y no es el de alguien ajeno a ese mundo festivo: es el de la mejor amiga de la novia. Y la novia (Amelia, a cargo de Eve Hewson) no es santo de la devoción de Greer. Y la amiga parece que tampoco.
Con lo cual, no sólo pega un giro la trama, sino que todos, inmediatamente, pasan de invitados o protagonistas de la boda a ser sospechosos de un crimen que, de alguna manera, salpica a cada uno.
Greer Garrison (Kidman) es la madtriarca de los Winbury. Aquí, con el menor de sus tres hijos.Un disparador, ése, que no es nuevo, pero termina siendo efectivo, porque en la declaración de cada quien vamos descubriendo luces y sombras de cada uno, y porque el espectador pasa, inevitablemente, a convertirse en investigador doméstico y empieza a tirar nombres sobre el posible asesino. Díficil acertar, esta vez.
Y esa intriga, que se despeja en el sexto y último episodio, es la que lleva a uno a verla hasta el final, aunque en ese punto se desinfla un poco la tensión generada. No por verdad develada, sino por definición algo forzada.
Lo mejor de la serie anida en dos de los personajes centrales -no es un protagónico coral, pero hay varias criaturas de peso en el centro de la escena-, los que integran el matrimonio Winbury, dueño de la mansión de Nantucket, en Massachusetts: la enigmática y dominante Greer, escritora con prestigio, y su esposo Tag, un carismático marido que trabaja más de marido que de hombre de la casa, cuyos vicios lo tienen en boca de todos.
Si bien no sorprende con su composición, se puede decir que Kidman echa mano a un molde conocido y no defrauda. Reuters.Tag está interpretado por Liev Schreiber, el gran Ray Donovan que tiene serie propia en el streaming y maneja una amplia paleta de matices. Aquí no es Donovan, en absoluto.
Entre los puntos fuertes también asoman la belleza del lugar, bien aprovechada por la cámara, y el buen delineado de los personajes secundarios, aún los más periféricos, como el ama de llaves y la dupla de detectives que va sentando en el banquillo a cada uno de los personajes.
La pareja perfecta no es exclusivamente un thriller o un drama familiar. Tiene algo de cada uno, pero básicamente es un relato que entretiene, con algunos clichés acerca de quién es el asesino, pero, mientras se va despejando el camino rumbo al nombre que no estaba en lo planes de (casi) nadie, el guión va pincelando el universo de gente rica a la que le sobra plata… y le falta cositas.
Ficha
Calificación: Buena
Protagonistas: Nicole Kidman, Liev Schreiber y Dakota Fanning Creación: Jenna Lamia Dirección: Susanne Bier Emisión: Seis capítulos disponibles en Netflix.