Este jueves la Justicia define si el cura Julio César Grassi (68) recupera la libertad. Hoy el sacerdote condenado por abuso sexual infantil pasa los días en la Unidad Penitenciaria N° 41 de Campana, en un pabellón para presos con buena conducta.
La audiencia comienza a las 11, es pública y tiene como particularidad que Grassi no va a asistir con un abogado defensor, sino que él mismo hará de su propio abogado. Es que en el encierro, decidió estudiar derecho y se recibió. Ahora buscará acceder a la libertad anticipada y mudarse a un country en José C. Paz, en la zona oeste del Conurbano.
Grassi está preso y fue condenado a 15 años de prisión por dos hechos de abuso sexual infantil agravado y uno de corrupción de menores cometidos en 1996 en la Fundación Felices los Niños. La institución funcionaba desde 1993 en William Morris, partido de Hurlingham, junto a la autopista Camino del Buen Ayre y Grassi, un mediático cura, la dirigía.
Parecía un sacerdote común pero manejaba una fundación con propiedades en todo el país, un hogar y una escuela. Se paseaba por los canales de televisión, visitaba la Quinta de Olivos y la Casa Rosada. No tenía ningún cargo dentro de la Iglesia pero era invitado VIP en actos y eventos religiosos.
La jueza Mariana Maldonado y los jueces Juan Carlos Uboldi y Claudio José Chaminade deberán decidir si le conceden el beneficio al cura o si deberá permanecer en la cárcel por los cuatro años que le quedan.
Grassi se negó a realizar una pericia psiquiátrica para presentar en ante el tribunal como elemento para acceder a la domiciliaria. El Servicio Penitenciario presentó un informe y su hermano, Julio José Grassi, ofreció una casa en un country de José C. Paz donde presuntamente viviría con «un ex militar», aunque no presentó de momento ni contrato de alquiler ni vínculo con esta persona.
«Mi postura es la de oponerme al pedido por el daño que esto le podría producir a las víctimas. Grassi no acepta haber cometido los delitos, no acepta hacer ningún tipo de tratamiento psicológico. El hermano es quien propone el lugar donde va a vivir pero él también niega los hechos. Por todos esos elementos rechazamos el pedido: por su perfil no está en condiciones de ser externado«, aseguró el abogado Juan Pablo Gallego, en representación del Comité de Seguimiento y Aplicación de la Convención Internacional sobre los Derechos del Niño en Argentina (Casacidn).
El hogar Don Bosco donde funcionaba la Fundación Felices Los Niños y donde Grassi abusó de menores. Foto Archivo Además, la víctima que Gallego representó en el juicio contra Grassi, presentó un informe firmado por el psiquiatra Enrique Stola donde explicó «el daño producido en el denunciante por los abusos» y lo que podría generar en él ver «una asimetría de poder» que lo haga no cumplir con la condena.
¿Cuándo debería salir de la cárcel Grassi?
Según la condena, el cura cumpliría su pena el 30 de mayo de 2028. En principio, por el ya derogado beneficio denominado «2×1» podría haber salido el 7 de agosto de 2026, pero en 2022 la Cámara de Apelaciones de Morón decidió computarle esos años por eso su condena se amplió dos años más.
Sus abogados habían apelado la decisión de la Cámara, pero el recurso extraordinario fue rechazado e insistieron con un recurso de queja que no fue resuelto por la Corte.
Grassi –dicen– está obsesionado con su defensa. Recurre cuanta resolución toma la Justicia y ahora avanzó un paso más: desplazó a su equipo de defensores y se puso al frente de su representación.
La condena contra Grassi fue confirmada por la Corte Suprema de Justicia.Fue en mayo que el cura cumplió 10 años preso, es decir dos tercios de la pena. Por eso, presentó su pedido de libertad anticipada que ahora debe definir la justicia.
A pesar de la condena, la Iglesia Católica nunca echó a Grassi del clero. El ex obispo de Morón, monseñor Luis Eichhorn, le prohibió el ejercicio del ministerio sacerdotal.
El Vaticano dispuso una investigación sobre las denuncias contra Grassi. Hicieron un informe que enviaron a la Congregación para la Doctrina de la Fe pero nunca tomaron una decisión definitiva sobre su situación.
Ante esa pasividad, ahora, en su pedido para salir de la cárcel, él manifestó que se dedicará a realizar misas y a «ser sacerdote».
Las denuncias
Grassi gozó de la impunidad del poder y de la cobertura que obtuvo gracias a su popularidad. La primera denuncia en su contra fue en 1991 cuando fue denunciado en Mercedes, pero la justicia archivó la causa. El juez que intervino fue Julio Cámpora, a quien Grassi calificaba como «nuestro juez de menores”.
Cinco años después, Grassi abusó de uno de los denunciantes y, en 1998, fue denunciado por abusar a otro niño en la fundación. En el 2000 sumó otra denuncia por atacar sexualmente a un chico en la sede de Felices Los Niños de El Calafate, Santa Cruz.
La cárcel donde está preso Grassi por pedófilo.En noviembre del 2000, el cura pedófilo fue denunciado a través de una carta anónima que informaba los abusos que cometía contra los niños de su fundación. La causa tramitó en el Juzgado de Menores N° 3 de Morón y se archivó.
El 23 de octubre de 2002 el programa Telenoche Investiga reveló en un informe titulado «Con los chicos, no» las denuncias contra el sacerdote por abuso sexual a jóvenes internados en la Fundación Felices los Niños.
La Justicia lo condenó recién en 2009. En ese mismo juicio fue absuelto por otros 15 delitos contra la integridad sexual, que consideraron no se pudieron probar.
A pesar de estar condenado, no fue a la cárcel hasta 2013, cuando la Suprema Corte bonaerense ratificó la pena y se ordenó su detención. En 2014, Grassi volvió a ser noticia esta vez no por abusar de menores de edad, sino por desviar donaciones otorgadas a la fundación hacia el penal N° 41 de Campana.
MG